martes, 4 de junio de 2013

¿Punto de inflexión?

Me encantaría creer que el dato de paro de mayo que se acaba de conocer es el punto de partida de una recuperación económica que, comenzando por la reducción del desempleo, nos va a permitir crecer, controlar el déficit y pagar la deuda. Con gusto me olvidaría de la profecía que publiqué el otro día si pensara que hay razones para ello. Lo siento lector. No, no crea que soy de naturaleza pesimista, sucede sencillamente que un análisis frío y racional de la situación me impide creer que estamos ante un punto de inflexión.

Si con un veintitantos por ciento de paro no hay buenos datos en el mes de mayo… Hay que combatir el paro y hay que crecer. Pero lo importante, lo que desgraciadamente no podemos olvidar, es que hay que crecer lo suficiente como para devolver las deudas privadas y públicas que tenemos contraídas los españoles. Y ahí está el verdadero problema. Yo no veo cómo podemos alcanzar ese nivel de crecimiento con estas políticas de austeridad y, sobre todo, sin soberanía monetaria. Así es muy difícil, porque si quieres ser competitivo necesitas recurrir a una devaluación interna –en eso estamos- que lastra el crecimiento en tanto la bajada de los sueldos -que no se ve proporcionalmente compensada por el control de precios- afecta muy negativamente al consumo. La solución con este corsé que representa la unión monetaria es que España sea competitiva a base de una transformación radical de la nación (política de reformas) que, aunque deseable e imprescindible en muchos terrenos (reforma de la administración, laboral, unidad de mercado, reducción de trámites burocráticos, educación pública de la máxima calidad), es una utopía cuando se plantea como un objetivo ineludible a corto plazo para superar la crisis. 

No me malinterpreten. No deseo que España se convierta en un país de turistas capaz de competir a través de fabricar productos baratos y de baja calidad. Debemos aspirar a la excelencia, pero una excelencia que pasa por una transformación gradual de la nación en la que nosotros, los españoles, seamos quienes formulemos y lideremos nuestros propios proyectos. Por eso la unión monetaria es una enorme dificultad para países como el nuestro. Y ahora va y parece que IU se apunta a la idea de que hay que abandonar el euro. Che, lector, al final va a pensar que soy un izquierdista radical. Yo ya no sé ni lo que soy…

No hay comentarios: