El pasado domingo, por la tarde, asistí
al concierto de Chenoa en el Gran Teatro de Elche. Fue una suerte que viniera
por Elche y que todavía quedaran entradas cuando me enteré el día antes. Estuvo
muy bien, a pesar de que, según ella, padecía un catarrillo. Quizá no tenga un
oído fino, pero a mí me pareció que su voz sonó estupenda. Era un concierto
acústico en el que únicamente le acompañaban dos guitarristas. Este austero
acompañamiento no mermó en absoluto la calidad del concierto y de paso permitió
que el precio fuera asequible. No sabía que había mejorado tanto su repertorio,
ni que se hubiera dedicado a componer sus propios temas. La verdad es que me
gustaron y demuestra ser una artista muy completa. Estuvo simpática y creo
que todos los asistentes tuvimos la impresión de que se entregó y que, al igual
que el público, disfrutó. Cuando comenzó a ser conocida me resultaba un poco
arrogante, pero he dejado de tener esa sensación. Por cierto, cada vez la veo
más guapa, más mujer (se mezcló con el público y cuando se me puso a tiro, como
un quinceañero, le saqué la foto que publico). Lástima que redujera ese generoso
trasero rubensiano que Dios le dio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario