Suspiré de alivio cuando me enteré
de que las olimpiadas no se celebrarían en Madrid. No sólo porque soy de los
que piensan que este tipo de eventos no salen gratis, sino porque empiezo a
sentir verdadero asquito por la alta competición. Hay que diferenciar entre el
deporte, que practicado con moderación, espíritu lúdico y afán de superación
personal es muy beneficioso, y el deporte profesional que, salvo honrosas excepciones,
es un mundo de ambiciones, trampas e inhumanidad, empezando por el fútbol. Casi
todo es exceso, y ya se sabe que eso es incompatible con la virtud. Madrid no
necesita unos Juegos Olímpicos para seguir siendo la ciudad abierta,
cosmopolita y acogedora que ya es.
2 comentarios:
En primer lugar decir que sentí el mismo alivio al conocer la noticia sobre Madrid y sus virtuales JJOO.
Sin embargo, respecto al comentario el cual dice que no le agrada demasiado la alta compteción decirle que discrepo con usted, en primer lugar por asociar la alta competición al fútbol, pienso que ese es el gran error en cae la mayoría de la gente cuando lo primero que viene a la mente al hablar de deportistas profesionales nos viene a la mente fútbol, fútbol y más fútbol.
En segundo lugar, pienso que los deportistas profesoniales (no futbolistas)en sus distintas modalidades, sí son un ejemplo de superación, poniendo sus cuerpos al límite y llegando a extremos envidiables
Completamente de acuerdo Sr. Tomás de
Domingo.
De un deportista humilde(no futbolista) que se gana la vida como buenamente puede.
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