En 2006, el PSOE se aliaba con los
nacionalistas catalanes de CiU para aprobar el Estatuto de Autonomía de Cataluña.
Entonces escribí un artículo en el que señalaba la importancia de contar con un
partido de izquierda nacional ante la deriva que estaba siguiendo Zapatero. Hoy
la deriva del PSOE es todavía mayor y el flanco que ha dejado abierto debería
ser aprovechado. Entonces fue UPyD el partido que comenzó a abrirse paso en
2007. Su andadura fue truncada por un ambicioso Albert Rivera que fagocitó al
partido de Rosa Díez y, en lugar de disputarle al PSOE el electorado
socialdemócrata moderado, compitió con el PP para convertirse en líder de la
oposición. O García Page, Lambán y quienes tengan algo de sensatez frenan a
Sánchez, o no sé cómo no se funda de inmediato el PSDE, el Partido
Socialdemócrata Español. Copio el artículo que escribí apenas un año antes de
la fundación de UPyD.
El flanco del PSOE
Cuando los partidos políticos se embarcan en estrategias destinadas a mantener el poder a cualquier precio es fácil que descubran su flanco ideológico y den ocasión para que emerjan nuevos partidos dispuestos a aprovechar la oportunidad. El PSOE parece no darse cuenta del riesgo que está corriendo con su aventura nacionalista. En Cataluña ya se ha fundado un partido político que se presenta como alternativa de izquierdas al nacionalismo: Ciudadanos de Cataluña. Si Zapatero y los socialistas siguen preocupados por inventar realidades nacionales, y por aliarse con cualquier partido nacionalista antes que mantener el consenso con el PP en asuntos de Estado, están ofreciendo una oportunidad inmejorable para que salten a la arena política opciones que defiendan la nación española y la igualdad entre todos los españoles desde una ideología de izquierda. Ese partido tendría garantizada presencia parlamentaria sin lugar a dudas y podría amenazar seriamente el proyecto zapateril, máxime si entre sus abanderados figuraran nombres como Nicolás Redondo Terreros, Rosa Díez o Gotzone Mora.
Aunque parezca increíble, no hay
en España un partido político de esta orientación. Alguien de izquierdas que
crea que España es una nación plural conformada por distintas regiones, que
considere que es importante un Estado fuerte con amplias competencias para
realizar políticas sociales que garanticen la igualdad de todos los españoles,
o que opine que el nacionalismo no debe ser el aliado natural de un partido de
izquierdas, no puede sentirse cómodo votando a este PSOE.
Las encuestas parecen reflejar esta realidad tan evidente. Mucha gente está descontenta con la alianza y las concesiones a los nacionalistas que está realizando el PSOE, pero tampoco le seduce la idea de votar al PP. La cosa está clara: el PSOE ha descubierto su flanco ideológico y se expone a que una iniciativa como Ciudadanos de Cataluña se plantee a nivel nacional. Sin embargo, aunque resulte paradójico, los socialistas parecen más interesados en que aparezca en escena una fuerza de extrema derecha que reste votos al PP. Esta posibilidad parece bastante más improbable que la anteriormente comentada, y confirma que, efectivamente, es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.
Hace tiempo que no se presenta una oportunidad mejor para todos aquellos que deseen hacer política en España desde la izquierda. ¿A qué están esperando?
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