El clima previo a la Guerra Civil del 36 era de un brutal enfrentamiento verbal que contribuyó decisivamente a la violencia física que precedió al levantamiento militar de Franco. Por ello me preocupa enormemente la deriva de la izquierda: no es admisible la mentira descarada y la falta de respeto a la libre expresión de ideas y opiniones que demuestra el Gobierno. Aznar tiene todo el derecho a reclamar la movilización de la sociedad civil contra la amnistía por vías democráticas. Eso es exactamente lo que dijo. Que la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, tergiverse esas palabras y las califique de “golpistas” o “antidemocráticas” es una perversión indecente, especialmente cuando el PSOE y Sumar buscan un pacto con partidos cuyos líderes han sido condenados por sedición, es decir, con auténticos golpistas. Hay que reaccionar contra esta felonía de la amnistía con todas las vías de protesta democrática que uno tenga a su alcance.
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