miércoles, 12 de septiembre de 2007

Pasar de curso con cuatro suspensos

En materia educativa no ganamos para disgustos. Ahora resulta que los alumnos que hayan suspendido cuatro asignaturas podrán pasar de curso. La ministra opina que de este modo se evita su desmoralización, que sería la causa principal del abandono de los estudios. Con otras palabras, la ministra entiende que obligar a un alumno a repetir es hundirlo irremisiblemente en la miseria y casi empujarlo a que deje de estudiar. Mucho me temo que haya pedagogos con perfil de psicólogos en el entorno de esta ministra: siempre zanahoria y nunca palo. Pues se equivoca la ministra. La mejor manera de motivar a un alumno no es presentarle un sistema flexible en el que parece que siempre hay otra oportunidad, sino mostrarle con claridad que deberá esforzarse para poder ser un hombre o una mujer de provecho. Mayor flexibilidad significa para un niño mayor indolencia. No se ven claros los límites y eso es lo que aboca al precipicio. Si uno no aprueba, no pasa de curso. ¿Acaso la experiencia del fracaso no puede ser tremendamente educativa en lugar de desmotivadora?

martes, 11 de septiembre de 2007

La diada catalana

He visto algunas imágenes de independentistas catalanes exaltados profiriendo amenazas, insultos y señalando a España como si fuera la encarnación del mal. Que no tienen ni idea de historia es evidente, como se podía prever tras dejar la educación en manos de los nacionalistas durante dos generaciones. Supongo que muchos catalanes sentirán vértigo al comprobar hacia dónde les conduce el nacionalismo. Les recomiendo que se pongan manos a la obra, porque nadie les va a librar de esa vorágine totalitaria. Catalanes cultos y de buena fe, me solidarizo con vosotros. Ánimo, porque la tarea es ingente.


sábado, 8 de septiembre de 2007

El reportaje de Victoria Beckham y el "shopping"

La mar de interesante el reportaje sobre la nueva vida de Victoria Beckham en Los Ángeles emitido por la Cuatro. Ella misma va explicando las peripecias de sus primeras impresiones y vivencias, al tiempo que el espectador asiste atónito al grotesco espectáculo de contemplar la vacua vida de esta gente. Todo ese lujo desbordante es como una monumental falla en permanente ignición cuyas llamas se perpetúan con los cientos de objetos que diariamente le arroja esta compradora compulsiva víctima del shopping, otra nueva enfermedad mental. El reportaje no suscita envidia, sino una mezcla de vergüenza ajena e infinita tristeza. La visita de Victoria a sus vecinas de la “alta sociedad” de Beverly Hills, tras haber sido invitada mediante un ramo de flores, podría inspirar un vodevil si no fuera porque sus protagonistas ni siquiera tenían gracia para ingeniar algún equívoco divertido. La única equivocación fue la que cometieron los cirujanos plásticos de estas fulanas, al asegurarles que nadie notaría el “levísimo” retoque que les iban a realizar. La anfitriona vivía en una enorme mansión, un palacio de mal gusto hortera y rococó sólo comparable al rancho de Michael Jackson. Allí recibieron a Victoria aquel grupo de mujeres de la factoría del Dr. Frankenstein para hablar de fama, lujo, dinero, sexo, y terminar borrachas. Espectacular.

El reportaje se emitió el viernes por la noche. Hoy he realizado una visita relámpago a mis padres y he paseado con ellos por la Ciudad de las Ciencias. En la fachada de El Corte Inglés colgaba un cartel que más o menos decía: “Prepárate para la vuelta al shopping”. Vaya tela con el mensaje. Ya no tienen ni el pudor de camuflar su interés por atraernos para que compremos en su establecimiento, sino que obscenamente proclaman la existencia de una nueva actividad, el shopping, el ir de compras por el simple placer de comprar, pues, como dice Victoria, se siente mucho mejor después de practicarlo. No está de moda un producto concreto, sino la compra pura y dura. Nos hallamos ante la completa subversión de los medios frente a los fines. La compra tenía sentido como medio para adquirir un objeto que servía a un determinado fin; pero ahora el medio es lo importante y el fin ocupa un lugar absolutamente subordinado. ¿Se imaginan qué cara pondría la Victoria Beckham si alguien le preguntara para qué necesita tales zapatos o tal anillo? Pues eso.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Ojo al partido de Rosa Díez

No lo digo porque pueda ganar o restar votos a los grandes partidos, sino porque algunas de sus propuestas son un calco de mi pensamiento. Hoy, en la tercera de ABC, entre otras cosas, Mikel Buesa, recientemente incorporado al partido, escribe:

"Por tanto, queremos un partido nuevo con vocación nacional que refuerce la unidad entre los españoles, que asuma un programa de reforma constitucional para recuperar lo esencial del modelo de 1978 -es decir, un Estado unitario, descentralizado y solidario-, cerrando las grietas que se han abierto en la Constitución y, de ese modo, eliminando los incentivos que actualmente existen para que se cuestione permanentemente la distribución institucional del poder entre el gobierno de la nación y los gobiernos regionales. Hay, así, que redefinir y consolidar los ámbitos competenciales del Estado y las Comunidades Autónomas, corrigiendo las disfunciones actuales, singularmente en los ámbitos de la educación, la fiscalidad y la ordenación del territorio. Hay también que modificar el modelo electoral de manera que se aminore el excesivo poder adquirido por los partidos nacionalistas de vocación independentista, lo que exigirá revisar todos sus elementos, desde la definición de las circunscripciones hasta las reglas de proporcionalidad. Y hay que profundizar en la vida democrática adoptando reglas de representación que favorezcan el compromiso de los políticos con los ciudadanos, lo que obliga a debatir la cuestión de las listas abiertas o la elección directa a dos vueltas de las presidencias en todos los niveles de gobierno.
Este partido nuevo también aparecerá comprometido de manera radical en la lucha contra el terrorismo. Para ello, lo primero es negar la validez de cualquier razón política a quienes hacen de la violencia el instrumento de su intervención en la sociedad. Esto excluye cualquier veleidad negociadora con terroristas como los de ETA; excluye también los apoyos más o menos solapados que reciben organizaciones terroristas que operan en otros países; y debe conducir a explorar nuevas posibilidades de desarrollo jurídico que, sin perturbar las garantías democráticas, endurezcan el tratamiento penal del terrorismo, como podría ser su calificación de crimen contra la humanidad.

Tiempo habrá en los meses inmediatos de analizar las propuestas programáticas que formule este partido. Lo relevante ahora, desde mi punto de vista, es impulsar su nacimiento para que no nos ocurra lo que, con acertada reflexión, constató el libanés Amin Maalouf en ese maravilloso libro en el que indagó acerca de sus Orígenes: «La Historia se equivoca con frecuencia; pero nuestra cobardía de hombres mortales nos lleva siempre a explicar doctamente por qué fueron atinadas sus decisiones, por qué fue inevitable lo sucedido y por qué nuestros nobles sueños merecían irse al infierno». A quienes observamos con preocupación la deriva identitaria y disgregadora que caracteriza la realidad actual de España y todavía nos queda una pretensión de unidad, una ambición democrática y un sueño de libertad, se dirige este partido que nace con la vocación de contribuir a que esos anhelos no acaben en el abismo".


Reforma de la Constitución para potenciar el Estado, de la ley electoral, lucha contra el nacionalismo y el terrorismo.... Hum, esto tiene buena pinta.

Descentralizar cercanías

Comprendo que más de uno pueda pensar que esto de la cesión de competencias del Estado a las Comunidades Autónomas conduce a la fragmentación de la nación y a su transformación en reinos de taifas. Comparto esta idea, pero la descentralización no es mala "per se"; hay que analizar en qué casos conviene y en cuáles resulta una majadería. En este blog me he quejado amargamente del funcionamiento de la línea de cercanías de Renfe Murcia-Alicante. No sé si ceder la competencia al gobierno valenciano contribuiría a mejorarla, pero tiendo a pensar que sí. La capacidad de presión de los ciudadanos sobre sus políticos es mayor a medida que están más cerca, y en este caso es fundamental quejarse ante un servicio de ínfima calidad, impropio del volumen de pasajeros que soporta y de la importancia de las poblaciones que une. Sin embargo, no veo nada bien la descentralización de los aeropuertos. ¿Acaso existen en España muchos vuelos regionales -entendidos como desplazamientos en una misma Comunidad Autónoma-? Claro que no. Los aeropuertos son nacionales o internacionales. Creo que esta competencia debe reservársela el Estado y gestionarla bien.

Una importante amenaza para la división de poderes

Es de sobra conocido que en estos tiempos las leyes que aprueba el parlamento se caracterizan por requerir un desarrollo reglamentario sin el que su aplicación resulta imposible, lo cual es debido en buena medida a la presencia en las leyes de declaraciones programáticas y principios. Un caso actual de ley necesitada de desarrollo reglamentario es la Ley de Universidades, cuya reforma aprobó el parlamento en abril. Ella ha introducido la nueva estructura de los estudios universitarios adecuada al Espacio Europeo de Educación Superior. Para su puesta en práctica es necesaria una concreción que el gobierno va a realizar mediante un Real Decreto que espera –más bien teme- la comunidad universitaria. ¿Qué sucedería si ganara el PP y decidiera paralizar, como es su intención, dicha regulación? Sencillamente que la ley aprobada por el parlamento se quedaría en papel mojado en aspectos sustanciales. En un post anterior lamentaba la falta de sentido de Estado de los dos grandes partidos por no ponerse de acuerdo en materias clave; el problema se agrava cuando el poder para llevar a la práctica una ley se traslada al gobierno. ¿Dónde queda la división de poderes? Pues donde San Juan de la Cruz se dejó su cuidado: entre las azucenas olvidado.

jueves, 6 de septiembre de 2007

La libertad de expresión en los clubs de fútbol

Vicente, el futbolista del Valencia que no termina de recuperarse de una lesión que los médicos del club no ven clara -vamos, que casi sospechan que es psicológica-, ha declarado que no confía en absoluto en dichos profesionales. Esas declaraciones han motivado que el Valencia CF le abra un expediente por haber incurrido en una falta grave o muy grave. Por lo visto, el reglamento de régimen interno prohibe la crítica a determinados profesionales de la entidad por parte de los futbolistas, lo cual no deja de ser curioso porque que el entrenador y el director deportivo se critiquen, como sucedió con Quique y Carboni el año pasado, sí que está permitido.

El caso del Valencia CF no debe de ser diferente al de otros clubs en materia de reglamentos de régimen interno. Estas normas lesionan alegremente el derecho a la libre expresión sin justificación alguna, pues una cosa es una crítica continua que impide el desarrollo de la actividad laboral en cuestión y que parece contraria a la buena fe contractual que debe existir entre un empleador y sus empleados, y otra muy distinta es una declaración puntual en la que un jugador confiesa que ha perdido completamente la confianza en el médico de su club, como ha hecho Vicente. En su día el futbolista del Tenerife Manolo Hierro también realizó unas declaraciones muy críticas contra el presidente de su club, lo que le valió una sanción por vulnerar las dichosas normas de régimen interior. Hierro no se conformó y recurrió ante los tribunales la sanción que le había impuesto su club, e incluso recurrió en amparo, tras agotar la jurisdicción ordinaria, ante el Tribunal Constitucional. Pues bien, éste declaró que, efectivamente, la aplicación de dichas normas vulneraban el derecho a la libre expresión. Uno podría pensar que cuando un jugador ficha por un club acepta someterse a las normas internas de dicho club, pero se olvida que ningún acuerdo puede contravenir la ley, la moral y el orden público. Con otras palabras, un reglamento interno de un club que vulnere los derechos fundamentales es nulo. Convendría que los clubs tomaran buena nota del caso Hierro y no adoptaran medidas antijurídicas y, además, ridículas. ¿Acaso no es razonable que un jugador que no se cura pierda la confianza en el médico que le trata? Desde luego, los dirigentes del Valencia por unas u otras razones se están cubriendo de gloria.