lunes, 29 de junio de 2009

Unos días en Oxford

Acabo de regresar de la Universidad de Oxford tras asistir a un congreso sobre “justicia transicional”, término que se emplea generalmente para referirse a un conjunto de problemas que se plantean en sociedades que transitan de una situación de conflicto armado, o de dictadura con violaciones de derechos humanos, a la democracia.

Ya conocía Inglaterra. Estuve pasando un mes en Eastbourne cuando tenía 16 años. Me encantan sus parques y el verdor de su paisaje. Aunque sin duda los ingleses tienen sus defectos, hay que reconocer que hay rasgos de su forma de entender la vida colectiva con los que congenio. Fíjense. Nada más llegar a Londres tomé un autobús con destino a Oxford. En el autobús una mujer contestó a una llamada a su móvil y se puso a hablar en un tono algo alto, perfectamente audible por todos. Pues bien, el chofer paró el autobús y enérgicamente le instó a que bajara inmediatamente el volumen de la voz. Se lo dijo una vez y la mujer no reaccionó; inmediatamente se lo repitió con mayor determinación si cabe y entonces surtió efecto. Yo creo que si no hace caso o de allí no nos movemos o le hace bajar. Quizá fuera un tanto exagerado, pero el viaje fue una maravilla. En un absoluto silencio, no reñido con que algún pasajero hablara por teléfono en plan susurro, pude disfrutar del paisaje. ¡Cuánto me acordé de los viajes en tren a Madrid en los que te toca el clásico fulano que no para de hablar por el móvil a grito pelado! En estos detalles se ve el nivel de educación y el grado de civilización de un país.

Como se sabe, Oxford es una ciudad universitaria. De hecho su belleza es debida sobre todo a los edificios de la Universidad, de un precioso estilo gótico y magníficamente conservados. Una visita a Oxford resulta muy conveniente para comprender el valor de la tradición. No es lo mismo estudiar en un lugar como Oxford que hacerlo en un edificio funcional de nueva planta. Las calles y edificios de Oxford arropan la vida estudiantil y universitaria hasta tal punto que troquelan el espíritu. Todo invita a aplicarse en el estudio por respeto y reverencia a una tradición cuya grandeza es claramente perceptible. Por ello no sorprende que los estudiantes vistan sus mejores galas para las ceremonias de graduación, o que los miembros de la comunidad universitaria acudan a diversos actos de riguroso smoking ellos, y elegante traje de noche sus esposas. Pero si además barzoneando por la ciudad te topas con un palacio y ves en el césped a unas cuantas personas que disfrutan recitando poesía ya es el acabóse. En definitiva, impresionante.

En cuanto al congreso no entraré en detalles. Tan solo un dato que debería hacernos reflexionar a los españoles. En los años ochenta la transición española era una referencia internacional como ejemplo de un proceso exitoso conducido magistralmente. Han pasado los años y los propios españoles nos hemos dedicado a criticar determinados aspectos de nuestra transición a la democracia. Es bochornoso que en buena medida debido a nosotros mismos en los círculos académicos se haya consolidado la idea de que la transición española representa el modelo de “amnistía y amnesia”, lo cual, como han puesto de manifiesto diversos autores, no es cierto. Más bien sucede lo contrario: la transición española pudo ser un éxito gracias al vivo recuerdo de la Guerra Civil. Al margen de esa distorsión a la que me refería, me ha llamado poderosamente la atención la ausencia de referencias a la transición española durante este congreso de justicia transicional.

miércoles, 17 de junio de 2009

Zapatero y la financiación de Cataluña

Es absolutamente indignante el anuncio de Zapatero diciendo que Cataluña va a tener más financiación per cápita que la media nacional. Bien está que se mejore su financiación y se tenga especialmente en cuanta los habitantes que allí residen, ya que ello implica que un gobierno autonómico tiene más gastos que asumir al servicio de los ciudadanos. Lo sabemos muy bien los valencianos, que reivindicamos exactamente eso, que se tenga en cuenta el millón de nuevos habitantes de la Comunidad Valenciana. Pero una cosa es reivindicar una mejora en la financiación, y otra muy distinta quebrar el principio de solidaridad interterritorial. No es admisible que las regiones más ricas tengan además una financiación per cápita por encima de la media nacion. ¿Alguien me puede decir qué razón puede justificar este disparate? Y todo esto sucede porque el principio esencial en el que se basa una nación, la búsqueda compartida del bien común, cada vez está más erosionado en España. Los resultados de las elecciones ponen de relieve con toda claridad que los dos grandes partidos parecen asumir que hay comunidades que pertenecen a uno o a otro, de tal forma que lo importante es no perder los feudos y arañar votos en territorios del contrario. Zapatero tiene clarísimo que por encima del bien común está conservar el poder, justo la antítesis de un buen gobernante. Por ello mimará con esmero a Cataluña y Andalucía por mucho que ello acentúe la indignación de las comunidades en las que gobierna el PP. Esta polarización es nefasta para la nación y para la democracia.

jueves, 11 de junio de 2009

Miss California

Increíble, a Miss California le han retirado el título por opinar que sólo debería considerarse matrimonio la unión de un hombre y una mujer. Y además parece ser que añadió un “sin ánimo de ofender”. Pues se han ofendido y le han quitado su corona por homófoba. Ya ven cómo se las gastan los progres. Se les llena la boca pidiendo libertad para todo tipo de opciones sexuales y de credos religiosos, pero son incapaces de tolerar que alguien opine de forma diferente a ellos. Esta Miss California tiene inteligencia, no como esa Miss que a la pregunta de quién era Confucio contestó algo así como que el filósofo que inventó la confusión.

miércoles, 10 de junio de 2009

Los resultados de las europeas

El resultado de las elecciones europeas presenta muchos datos que merecerían detenido análisis. Me centraré en aquellas cuestiones que para mí tienen mayor interés. En primer lugar hay que decir que por mucho que la abstención en estas elecciones haya sido la habitual en las europeas, ningún político que crea verdaderamente en la democracia puede aceptar sin rubor y un detenido examen de conciencia que no acuda a votar ni siquiera la mitad del electorado. La razón principal de esta alta abstención a mi juicio es la percepción que tienen muchos ciudadanos de la inutilidad del parlamento europeo, que no de la Unión Europea, y la escasa repercusión que el resultado puede tener en la política nacional, sobre todo a estas alturas de la legislatura. Como dice Zapatero, el PP sigue en la oposición y él tiene todavía tres años por delante para seguir destrozando a España.

En segundo lugar, creo que el inapelable triunfo del PP hace que asistamos a la resurrección de Rajoy, algo que debería hacer pensar a Zapatero en lo extremadamente mal que estará gobernando y articulando su estrategia política como para ser capaz de dar vida a un cadáver político. Quizá alguno piense que es mérito de Rajoy. En parte puede que sea cierto por haber diseñado una estrategia de oposición más amable (por así decirlo) que desactiva el discurso de la crispación que habitualmente esgrimían los socialistas para desacreditar al PP ante el moderado y bien pensante votante centrista. Pero de nada hubiera servido el camino emprendido por Rajoy sin los engaños, imprudencias y desvaríos del orate monclovita, que se empeña en dar la razón a todos los que piensan que la oposición llega al gobierno más por deméritos de quien gobierna que por la labor de la oposición. Sí, el PP ha ganado consolidando el liderazgo de Rajoy, aunque la endeblez política de este gallego practicante no me permite ser optimista respecto a sus posibilidades de ganar unas elecciones generales. Por otra parte, el triunfo amplísimo del PP en lugares como, por ejemplo, Madrid, Murcia o Valencia evidencia la cada vez mayor fractura territorial de los dos grandes partidos. Y ya se ve el desgaste que le ha supuesto a Camps el caso Gürtel. Con independencia de lo que pueda haber de cierto en el asunto, la campaña de los socialistas en Valencia ha sido patética, en consonancia con Alarte, un personaje que está a medio camino entre la imitación de Zapatero y un cura. Nivel subterráneo el de este politiquillo insustancial.

Finalmente hay que hablar de UPyD. Hay quienes como Pedro J. Ramírez sostienen que su resultado ha sido malo, pues era ahora o nunca. Dice este periodista que la consolidación del partido pasaba por lograr pasar del 5% de los votos. En teoría eso hubiera estado muy bien, pero la realidad es que hace un año se celebraron las generales y el domingo obtuvo 150.000 votos más que en esa cita. En mi opinión, impresionante. Y mucho más si se tiene en cuenta que este partido fue sistemáticamente eliminado de los medios de comunicación en una demostración palpable de la calidad de nuestra democracia: ¿acaso el pluralismo político no exigiría que las opciones minoritarias tuvieran más oportunidades de presentar sus ideas a los ciudadanos? Pues bien, aun así casi medio millón de votos. Esto demuestra que hay una creciente convicción en muchos ciudadanos de que nuestra democracia exige cambios importantes como los que propugna este partido. Si el sistema apaga ese deseo de cambio aplastando a UPyD a través del terrible sistema electoral que padecemos, mucho me temo que la democracia española se resienta.

jueves, 4 de junio de 2009

Sobre las declaraciones de Cañizares y las críticas socialistas

Hace pocos días, el cardenal Cañizares se refirió a los nuevos casos de pederastia que se ha conocido que tuvieron lugar en centros católicos de Irlanda. Concretamente, dijo que no era comparable lo que hubiera podido pasar en unos cuantos colegios con los millones de vidas destruidas por el aborto. Ante la avalancha de críticas que le han llovido, el cardenal ha matizado sus declaraciones, pero la carnaza para los diseñadores políticos del PSOE ya estaba lista. Uno de ellos, es de suponer que tras sesuda reflexión, debió de exclamar “¡eureka!, lo tengo”, mientras el silencio invadía el laboratorio de diseño de ideas de campaña y las miradas se posaban sobre él. El iluminado lo había visto claro: “tenemos que hacer ver al electorado que Cañizares ha equiparado el aborto, que como ha dicho Felipe González es un derecho de la mujer, con un delito execrable como la pederastia”. Le llovieron los elogios y las palmaditas. El mensaje del iluminado llegó inmediatamente a los mítines nocturnos con tiempo suficiente para salir en los telediarios. Los socialistas estaban encantados con el nuevo argumento y lo repetían sin que nadie osara no ya una réplica, sino una explicación del fondo asunto. ¿A santo de qué meterse en charcos cuando la crisis económica está en su momento álgido? Los diseñadores del PP lo tenían claro: es un movimiento de distracción, centraos en la crisis que ahí les duele.

Al argumento se le podría objetar en primer lugar que el aborto se presente como un derecho, pues en realidad se trata de una conducta despenalizada, como he explicado en el blog en varias ocasiones. De todas formas al diseñador socialista esto le importa poco, ya que puede seguir sosteniendo que Cañizares ha equiparado una conducta delictiva con una conducta amparada por el ordenamiento jurídico. Así, en un alarde de osadía tan propia de estos indigentes intelectuales tipo Leire Pajín and Co., el cardenal es presentado nada menos que como alguien capaz de cometer gruesos errores a la hora de distinguir el bien y el mal. Quizá algún lector piense que muchos ciudadanos no permiten que les vendan la burra y se dan perfecta cuenta de que semejante manera de presentar la posición de Cañizares es una burda manipulación. Bueno, quizá sea así, pues es evidente que Cañizares estaba emitiendo un juicio moral que va más allá de la calificación legal que reciban en un momento dado estos comportamientos, y por ello es perfectamente comprensible que le parezca mal la pederastia y el aborto. Pero si Cañizares (y todo aquel que pretenda realizar juicios morales) se aferra a esta perspectiva moral para justificar su afirmación se expone a otra andanada de diseño socialista implícita en el argumento y lista para hacer su aparición en cuanto se tercie: “¿y quiénes son ustedes para pretender imponer sus juicios morales a los demás? La moral es algo privado que no debe ser llevado al terreno público, pues hay muchas morales”. Aquí se halla la raíz y la verdadera fuerza del argumento. Los socialistas se sienten cómodos en el mitin. Ni siquiera necesitan descender al debate moral. Simplemente apelando al Derecho vigente, al ámbito de lo público, creen que tienen ganada la partida y además pueden presentar a Cañizares y a todo el que ose ponerse de su parte como un carca obsesionado en imponer su moral a toda la sociedad.

No estoy seguro de que los ciudadanos perciban claramente la gravedad que entraña esta supuesta privatización de la moral. Y digo supuesta porque en realidad lo que está sucediendo es que con la apelación a que nadie imponga su moral se está entronizando aquello que con la fuerza de los votos (más bien de los escaños) ha alcanzado status jurídico y puede ser impuesto coactivamente. Y naturalmente me veo obligado a decir que ese status se alcanza por la fuerza, pues atreverse a pensar que algo haya adquirido fuerza de ley tras un proceso deliberativo en el ámbito público en el que se haya pretendido argumentar moralmente, es decir, justificar una posición objetivamente apelando a una determinada concepción de lo bueno sería entrar en contradicción con la privatización de la moral por la que abogan los socialitas. El engaño brilla más que la estación espacial internacional: lo importante es elevar a rango legal las propias convicciones para acto seguido recluir los juicios morales de los demás en el salón familiar. Como afirma Cruz Prados: “La moral se privatiza, quedando exonerada del cuidado de lo público, y lo político es reducido a coerción, quedando exonerado de todo perfeccionamiento moral” (Alfredo Cruz Prados, Ethos y Polis, Pamplona, Ed. Eunsa, 1999, pág. 27). Esta es la razón por la que en el debate sobre el aborto que ahora está abierto los socialistas hacen ver que no pretenden plantear la cuestión en términos morales (no les interesa dado que probablemente cuenten con los votos necesarios para sacar adelante su propuesta), sino que centran el debate en si se debe penalizar la conducta, algo que quieren hacernos creer que puede ser examinado al margen del juicio moral.

viernes, 29 de mayo de 2009

Garzón imputado por prevaricación (¡ya era hora!)

Aconsejo la lectura del auto del Tribunal Supremo por el que se admite a trámite la querella por prevaricación contra el juez Garzón. Veremos en qué queda todo, pero la fundamentación del auto es impecable y en él queda patente la utilización absolutamente disparatada que hizo Garzón del Derecho con el fin de instruir un proceso nada menos que contra los responsables del franquismo. Los disparates jurídicos cometidos por Garzón son numerosos y de ellos da cumplida cuenta el Supremo, pero quisiera destacar un punto en el que el Tribunal Supremo ha estado especialmente certero. Como es sabido, Garzón pidió el certificado de defunción de Franco y de otros dirigentes franquistas que supuestamente podrían ser penalmente responsables de delitos contra la humanidad. Garzón y quienes defienden sus tesis (por ejemplo el magistrado emérito del Tribunal Supremo Martín Pallín) sostienen que al probar documentalmente que están fallecidos se podría extinguir su responsabilidad criminal, pero para extinguirla primeramente, sostienen ellos, hay que declararla. Pues bien, el Tribunal Supremo certeramente les objeta que no se puede declarar la responsabilidad criminal de alguien fallecido, es decir, no puede actuarse penalmente contra alguien fallecido. Concretamente, el Tribunal afirma lo siguiente: "Señalemos que además la extinción de la responsabilidad penal que por fallecimiento dispone el art. 130.1º del Código Penal presupone una sentencia previa de condena que válidamente y en proceso contradictorio haya declarado la responsabilidad penal de cuya extinción se trata. Cuando la muerte es anterior a una condena, y la condena por ello no ha existido, lo que se extingue es la acción penal, lo cual determina que si el proceso estaba abierto porque vivía la persona, se archive de plano, y si no lo estaba, resulte absolutamente imposible incoarlo". Parece mentira que algo tan elemental no lo entendiera Garzón, pero ese es el problema y la razón de por qué estamos ante una prevaricación como la copa de un pino: este señor deliberadamente ha retorcido el Derecho para ponerlo al servicio de un determinado objetivo personal. Lo de Garzón es bochornoso.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Te recuerdo Amanda

No puedo resumir en un solo post mis gustos musicales, así que tendré que optar por un goteo de posts. Hoy hablaré de la canción protesta comunista tan característica de hispanoamérica. Tengo dos hermanas mayores que en los años setenta tenían la edad justa para caer hipnotizadas por el mensaje de comunistas de diversos pelajes (en este caso sus plumas fueron el maoísmo, ya ven). Inundaron la casa de discos de cantantes y grupos comunistas de excelente calidad. Así pude conocer la música de Víctor Jara o Quilapayún, verdaderamente extraordinarios. Más tarde mis amigos Víctor y Óscar me aficionaron a Silvio Rodríguez, excelente compositor castrista cubano al que lamentablemente le falla la voz, además de otras cosas... De toda esa música es difícil destacar una sola canción, pero si tuviera que hacerlo me parece que la elegida sería la extraordinaria “Te recuerdo Amanda”, probablemente una de las canciones más hermosas que se han compuesto. Su autor, Víctor Jara, murió poco después torturado por los pinochetistas en Chile. Aquí les dejo con la magnífica e inigualable “Te recuerdo Amanda” ( http://www.youtube.com/watch?v=ONIZuiUKPII ).