Hay noticias que hablan por sí
solas, no necesitan comentario, pero tampoco pueden dejarse pasar sin decir
claramente cuáles son las emociones que provocan, generalmente una mezcla de
indignación, cabreo y preocupación. Me refiero al dinero que hay que poner en
Bankia. ¿Alguien puede entender que Luis de Guindos hace poco más de una
semana cifrara en 7.500 millones las necesidades de Bankia y ahora
Goirigolzarri pida al Estado 19.000 millones? Es de traca. Nada menos que una
ligera diferencia de 11.500 millones. Un ministro de Economía no puede quedar
en evidencia de una forma tan monumental. Así no puede generarse confianza de
ningún tipo (ya ven cómo tenemos la prima de riesgo). Y luego los eufemismos
contables del “pensionista” Goirigolzarri explicando que no son ayudas sino que
se trata de capital, que lógicamente no hay que devolver, y que gracias a su
gestión se generará un valor que nos hará sentirnos satisfechos de la aportación
realizada. Muy bien. Fenomenal. ¿Esto es la economía de mercado? Ah, y por si
no tuviéramos suficientes motivos para estar hartos, no parece el gobierno tenga
intención de exigir responsabilidades. ¿Vivimos en democracia o esto es un
paripé? La respuesta parece clara.
lunes, 28 de mayo de 2012
jueves, 17 de mayo de 2012
La perplejidad de Rajoy y los ataques a Krugman
El diario “El País” analiza qué
está sucediendo con la crisis de la prima de riesgo española, y se refiere a
las declaraciones de ayer de Rajoy sobre la importancia de que Bruselas salga
en defensa del “proyecto del euro” y de la deuda de los países de la eurozona.
En concreto, me ha llamado la atención este párrafo: “Rajoy está cada día más
descolocado. Perplejo. No entiende, explican los suyos, por qué unas medidas
que él mismo considera durísimas —sobre todo los recortes en sanidad y
educación o la reforma laboral—no aplacan
a los mercados. El Gobierno está cada vez más frustrado. Comprueba que los
viernes anuncia medidas duras, impopulares, se lleva todo el coste político,
obedece las peticiones de la UE, y sin embargo los lunes los mercados vuelven a
dar un nuevo golpe. Nada funciona”.
Es comprensible hasta cierto
punto la perplejidad de Rajoy. Albergaba la esperanza de que los mercados
fueran sensibles a los recortes y a las reformas adoptadas. Hay quien dice que
el problema radica en que todavía no se ha demostrado que España será capaz de
controlar el déficit de las autonomías. Hoy sabremos algo más sobre ese tema,
pero apuesto a que, aunque la prima de riesgo se relaje algo, no bajará de los
400 puntos. ¿Por qué? Pues sencillamente por lo que vengo reiterando hasta la
saciedad. Rajoy ha razonado con lógica pensando que si hacemos lo que se nos
pide deberíamos obtener resultados. Eso funcionaría si la crisis en Europa
pudiera combatirse mediante unas medidas que respondieran a una lógica basada
en la búsqueda compartida del bien común europeo. Pero esto no es así. No puede
serlo, porque nos habían intentado convencer de que la Unión Europea y, sobre
todo, la unión monetaria suponía una cesión de soberanía, lo cual es imposible
por definición. Sin duda los compromisos internacionales condicionan las
decisiones nacionales, pero Grecia sigue siendo soberana para decidir si
prefiere votar a partidos que no están dispuestos a cumplir el plan de rescate
pactado, y ahora Hollande parece que también le dice a Merkel que no ratificará
el pacto fiscal. Así no se va a ningún lado, porque no confiamos los unos en
los otros. En España Montoro puede decirle a Cataluña que su ajuste no es
suficiente y que en dos semanas o rectifica o queda intervenida. Y Mas podrá
hacer muchas declaraciones ampulosas, pero se lo tiene que tragar. En la Unión
Europea las cosas no suceden así, y por eso Alemania está marcando una línea
que responde a proteger al máximo sus propios intereses. Por eso estamos
atascados, porque o la Unión Europea se convierte en un verdadero Estado
nacional, o el “proyecto del euro” –como curiosamente lo denominó ayer Rajoy-
no puede funcionar, como ya advirtieron algunos.
Krugman señaló hace tiempo que si
Europa quería solucionar sus problemas tenía la opción de profundizar en su unión,
pues de lo contrario difícilmente podría salvarse. El otro día Arcadi Espada se
metía con Krugman diciendo que sus pronósticos respondían a la vanidad del
profeta que aspira a ver como la realidad confirma sus vaticinios. Y como
Krugman tiene tanto tirón mediático podría contribuir con sus opiniones a hacer
realidad lo que dice que puede suceder. ¿Qué alternativa tiene Krugman o
cualquier otro? Parece que uno tiene que permanecer en silencio si no quiere
que por decir que nos vamos al garete le tachen de vanidoso. La verdad es que
me parece un comentario muy desafortunado. Sobre todo porque si hubiera leído a
Krugman durante los dos últimos años se daría cuenta de que no ha hecho profecías,
sino análisis de la situación y de las diferentes posibilidades que se ofrecen
para poder salir de la crisis.
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Actualidad política
lunes, 14 de mayo de 2012
Se acerca el desenlace
De Guindos dice a los “socios”
europeos que España ya ha hecho lo que tocaba y que ahora o tiramos todos
del carro, es decir, compartimos el coste de la financiación pública, o
sencillamente el euro se va a pique, porque el pánico que cundirá tras la
salida de Grecia aboca al rescate de España e Italia. Exactamente lo que
cualquier persona que reflexione sensatamente podía ver. Lástima que Alemania y sus dobermanns no hayan visto que había que evitar llegar a este punto, y que España e Italia no se lo hayan hecho ver antes. Krugman lo dice con
toda claridad: o Alemania modifica su política y hace posible una financiación
razonable para los países periféricos, sin descartar el corralito para España,
o el euro se acaba. Y, en efecto, todo esto se va a ver dentro de nada. Apenas
se confirme que los griegos están fuera.
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Actualidad política
jueves, 10 de mayo de 2012
La nacionalización de Bankia, penúltimo capítulo de una larga agonía
A la vista de los comentarios de
algunos contertulios televisivos, tengo la impresión de que la nacionalización
de Bankia satisface a casi todo el mundo, incluidos muchos periodistas y
contertulios que tenía por liberales. Por si no se han enterado bien, les
explico en qué consiste la jugada de anoche, el movimiento que propone el “pensionista”
Goirigolzarri. El FROB (Fondo de Rescate y Ordenación Bancaria) había prestado
dinero a Bankia -unos 5.000 millones- que ésta tenía que devolver con un
lucrativo interés para el Estado. Lo que pide Bankia es no devolver ese dinero
a cambio de que el Estado se convierta en el máximo accionista y controle el
45% del accionariado. Claro, esto supone que Bankia no devuelve el dinero público,
y además ahora sabemos que necesita una nueva inyección de 7.000 millones de
euro. ¿Y eso a quién conviene? De entrada, a todos los clientes que pueden ver
en peligro sus ahorros (un servidor, de momento, se encuentra entre ellos). A
partir de ahí, si Bankia pudiera ser saneada a un coste razonable y pudiera dar
beneficios, se supone que el Estado podría obtener ingresos en forma de
dividendos, dada su condición de accionista mayoritario. Pero si los activos de
Bankia están sobrevalorados y Bankia amenaza quiebra la nacionalización sería
desastrosa porque nos va a costar todavía más dinero. Vamos a suponer que
Bankia sea viable, ¿cómo se comporta un banco nacionalizado de esas dimensiones
en un mercado competitivo? Lo normal sería que se procediera a un saneamiento y
venta, pero me parecería muy lógico que los competidores de Bankia –Banco Santander,
BBVA, etc.- pusieran el grito en el cielo. Mi impresión es que no hay más
remedio que proceder a la nacionalización para evitar que el sistema se venga
abajo y cunda el pánico entre los ciudadanos y, sobre todo, en los mercados financieros
(aunque ya ven cómo está la prima de riesgo) y en determinadas instituciones
internacionales. La duda inquietante es si hay más entidades que, como Bankia,
van a ser incapaces de devolver el dinero público y requieran su nacionalización.
Y los ciudadanos asistimos
atónitos a todo el espectáculo, sobre todo al escuchar las cifras que se manejan cuando se habla de inyectar dinero
público en la banca. Ya manifesté mi indignación en la entrada titulada “Sí hay
dinero para los bancos”, pero ésta aumenta a la vista de los recortes en
sanidad y educación. ¿Demagogia? En absoluto. Entiendo que no se puede dejar
caer el sistema financiero, pero es que aquí se van todos de rositas y los
ciudadanos no podemos permitirlo. ¿Va a dar alguna explicación Fernández Ordóñez?
¿Va a aclararnos José Luis Olivas cuál fue su política al frente de Bancaja?
¿Tenía que ser Goirigolzarri –que recibe una millonaria pensión anual tras
dejar el BBVA- quién se ponga al frente de Bankia, nada menos que para poner la
manita y decirle a los contribuyentes “dame argo”? Esto da auténtico asco, y lo
peor es que la situación es cada vez más inquietante. Está demostrado que
Zapatero se pasó cuatro años tocando el violón, incapaz de afrontar y resolver
en serio ningún problema, comenzando por el saneamiento del sector financiero
español (ya saben, el más sólido del mundo). Si esto todavía está por resolver,
la crisis indudablemente va a durar como mínimo tres años más. Pero lo peor
sucede fuera de España. La salida de Grecia del euro es inevitable a la vista
de los resultados de las últimas elecciones, lo que aumentará las tensiones
financieras, que afectarán esta vez muy duramente a Francia. Lo de Grecia unido
a que se ve que nuestro sector financiero está con el culo al aire prácticamente
hace imposible que la prima de riesgo española baje. En este contexto, si
Alemania no da vía libre a los eurobonos –que habrá que ver si funcionan- el
rescate de España y la ruptura de la zona euro son un hecho. Todo lo que
estamos viviendo son medidas desesperadas para evitar la consumación de un
fracaso histórico propiciado por la irresponsabilidad de los gobernantes que
nos embarcaron en ese proyecto (en lo que a nosotros respecta, la
responsabilidad pesa sobre el gobierno de Aznar, pero también son cómplices
todos los partidos de la oposición que no pusieron ningún reparo). Den por
seguro que ahora mismo muchos burócratas de Bruselas están planeando en secreto
cómo abordar este proceso de ruptura ordenada del euro.
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Actualidad política
lunes, 7 de mayo de 2012
Carlos Herrera entrevista a Rajoy
Esta mañana he escuchado parte de
la soporífera entrevista de Carlos Herrera a Rajoy. Daba la impresión de que el
Presidente tenía mucho interés por explicar las medidas de su gobierno, así que
ha utilizado un lenguaje más simplón que didáctico, y reiterativo hasta el extremo
de desdibujar los problemas. Las reformas se explican, según Rajoy, porque no
se puede gastar lo que no tenemos. Así de sencillo. Y para entenderlo no hay
más que pensar en que una familia que gana 1.000 y gasta 1.200 tiene que pedir
prestado, y si no logra que le presten tiene un problema. Ese es el caso de
España, en su opinión. Y lo repitió una y otra vez, como el conejito de
Duracell. Bastaba con que se le hubiera dicho que la alternativa no es sólo
gastar menos, sino crecer –producir riqueza que aumente nuestros ingresos- para
poder seguir manteniendo un nivel de vida aceptable, porque es evidente que
vivir del crédito sólo es un remedio temporal. La cuestión es -y para dar
respuesta a esto no vale el ejemplo de la familia dirigido a españoles de baba
por los que nos ha tomado- si esa disminución del gasto no afecta a su vez a
los ingresos y, en consecuencia, entramos en una espiral diabólica que nos
condena a seguir recortando casi indefinidamente. En sus respuestas se dejaba
entrever que esos recortes eran necesarios para demostrar que somos serios y
evitar que se nos cierre el grifo del crédito. Y es que ahí está uno de los
principales problemas. ¿Qué espera nuestro gobierno para poner en marcha una
estrategia que fuerce a Alemania a aceptar los eurobonos mientras buscamos fórmulas
para reestructurar nuestra economía y comenzar a crecer? Francamente, la
entrevista –lo que he podido escuchar- me ha decepcionado.
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Actualidad política
sábado, 5 de mayo de 2012
Escribir para comprender
¿Comprender para escribir o
escribir para comprender? Lo lógico parece lo primero: se presenta un problema,
reflexionas, das con la solución y comienzas a escribir. Sin embargo, la
redacción casi nunca es un reflejo exacto de lo pensado. Eso sucede porque las
palabras son como un espejo que te devuelve tu propio pensamiento, lo cual te
exige una nueva reflexión que habitualmente modifica el pensamiento inicial, y
así sucesivamente la escritura pule el pensamiento y viceversa. Por eso también
es cierto lo segundo: para comprender cabalmente hay que aventurarse a escribir
y pedirle a la mente la agilidad suficiente para lanzarse al vacío que supone
intentar plasmar un pensamiento insuficientemente madurado. Hay quienes
reflexionan demasiado antes de ponerse a escribir, mientras que otros
desenfundan la pluma apenas se centran en un tema. El lector que me sigue
habitualmente sabrá que yo soy de los primeros. En alguna entrada me he lanzado
a la piscina, pero no me siento cómodo, porque me gusta tenerlo todo claro en
mi mente, o al menos lo suficientemente claro. Me gustaría lograr ese equilibrio,
y el blog podría ser un excelente instrumento para ejercitarme en esa escritura
constructora del pensamiento. Espero que a partir de ahora haya más entradas en
las que escribo para comprender. Si digo alguna memez espero que el lector,
oportunamente avisado, sepa disculparme.
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Reflexiones personales
martes, 1 de mayo de 2012
Un mensaje de esperanza
Hace poco leí que una mujer
intervino en un programa de radio para mandar un mensaje de ánimo a todos
aquellos que se sienten desesperados por la situación económica que atraviesan.
El marido de esta mujer se había suicidado veinte días atrás, dejándola viuda
y con dos hijas pequeñas. Su testimonio fue terrible y el problema que puso
sobre la mesa me parece de la máxima importancia. Como comentaba con mi amigo Óscar,
es alarmante el aumento del número de suicidios que está provocando la crisis.
Al igual que hizo esta mujer, me gustaría mandar a todos aquellos que están al
borde de la desesperación un mensaje de esperanza. Pienso mucho en todas las
personas que se levantan sin saber qué va a ser de ellas y de su familia, que
están recurriendo a ayudas de amigos, familiares o de instituciones de
beneficencia. Aunque sea difícil, es importante ver toda la realidad, porque ésta
casi siempre deja un resquicio para la esperanza.
Es importante comenzar por contextualizar
correctamente el momento actual. Estamos atravesando una dura crisis. Se dice
que es la más devastadora que hemos conocido en los últimos treinta años. Sí,
pero si repasamos la historia de una nación es difícil hallar amplios períodos
de tiempo sin momentos de grave dificultad. Aunque es duro e indignante, porque
estamos pagando -sobre todo los más débiles- la negligencia de políticos y las actuaciones
irresponsables, temerarias y dolosas de los financieros, lo que estamos
viviendo es algo normal que terminaremos superando. Cuando digo esto no pienso sólo
en términos generales, sino también en las personas directamente afectadas. Sí,
me dirijo a ti, desconocido amigo que acabas de perder tu empleo y no sabes cómo
pagarás la hipoteca. Podrás salir adelante, pero para ello hay que redescubrir
qué es lo verdaderamente importante. Y esto me lleva a la segunda cuestión. En
efecto, tras haber contextualizado, lo segundo es darse cuenta de todo lo bueno
que todavía tenemos, y que probablemente es mucho más de lo que la negatividad
que nos invade nos permite ver. Seguimos vivos, y afortunadamente en España hoy
no se muere nadie de hambre. Esto es importante no olvidarlo. Estamos vivos y
podemos comer, tener el pan de cada día. Si esto es así y además gozamos de
buena salud, la vida, si la afrontamos con optimismo, inteligencia y buena
voluntad para abrirnos un nuevo camino, nos dará una oportunidad. Claro que es
zozobrante pensar en que tienes que empezar otro camino con cuarenta o cincuenta
tacos, pero no hay más remedio, y lo importante es afrontar el reto con la
debida actitud. Debemos liberarnos de esos esquemas que pensábamos que debía
seguir nuestra vida para “ir bien”, y partir de lo esencial. ¿Se acuerdan de la
entrada “La granja”? Les aconsejo que la relean. Muchas personas no han puesto
en marcha una granja, pero la crisis les ha llevado a retornar al mundo rural,
a centrarse en lo esencial, y a comenzar una nueva vida.
Cada vez me apetece menos opinar
de todos los políticos. Me provoca bochorno que los socialistas que nos han
llevado a este desastre se quejen del PP. Que el PP no reconozca que silenció
deliberadamente muchas de las medidas que está adoptando, por mucho que los
socialistas les ocultaran un déficit que en buena medida podían conocer. Me ha
provocado bochorno leer esta semana como los dirigentes valencianos, tras gobernar
una comunidad autónoma durante más de quince años, son incapaces de hacer
autocrítica y tienen la poca vergüenza de presentarse como adalides de una “nueva
administración” tras aprobar los nuevos recortes. No hay que desconocer estos
hechos, ni olvidar que están destrozando nuestra democracia. Ante estos sinvergüenzas
convertirse en “antisistema” no es una opción. Lo que hay que hacer es recuperar
nuestra democracia votando con sensatez, o absteniéndose, si no hay otro
remedio. Pero aquí y ahora los que verdaderamente importan son todas esas
personas desesperadas en las que se está cebando la crisis y que carecen de
esperanza. Amigos, el suicidio no es una opción. Vivan la dolorosa experiencia
a fondo, con intensidad, siendo conscientes de ella. Hay que mirar a los ojos
de la crisis y aprovecharla para comprender mejor qué es la vida. Mucho ánimo a
todos. De todo corazón.
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