Con menos del 50% de
los votos emitidos favorables decididamente a la independencia no cabe duda de
que los independentistas han perdido lo que plantearon como un plebiscito,
aunque sólo lo reconozcan los de la CUP. Si jurídicamente la independencia es
inviable sin reforma constitucional, por muchas declaraciones que en ese sentido realice el Parlamento de
Cataluña, y no era previsible que el gobierno permaneciera impasible ante
posibles actos de desobediencia, el resultado del domingo refuerza la
legitimidad moral del gobierno para hacer cumplir la Constitución, ya que casi
dos millones de personas no representan ni el 40% del censo electoral.
Los resultados electorales admiten lecturas en clave nacional, como el ascenso de Ciudadanos o la debacle del PP y Podemos, de lo cual me ocuparé en otra entrada. Por lo que respecta a la política catalana, me parece que los militantes de Convergencia deberían darse cuenta de que la apuesta decidida por presentarse como independentistas les ha hundido electoralmente. No sería de extrañar que así como el PNV de Ibarretxe dejó paso al PNV de Urkullu, que se dedica a gestionar sin emprender proyectos quiméricos, en Convergencia prescindan de Mas y rectifiquen su línea política para regresar a un catalanismo nacionalista reivindicativo, pero no rupturista. Sería lo más sensato si no desean que la gobernabilidad de Cataluña dependa de gente como los de las CUP, que abogan nada menos que por desobedecer las leyes españolas que ellos consideren que agreden a la clase trabajadora.
Los resultados electorales admiten lecturas en clave nacional, como el ascenso de Ciudadanos o la debacle del PP y Podemos, de lo cual me ocuparé en otra entrada. Por lo que respecta a la política catalana, me parece que los militantes de Convergencia deberían darse cuenta de que la apuesta decidida por presentarse como independentistas les ha hundido electoralmente. No sería de extrañar que así como el PNV de Ibarretxe dejó paso al PNV de Urkullu, que se dedica a gestionar sin emprender proyectos quiméricos, en Convergencia prescindan de Mas y rectifiquen su línea política para regresar a un catalanismo nacionalista reivindicativo, pero no rupturista. Sería lo más sensato si no desean que la gobernabilidad de Cataluña dependa de gente como los de las CUP, que abogan nada menos que por desobedecer las leyes españolas que ellos consideren que agreden a la clase trabajadora.
Hagan lo que hagan,
digan lo que digan, la realidad es tozuda: el independentismo ha fracasado
porque los catalanes lo han hecho fracasar. Podemos presenciar declaraciones y
todo tipo de parafernalia en los próximos meses, pero conforme vaya pasando el
tiempo creo que el foco mediático irá alejándose de Cataluña y la efervescencia
independentista desaparecerá al igual que ha sucedido en el País Vasco, siempre
que no haya tontos que crean que la solución para el nacionalismo es tratar de
contentarles.