Cuando dieron los datos de participación en las elecciones de Madrid pensé que el triunfo de Díaz Ayuso iba a ser mucho más abultado de lo que pronosticaban las encuestas serias. Esa alta participación también dificultaba la entrada de Ciudadanos en la Asamblea madrileña. Las única incógnita importante era saber la magnitud que alcanzaría la derrota de Sánchez e Iglesias, los muñidores de la campaña de acoso y derribo sufrida por Díaz Ayuso prácticamente desde que llegó al poder. Los madrileños han comprendido perfectamente que se trataba de una cacería injusta a la que se sumó el felón Aguado con el visto bueno de Arrimadas. Díaz Ayuso ha gestionado bien la pandemia salvaguardando la economía. Por eso la gente estaba deseosa de ir a votar y decirle alto y claro a Sánchez y a Iglesias que la manipulación era bochornosa y que ya estaba bien de agitar el fantasma de la ultraderecha y del clima guerracivilista. Adiós al filobatasuno Pablo Iglesias. Esperemos que con él se vayan los fantasmas del enfrentamiento civil. Y ojalá el PP pueda mantener su crecimiento hacia el centro y mantenga a Vox en un lugar marginal. Desgraciadamente el resultado de Madrid no es extrapolable al conjunto de España porque Pablo Casado no da la talla. Sin duda Isabel Díaz Ayuso sería el mejor cartel que podría presentarse contra Pedro Sánchez.
Gracias de todo corazón a Isabel Díaz Ayuso y a los
madrileños que han mandado a Pablo Iglesias a su casa y han enseñado los dientes
al mentiroso de la Moncloa.