El PP gobierna actualmente en Madrid, Andalucía, Murcia,
Galicia y Castilla y León. La población de estas comunidades asciende a un
total de 21,6 millones. El penúltimo reto de Feijóo antes de las elecciones
generales será recuperar la Comunidad Valenciana y sumar cinco millones de
españoles más, un poder autonómico al que sólo se pudo aproximar el PSOE cuando
gobernaba Madrid, Andalucía y Valencia con Leguina, Chaves y Lerma. El PP debe centrar sus esfuerzos en recuperar la
Comunidad Valenciana e impulsar el desarrollo de nuestra región, cuya influencia en
la política nacional es muy pequeña, entre otras razones, por el bajo nivel
de los políticos valencianos.
La llegada a la Generalitat de socialistas, podemitas y
nacionalistas no ha supuesto grandes avances para la Comunidad Valenciana. El
sistema de financiación autonómica sigue perjudicando gravemente a los valencianos con relación a los españoles de otras comunidades autónomas, e infraestructuras
imprescindibles siguen sin ejecutarse e incluso sin planearse. Por ejemplo, no es de recibo
la conexión ferroviaria entre las principales ciudades valencianas. El tren de cercanías que une Alicante, Elche, Orihuela y Murcia (más de un millón de habitantes) es un vergonzoso tren de gasoil que tarda cerca de dos horas entre Alicante y Murcia. Inaceptable e impensable en Madrid, País Vasco o Cataluña. El Euromed entre
Alicante, Valencia y Castellón sigue como en 1997, y las obras en el corredor mediterráneo se demoran incomprensiblemente. Por si fuera poco, el
pacto del botánico ha sido incapaz de mantener indemne el trasvase Tajo-Segura
y se ha olvidado de cualquier reivindicación del Plan Hidrológico Nacional (elaborado por el PP y derogado por Zapatero ante la presión de ERC) que preveía un trasvase
del Ebro totalmente razonable que hubiera representado una enorme riqueza para
Valencia, Murcia y la provincia de Almería. El Gobierno de Puig puede esgrimir
que ha sabido gestionar ayudas a la dependencia y otras políticas sociales, pero ese bagaje es claramente insuficiente.
Todo lo que la Comunidad Valenciana ha logrado en las últimas tres
décadas se debe a gobiernos del PP, incluyendo también infraestructuras
sanitarias y educativas, que parece que solo avanzan con gobiernos de izquierdas.
Es imprescindible un cambio de gobierno en la Comunidad
Valenciana, pero para ello el PP debe encontrar un candidato con el suficiente
tirón. Me han hablado bien de Carlos Mazón, pero apenas tiene repercusión
mediática y no parece el candidato que necesitaría el PP para arrasar en la
Comunidad Valenciana igual que lo acaba de hacer en Andalucía. En ese papel sólo veo a Esteban
González Pons, que además es persona de la máxima confianza de Feijóo. Es buen comunicador, conoce bien la gestión autonómica, no se le conocen escándalos de corrupción, y tiene un perfil moderado y dialogante. Con todo
el respeto hacia Mazón, creo que sería un excelente candidato para que el PP ganara las elecciones incluso sin necesidad de depender de Vox. Ojalá fuera así y la Comunidad Valenciana pudiera estar políticamente a la altura de grandes empresarios valencianos como Juan y Fernando Roig, los hermanos Lladró, Boluda y tantos otros.