Como era previsible (remito a la entrada “La amnistía y el
principio de proporcionalidad”), el Tribunal Constitucional va a sostener que
el legislador tiene un amplísimo margen para valorar lo que conviene al interés
general en tanto legítimo intérprete de la “voluntad general”. La perversión de
la democracia constitucional alcanza su máximo apogeo al atacar su misma
esencia: poner límites a los excesos de los poderes públicos, en especial del
poder legislativo. El Tribunal Constitucional debe fiscalizar la actuación de
este poder cuando una ley viola flagrantemente el derecho fundamental a la igualdad
ante la ley de todos los españoles. En lugar de ello, los magistrados han
decidido ponerse al servicio de los que atentan contra la Constitución dando
así la puntilla al régimen constitucional. Esto ya estaba sucediendo, muchos lo
hemos advertido, pero constitucionalizar la amnistía supone un salto
cualitativo por la manifiesta evidencia de la felonía. Intentar hacer creer a
los españoles que el parlamento busca el interés general amnistiando a quienes
han declarado que volverían a quebrantar la legalidad es tomarnos a todos
por imbéciles. Conde Pumpido y sus compañeros van a emborronar no sólo cientos
de páginas hueras de razón, sino cualquier tipo de prestigio profesional que
pudieran atesorar.
martes, 3 de junio de 2025
El Tribunal Constitucional va a dar la puntilla a la democracia constitucional
lunes, 2 de junio de 2025
Crisis de representación
Las informaciones sobre la conspiración organizada por el PSOE para desprestigiar a los mandos de la UCO son gravísimas, pero no sorprenden en absoluto teniendo en cuenta la catadura moral de Sánchez y de todos los políticos que le rodean. Es evidente que esto no funciona. Urgen las reformas o, como afirma más de uno, una enmienda a la totalidad. Si tuviera que identificar lo más urgente diría que asistimos a una monumental crisis de representación. Los partidos políticos se han revelado como organizaciones oligárquicas que no representan a los ciudadanos. Si ello no fuera suficientemente grave, hay que añadir que por sus tuberías fluyen los peores, los más incapaces, con consecuencias trágicas: se ha podido constatar quién estaba al mando de la Confederación Hidrográfica del Júcar y de Emergencias en nuestra tierra cuando pasó lo que todo el mundo sabe que puede suceder en el mes de octubre.
Debemos encontrar fórmulas que permitan garantizar que los
ciudadanos se sienten representados por quienes actúan en su nombre. La
cuestión es si para ello es siempre necesaria una elección a través del voto. Quizá
se deberían explorar otras fórmulas que permitieran extraer representantes sociales
por otros medios. A este respecto, creo que sería muy interesante pensar en la
vía del sorteo. Vamos a admitir que un catedrático de Universidad con seis sexenios
de investigación ha alcanzado dicha posición por méritos. Podrían sortearse
cinco catedráticos de entre todas las Universidades españolas para representar
a los ciudadanos en el proceso de elección del Presidente del Gobierno. Lo
mismo podríamos decir de empresarios, médicos de prestigio, presidentes de las
Reales Académicas, etc. Se trataría de buscar a unas 200 personas capaces
que actuar como representantes de la sociedad española. ¿Acaso no podrían
reunirse como si de un cónclave se tratara y elegir entre ellos al Presidente
del Gobierno? Quizá sea una mala solución y analizada con detalle una propuesta
así sería inconveniente. Da igual. Lo que importa es ponerse a pensar en nuevas
fórmulas, porque nuestra democracia ha sido secuestrada por los partidos y es
una ciénaga.
martes, 20 de mayo de 2025
León XIV y la humildad
Sobre el nuevo Papa, León XIV, no tengo mucho que decir, salvo que me ha causado buena impresión la expresión de su rostro y el detalle de salir al balcón con la indumentaria papal clásica. Desde el inicio de su pontificado, Francisco renunció a lo que para él era un boato innecesario, llegando incluso a calzar unos zapatones gastados por el uso que inevitablemente llamaban la atención. No dudo de que tuviera la mejor intención, pero daba la impresión de que con ello hacía ostentación de humildad. León XIV ha recuperado la tradición y creo que ha acertado, porque cuando te insertas en ella reconoces humildemente tu participación en una realidad superior.
La humildad es una virtud muy importante. El hombre humilde debe estar dispuesto a que su nombre -que bien mirado es la cosa más azarosa del mundo- se pierda. No importa que nadie se acuerde de nosotros, ni siquiera cuando estamos vivos. Lo único que cuenta es esforzarse por actuar bien, tener la conciencia limpia. Eso es todo. Personalmente, siento un gran respeto por los héroes anónimos. A veces tenemos la fortuna de reconocerlos, siempre en contra de su voluntad. Cuando ello sucede, si es posible, y tratando de incomodarles lo menos posible, hay que escucharles si tienen a bien hablar. Digo esto porque todavía estoy saboreando una frase escrita por Pablo D'Ors en su versión de "El peregrino ruso", incluida en su último libro, "Devoción": "Una buena palabra es plata -dije para terminar, sellando mis labios-, pero el silencio es oro puro".
miércoles, 30 de abril de 2025
Mustang, Kelme y Álvaro Moreno
Apuntaba en entradas recientes que, ante los aranceles
impuestos por Trump, los ciudadanos deberíamos boicotear los productos
provenientes de los Estados Unidos. Personalmente, me tomo muy en serio mi
comportamiento como consumidor y rechazo esa frivolidad consumista del “ir de
compras”. Pienso en qué es lo que verdaderamente necesito sin sucumbir a caprichos
estúpidos y luego examino -sin necesidad de hacer una tesis doctoral- los
productos a adquirir teniendo en cuenta sus características y origen. Hace
pocas semanas he hecho algunas compras de las que estoy muy satisfecho y voy a
compartir con ustedes mis elecciones por si les resultan útiles.
Necesitaba unos zapatos deportivos negros, unas zapatillas de deporte y una cazadora larga de entretiempo. Estaba muy decepcionado con el resultado que me habían dado tanto los zapatos como las zapatillas, unas John Smith. Mi prioridad era que el calzado fuera cómodo, resistente, bonito y con un precio razonable. Los zapatos deportivos que elegí son de la marca española Mustang y no puedo estar más contento. Son comodísimos y su precio en la tienda Mustang del outlet de San Vicente del Raspeig me parece muy razonable, menos de cuarenta euros según creo recordar.
En cuanto a las zapatillas de deporte, tenía muy claro que debía primar la calidad, porque caminar es la base de mi ejercicio físico. En la búsqueda di prioridad al producto español con marcas como Paredes, Joma, J’Haiber y Kelme. Empecé por Kelme y no me hizo falta seguir. No sabía si todavía existía esta marca, puesto que no la he visto anunciada y las tiendas de deporte suelen estar copadas por Nike y Adidas. Sin embargo, existe y tengo la suerte de que vivo cerca del outlet de Kelme en el parque empresarial de Elche. La dependienta me aconsejó un determinado modelo y puedo decir que son las zapatillas más cómodas que jamás he calzado, y que su calidad se percibe en cada detalle. El precio, inferior a 50 euros. Sencillamente, espectacular.
La prenda de entretiempo para estos días
ventosos de primavera debía sustituir a una McGregor que compré hace años y
que me había dado un sensacional resultado. No lo tenía fácil. Igual se ríen de
mi ignorancia, pero mi mujer y yo entramos en una tienda desconocida de la avenida
Maisonave de Alicante llamada “Álvaro Moreno”. Enseguida encontré lo que estaba
buscando: una cazadora larga (lo llaman “cortavientos”) perfecta para esta
estación. No entraré en detalles, pero todo lo que vimos nos pareció de buena
calidad y también a un precio razonable. Antes de decidirme a comprar quise
indagar de dónde venía esta empresa. Resulta que se fundó en Osuna (Sevilla) y
está en proceso de expansión. Fantástico, también producto español.
Ya saben, Mustang, Kelme y Álvaro Moreno, tres marcas españolas que recomiendo sin reservas.
martes, 29 de abril de 2025
Saltaron los plomos
Es de suponer que pronto sepamos con certeza las causas del apagón de ayer. Desde hace unos años, en asuntos relacionados con la energía suelo prestar atención a las opiniones de Carlos Gagigal, un experto en esta materia. Antonio García Ferreras le entrevistó en directo en su programa de televisión y dijo que muy probablemente España no había padecido ningún ciberataque y que, como se venía advirtiendo, lo más lógico era que el apagón fuera causado por un exceso de oferta de energía, debido a la alta producción de las renovables. La desproporción entre la oferta y la demanda causó unos desajustes en los nudos que transmiten la energía que hizo “saltar los plomos”, como puede suceder en cualquiera de nuestras casas. Como todavía no estamos en disposición de almacenar toda la electricidad que generamos, es posible -seguía diciendo Cagigal- que lo de ayer no sea un incidente aislado y pueda volver a suceder.
Espero que pronto sepamos si esta teoría es acertada, pero da
la impresión de que ha habido una mala o nula planificación para evitar este
desajuste que ha causado pérdidas millonarias y graves problemas a muchas
personas. Habrá que depurar responsabilidades, pero tiendo a pensar que nos
puede haber venido muy bien este apagón no sólo para buscar soluciones técnicas
para garantizar el suministro eléctrico, sino sobre todo para mostrarnos que
nuestra “instalación” en esta sociedad técnica no es tan segura. Somos frágiles,
dependientes los unos de los otros, barro en definitiva, como suele decirse.
Queremos dominar el entorno y un sopapo en forma de apagón nos viene de
maravilla para ponernos en nuestro sitio.
viernes, 25 de abril de 2025
El coste de la desconfianza y el miedo
A la hora de relacionarnos con otras personas podemos tener una actitud confiada o desconfiada. La cuestión de la confianza y, dando un paso más, el miedo está también presente en la forma de organizar la sociedad. Es impresionante ver en los aeropuertos las largas colas que se forman para controlar los objetos que los pasajeros pretenden introducir en los aviones. Probablemente ninguna de las personas que un día pasa por allí desea cometer un atentado, pero la sola posibilidad de que alguien pueda hacerlo genera una desconfianza que altera por completo la organización de la vida colectiva. En un caso como este creo que todos estaremos de acuerdo en que el riesgo de que mueran inocentes justifica que nos protejamos con esas medidas de seguridad. Sin embargo, hay situaciones en que es preferible confiar y asumir el riesgo que ello pueda entrañar. Es más, diría que siempre habría que partir de la confianza y de la buena fe como principio lógico de actuación, puesto que la desconfianza y el miedo pueden deteriorar gravemente las relaciones e instituciones humanas. Pondré un ejemplo que considero bastante significativo.
En la enseñanza me parece esencial que el estudiante confíe
en el maestro o profesor. La película “Karate Kid” lo muestra con claridad. El
señor Miyagi y Daniel se comprometen a enseñar y a aprender Karate respectivamente.
Además, Daniel debe obedecer sin hacer preguntas. Esta exigencia podría
resultar sorprendente, pero con ello el señor Miyagi pretende fomentar esa
imprescindible confianza en el maestro. La primera lección consiste en que Daniel
lave coches y pinte las vallas de una cerca realizando esas tareas con unos
movimientos pautados que vigila el señor Miyagi. Daniel no sabe qué puede
aprender con esas tareas, pero obedece. Como no recibe ninguna explicación se
va hartando y llega a pensar que el señor Miyagi lo tiene de “machaca” para beneficio
propio. Al final, ante el conato de rebelión del muchacho, el señor Miyagi le muestra
que esas tareas son excelentes ejercicios para dominar movimientos clave del karate.
Si en la relación entre estudiante y profesor se pierde esa
confianza -y eso está sucediendo-, el profesor puede sentirse amenazado ante la
posibilidad de que se le cuestione su forma de evaluar o los criterios de
corrección que utiliza. Al final, la relación se juridifica para convertirse en
un haz de derechos y obligaciones por ambas partes que responden una
desconfianza verdaderamente corrosiva. Si se parte de la confianza, el
estudiante deberá aceptar que el profesor decida examinarle oralmente, por
ejemplo, y tener libertad para valorar el grado de asimilación de la asignatura.
Naturalmente, podría pedir que le explicara en qué se ha equivocado, pero sería
muy pernicioso que interpusiera una reclamación para protestar contra el
criterio del profesor. Sé que hay profesores que pueden actuar arbitrariamente,
pero no es lo habitual. Lo que importa destacar es que si la relación se basa
en un garantismo fundado en la desconfianza es poco lo que se gana y mucho lo
que se pierde. En definitiva, pensemos muy detenidamente en el coste que
entraña relacionarnos desde la desconfianza y el miedo.
jueves, 10 de abril de 2025
Donald, el histrión
Las decisiones del histrión que lidera Estados Unidos ya se puede decir que solo tienen una explicación lógica: forrarse especulando en bolsa. Pone los aranceles y hunde las bolsas, compra gangas, cambia de decisión y provoca un rebote en las bolsas que le enriquece. Así de simple y es obvio que todo a través de testaferros. No hay más, porque la crisis de la deuda pública estadounidense hasta yo mismo podía verla sin ser ningún experto. Si eres un país con una elevada deuda pública (parte de la cual está en manos de China), una política arancelaria que haga previsible una recesión va a afectar a tu credibilidad como nación y, por tanto, encarecerá los títulos de tu deuda, es decir, deberás pagar más intereses para financiarte. Si eso no lo tenía previsto, es porque el histrión es un listo que mira solo por su bolsillo. Parece mentira que una persona de casi 79 años tenga objetivos tan mundanos. Lo mejor de Trump es su senectud, aunque él no se dé cuenta y nadie se atreva a decírselo.