domingo, 23 de octubre de 2011

El panorama vasco

Los últimos acontecimientos relacionados con ETA merecen algunos comentarios. Es claro que la conferencia celebrada en San Sebastián ha servido de apoyo a la estrategia etarra, probablemente su única finalidad, porque es inaceptable que el conflicto vasco se presente como una lucha armada entre dos partes que genera víctimas de ambos bandos. El PSE-PSOE debería haberse mantenido al margen en lugar de cometer la felonía de respaldarla con su presencia. Sospecho que su decisión ha obedecido al propósito de asegurar que se produjera el comunicado de ETA que hemos conocido apenas finalizada la conferencia. Ese “cese definitivo de la actividad armada” a un mes de las elecciones generales supone, por una parte, un balón de oxígeno de ETA a la campaña electoral del PSOE –no creo, por cierto, que ello mejore excesivamente sus expectativas electorales- y, por otra, una decisión estratégica para poder en un momento dado argumentar que el nuevo gobierno español presidido por Rajoy no da pasos en la dirección que desean. 

No confío demasiado en que el “cese definitivo” de la violencia que se anuncia sea realmente definitivo; pero, aunque hubiera preferido que su comunicado incluyera su disolución, una declaración de arrepentimiento y una petición de perdón por el daño causado, es positivo que ETA se exprese en esos términos. A partir de aquí, podemos preguntarnos qué pasos podrían darse. Lo primero es asegurar la definitiva desaparición de ETA. Nada se puede hablar bajo coacción, y no hay, en efecto, que pagar ningún precio político por poder vivir en libertad. Ahora bien, si realmente ETA desapareciera del escenario vasco, por fin se podría afrontar adecuadamente el conflicto vasco.

Imaginemos que ETA se disuelve y da paso a una organización exclusivamente política, y que tanto ellos como el PNV y otros partidos vascos apuestan por la independencia y logran un apoyo popular mayoritario. Este es el escenario más probable. Si ello acontece, creo que habrá que afrontar abiertamente cuestión. En lo que a mí respecta, no sólo no tengo ningún temor a que esto se produzca, sino que reconozco abiertamente que prefiero la independencia a mantener la situación de privilegio que actualmente disfrutan vascos y navarros con su régimen fiscal. Se debe tener en cuenta el deseo de los vascos, pero sobre todo se debe respetar la soberanía del pueblo español, tal como establece la Constitución. Esto significa que los vascos no pueden decidir su encaje en España sin que nos pronunciemos todos los españoles. Ahora bien, si el deseo mayoritario de los vascos es la independencia, creo que aferrarse a la Constitución para impedirlo sería un grave error, pese a que ese deseo sea un disparate. Sería necesario precisar cómo debe manifestarse esa voluntad de independencia: ámbito de decisión –provincias vascas o conjunto de la comunidad-, formulación de la/s pregunta/s a los ciudadanos, porcentaje de respuesta para adoptar una decisión, etc. Lo prioritario, no obstante, insisto en ello, es confirmar el fin del terrorismo y dar paso a una normalización de la convivencia por un período de tiempo lo suficientemente amplio antes de abordar, si los ciudadanos vascos a través de sus representantes insisten en ello, la posible independencia.

2 comentarios:

Miñón dijo...

Estoy perplejo ante lo que está pasando con la negociación. No sé quién enagaña más decididamente. El Psoe al Pp o la Eta al Psoe o todos a tres bandas. Seguro que el Psoe engaña a alguien. Está en la naturaleza de Rubalcaba, ahora bien, si engaña a la Eta tendrá mi aplauso.
Por otro lado, ¿qué será del Pnv cuando empiece a perder votos por el lado nacionalista? Eta, a la larga, va en bloque a las elecciones y a la rebeión institucional. Sin embargo, pese a los que dice el profesor De Domingo no hay que alarmarse. Tenemos la ley y a la Guardia Civil. Habrá referendum si a los españoles nos parece oportuno. Por mi parte no mientras tenga uso de razón. ¿Por qué? Porque las provincias vascas siempre han sido una parte muy querida de España.

Óscar dijo...

Aunque no soy partidario de comenzar un debate independentista por el sólo hecho de que unos asesinos, miserables y cobardes anuncien que van a dejar de matarnos, sí me gustaría decir algo.

En un supuesto referendum, ¿quién debería votar? Puesto que es una decisión que afecta a toda España. En el supuesto que sólo quieran votar los vascos, ¿qué vascos serían esos? ¿a los vascos que han matado o a las familias que han hecho abandonar su tierra (yo conozco varias familias en esas circunstancias y estoy hablando de más de 8 votos en un entorno relativamente pequeño) les dejarían votar, tendrían derecho a votar allí?