viernes, 30 de diciembre de 2011

¿Qué costaba decir la verdad, señor Rajoy?

Con un déficit público próximo al 8% es lógico que el nuevo gobierno haya decidido unos recortes de urgencia por valor de 8.900 millones de euros, y, además, haya subido los impuestos. Naturalmente, estoy sorprendido por la cifra del déficit. Como he comentado en el blog, no esperaba en absoluto que superáramos ese 6%. Está claro que este déficit sólo se explica por la recesión del último trimestre, que demuestra que el auténtico problema es que no hay crecimiento, así que ni siquiera los importantes recortes del gasto público que se han producido pueden compensar una caída de ingresos de esta magnitud.

Pero una cosa es que estos datos me sorprendan a mí, y otra muy distinta es que al nuevo gobierno le haya pillado por sorpresa. Se apunta que la responsabilidad principal del incumplimiento corresponde a las Comunidades Autónomas, y aquí sin duda el PP tiene mucho que decir, y sobre todo no puede negar desconocimiento de datos cuando desde el 22 de mayo gobierna en casi todas. Esto significa que Rajoy no ha jugado limpio con los españoles. ¿Qué le costaba decir que si no se cumplía el objetivo de déficit igual se veía obligado a subir impuestos? ¿Por qué no hizo alusión alguna al tema en su discurso de investidura celebrado hace apenas una semana? ¿Acaso una cuestión así se puede hurtar a los representantes de la soberanía popular? Me parecen bien la mayor parte de las medidas, ahora luego comentaré algunas, pero es vergonzoso el comportamiento del PP. Una pena, porque hubieran ganado de todas formas.

Como he reiterado hasta la saciedad, la clave está en el crecimiento. Pero como eso lleva su tiempo y los presupuestos son anuales, el nuevo gobierno ha llegado a la conclusión de que hay que volver a apretar las clavijas a los ciudadanos a base de impuestos. Algunos comentarios sobre las medidas adoptadas:

-         Si hay que aumentar impuestos, yo estoy de acuerdo con De Guindos en que es mejor subir el IRPF que el IVA. En primer lugar, me parece más justo, en tanto tiene en cuenta directamente el nivel de ingresos del contribuyente. En segundo lugar, tiene menos efectos inflacionarios y retrae menos el consumo (disuade más a la hora de consumir un aumento de precio del producto que una disminución escasa de la renta disponible). Finalmente, es más fácil defraudar a Hacienda con el IVA que con el IRPF.

-         La subida de los impuestos a las rentas del capital me parece menos mala que otro tipo de impuesto, pero puede ser muy injusta, porque no hay que olvidar que se penaliza un ahorro que quizá sea fruto de un esfuerzo de largos años.

-     Comprendo que se rebaje la “renta de emancipación” para alquileres, se aplace el aumento de dos semanas del permiso de paternidad y el reconocimiento de la condición de dependiente.

-         Me parece muy injusto que se congele el Salario Mínimo Interprofesional y al mismo tiempo se suban todas las pensiones un 1%. ¿Acaso no sería más correcto revalorizar las pensiones más bajas, así como el SMI, y congelar el resto de pensiones, al igual que se ha hecho con los empleados públicos? ¿Promesa electoral? Pues ya ven dónde quedó la promesa de no subir los impuestos. Incomprensible. Además, es bochornoso comparar el SMI de España y el de el resto de países de la zona euro.

Una vez adoptadas estas medidas, y a la espera de las medidas del presupuesto de 2012 –supongo que ahí se tomará verdaderamente en serio la imposibilidad de una sanidad pública, gratuita y universal-, la única esperanza que tenemos es que fructifique la reforma laboral, la financiera y, sobre todo, la orientada a liberalizar determinados sectores de nuestra economía con el fin de favorecer la competitividad. Sin crecimiento no hay futuro, y ahora que somos cada vez más pobres es imposible pensar que la salida de la crisis radique en el consumo –público o privado-. Tenemos que ser competitivos, buscar nuevos mercados y exportar. No hay otra.




2 comentarios:

Óscar Hdez Mañas dijo...

supongo que ahí se tomará verdaderamente en serio la imposibilidad de una sanidad pública, gratuita y universal
Yo no tengo los datos; pero si he escuchado algunos análisis comparativos entre los sistemas sanitarios europeos, español y americano y todos llegan a la misma conclusión. El sistema sanitario español es el de mayor calidad a menor coste posible, otros países como Francia tienen mayor calidad, pero a un coste para el estado muy superior y que España no podría permitirse y el de Estados Unidos es el de mayor calidad; pero a un coste solo asumible para un sector de la población.
En conclusión, me convencen aquellos que defienden el actual sistema sanitario y ponen el acento en la mejor administración de otras partidas. Mientras haya dinero para F1, copas américa, embajadas o delegaciones autonómicas en Bruselas y otros países, televisiones autonómicas al servicio del gobierno de turno, millonarias visitas papales, o aeropuertos vacíos en Castellón y otra partes no es de recibo cuestionar el sistema sanitario. Se trata de hacer prioritario lo importante. Lo urgente (reducir el déficit, si es esto lo urgente) no puede imponerse a lo importante.

Lanzas dijo...

Las "rentas del capital", referencia peyorativa de la Ley para hablar de algo tan simple como el "ahorro" han duplicado su gravamen en sólo 5 años.

Me preocupa que siga aludiendo al consumo para salir de la crisis. Bajo ese planteamiento (erróneo) la política del PP sería acertada.

A saber, cuanto más se penalice el ahorro, más tenderá a dilapidarse nuestra riqueza en el consumo. Parece que el PP ha secuestrado a Keynes para que redacte sus medidas económicas.