lunes, 18 de junio de 2012

El resultado de las elecciones griegas puede ser un espejismo

La semana pasada De Guindos declaraba que la volatilidad de los mercados era debida a la incertidumbre de las elecciones en Grecia. Todos los periódicos abren hoy diciendo que el resultado de las elecciones griegas dará un respiro. Pues ya ven, ganan los que se supone que debían ganar y la prima de riesgo española bate records. ¿Por qué? Qué más da ya. Aquí la única solución es que el Banco Central Europeo inyecte dinero para que podamos financiarnos –a falta de eurobonos- o la ruptura del euro. El rescate de España no puede ser una opción porque supondría el definitivo hundimiento de nuestra economía.

En una situación así urge hablar de política y no lanzar mensajes encaminados a contentar a los mercados. Apunto esto por unas declaraciones de Rajoy reclamando que todos los líderes europeos afirmen rotundamente que el proyecto del euro es irreversible. Comprendo la idea que quiere trasladar Rajoy, pero es triste pensar que no se puede discutir abiertamente de qué es lo que más nos conviene, y en concreto si sería bueno para España o no abandonar el euro. Los debates generan incertidumbre, y los mercados penalizan la incertidumbre, así que en lugar de actuar como políticos los políticos se comportan como psicólogos de entes que no se sabe muy bien a qué lógica responden.

Quizá la mejor solución sería que el BCE sacara la manguera para apagar cualquier fuego mientras empezamos a actuar políticamente de verdad y cada nación decide cuál es su posición respecto a sí misma y respecto a la construcción europea. La crisis ha puesto de relieve que el proyecto del euro es clarísimamente reversible. Digámoslo, debatamos si es oportuno seguir embarcados en él y tomemos decisiones.  

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