martes, 15 de diciembre de 2020

Hay que prohibir las reuniones navideñas

Los últimos datos de la pandemia aconsejan inequívocamente que las autoridades adopten medidas para evitar las celebraciones navideñas. La Generalitat Valenciana ha permitido reuniones de nada menos que diez personas y, además, no solo familiares, sino también "allegados", un auténtico disparate (http://www.gvaoberta.gva.es/documents/7843050/169783335/medidas_navidad_covid_19_CAS.jpg/23e5aed1-a241-4508-9485-ac3d5732bd38?t=1607329484884). En mi opinión, debería decretarse un toque de queda desde el cierre de las tiendas el día 24 y el 31 de diciembre, y un confinamiento total para el día 25. O se adoptan medidas o aquellos que están concienciados de que hay que ser escrupulosos con las directrices sanitarias van a ser víctimas de familiares que les realizarán el típico chantaje emocional al que es muy complicado que se nieguen. Ahora que vemos la luz al final del túnel con la esperanza de las vacunas es fundamental salvar vidas y facilitar el trabajo del personal sanitario. 

El discurso de Merkel advirtiendo de las funestas consecuencias de reunirse en Navidad es el camino a seguir. Es verdad que los alemanes se pueden permitir un confinamiento duro, pero también lo es que a raíz de la experiencia del nazismo los alemanes han interiorizado como pocos pueblos que la dignidad humana exige hacer lo posible por salvar vidas. Como dijo Merkel, "no es aceptable 590 muertes al día por Covid". En España no detecto un sentimiento de preocupación equivalente ante las cifras de muertos que escuchamos cada día. El sacrificio de evitar estas reuniones navideñas es nimio en comparación con las vidas que se podrían salvar. Ojalá todo el mundo se quedara en su casa tranquilamente y diéramos tiempo a que la vacuna logre que mejore la situación.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Iglesias manda y Ciudadanos llega tarde

La más que probable aprobación de los presupuestos por los partidos que apoyaron la investidura de Sánchez no supone una sorpresa, si se mira desde la perspectiva de la lucha política por el poder. El Gobierno está sostenido por Iglesias, quien no está dispuesto a permitir un pacto con Ciudadanos, por mucho que algunos socialistas prestigiosos como Abel Caballero –por referirme a un político en activo- lo prefieran y así lo digan públicamente. Sánchez sabe que si desea mantenerse en el poder debe aprobar sus presupuestos y para ello tiene que contar con los amigos de Iglesias. Seguirá en esta línea y solo variará cuando considere que el coste político es tan elevado que compromete su reelección. Eso es todo. Ninguna consideración respecto al bien común.

Por su parte, Ciudadanos ha hecho bien en ofrecerse al PSOE mostrando que Sánchez podía haber contado con su apoyo. La estrategia de Arrimadas es correcta, pero quizá llega demasiado tarde para sus intereses electorales, porque ahora no puede ofrecerle a Sánchez la garantía de gobernabilidad que sí le proporciona Iglesias. Haría bien Rivera en callarse y dejar de hacer el ridículo criticando la posición de Ciudadanos, que hoy en día es la más decente de la política española. Desgraciadamente, no parece que Ciudadanos pueda atraer al votante moderado -si existe, cosa que ya dudo- de izquierdas que no se siente cómodo con las alianzas de Sánchez con comunistas e independentistas. De ahí que no sea extraño que haya rumores sobre la posibilidad de que se ponga en marcha un partido de izquierda nacional, la idea que parecen defender antiguos dirigentes como Joaquín Leguina o Redondo Terreros. Ya se verá. La posición de Ciudadanos cada vez es más comprometida. Los errores se pagan y la primera gran factura vendrá en las elecciones catalanas. Probablemente veremos como el partido que ganó las últimas elecciones generales perderá muchísimos apoyos que se irán al PP y a Vox. A partir de ahí, el PP abrirá sus mandíbulas como una boa constrictor para engullir a Ciudadanos. La lógica del poder es implacable y lo que necesita España no es lo que propician los dirigentes políticos.  

miércoles, 18 de noviembre de 2020

"El desafío: ETA"

Mi mujer y yo estamos viendo la serie de Amazon Prime “El desafío: ETA”. Debería ser una serie de visionado obligado para todos aquellos jóvenes que, según parece, ni siquiera saben quién fue Miguel Ángel Blanco y lo que representó su secuestro y despiadado asesinato. Es un recorrido estremecedor por la historia de la banda terrorista en el que se recogen algunos testimonios de víctimas que hacen saltar las lágrimas, pero también el de algunos colaboradores de ETA que no pueden resultar más esclarecedores respecto a cuál es la posición de Bildu respecto al terrorismo etarra. Verdaderamente dan ganas de vomitar viendo cómo el vicepresidente Iglesias se siente cómodo con el apoyo de Bildu a los presupuestos y desprecia a Vox, el partido en el que milita Ortega Lara. Que Sánchez gobierne en coalición con tan siniestro individuo es una prueba irrefutable de la deriva del PSOE que comenzó con el nefasto Zapatero.

domingo, 8 de noviembre de 2020

Una frase de José Antonio Marina

En una entrevista televisiva, hablando de la situación política, José Antonio Marina dijo algo que, aunque archisabido, no deja de impresionar: desde la Transición nunca un argumento ha servido para cambiar el voto de un diputado. Realmente impacta, porque vemos nuestra democracia sin ropajes ni aderezos: un juego de fuerzas lo más incruento posible en el que el voto de los ciudadanos se convierte en la fuerza motriz. Si los argumentos sirven para convencer a los ciudadanos, se utilizarán; si es más eficaz la mentira, algunos no dudarán en recurrir a ella. Así es la política que conocemos. No nos resignemos, tratemos de mejorarla en la medida de nuestras posibilidades, pero no confundamos los deseos con la realidad.

lunes, 28 de septiembre de 2020

Adiós al "hooligan" Torra

Ahí está Torra animando a la desobediencia pacífica mientras se despide de la presidencia. ¿Por qué se despide? Que siga desobedeciendo y se atrinchere en su despacho. ¿A que no, Torra? Mucha queja, mucha arenga, pero este hooligan que no es capaz de comprender que ningún dirigente democrático puede estar por encima de la ley se va a su casa. Hace tiempo que vi que el independentismo caminaba hacia el fracaso. Me reafirmo en ello. Progresivamente, la decadencia de Cataluña se verá más clara y los ciudadanos irán comprendiendo que el independentismo es una vía muerta que les ha conducido y les sigue conduciendo al desastre.

domingo, 27 de septiembre de 2020

El Gobierno sigue alimentando a Vox

A España le conviene recuperar la unidad, la concordia, huir de la polarización y reforzar unas instituciones en las que todos los ciudadanos nos sintamos representados. De ahí que en las entradas más recientes dedicadas a la política haya insistido en que sería muy importante que el intento de Ciudadanos por tender puentes con el Gobierno se viera recompensado electoralmente. Sin embargo, el gobierno de Sánchez con los podemitas apoyado por los independentistas sigue tensando la situación. Hace poco era el anteproyecto de ley de memoria democrática y ahora las palabras de Iglesias y Garzón criticando al Rey y profundizando en su campaña para erosionar la monarquía. Por este camino no es de extrañar que Vox siga aumentando su intención de voto en las encuestas. Además, el bochornoso espectáculo de ver al gobierno de España y al de la comunidad de Madrid enfrentados sólo conduce a que muchos españoles crean que el Estado de las Autonomías debe ser reformado, otra de las tesis más conocidas de Vox. La semana pasada una encuesta de Metroscopia le daba unos 64 escaños, con lo que se quedaba a poco más de veinte escaños de superar al PP. Si eso fuera así, pueden imaginarse la distancia ideológica abismal que existiría entre los dos partidos más votados de España y la absoluta imposibilidad de llegar a acuerdos.

Rivera acaba de publicar un libro en el que se refiere a la “envolvente” que le hizo el PSOE y de la que no supo seguir. Minimiza su error, pero creo que de alguna forma ha terminado reconociendo que se comportó como un pardillo. Es probable que Sánchez no tuviera ninguna intención de lograr un acuerdo con Ciudadanos, pero en ese caso Ciudadanos debía haberle dado gratis su apoyo antes que ir a unas nuevas elecciones. Así se hubiera zafado de la “envolvente” y Rivera no estaría por ahí intentando justificar que tiene una carrera profesional que desea recuperar. Iván Redondo, presunto muñidor de esta estrategia, sabía que el principal enemigo era Ciudadanos y el aliado Vox. Sigue engordando al partido de Abascal porque le conviene a los intereses del PSOE, pero debe hacerlo con mesura porque si se excede entonces se rompe todo. Me parece terrible contemplar la degradación de la política española convertida en un lodazal de luchas facciosas. Por ello, es fundamental mantener la calma. Los ciudadanos debemos ser más responsables que los políticos y evitar que estos irresponsables nos conduzcan a los extremos.

martes, 22 de septiembre de 2020

En contra de la "docencia dual"

Muchas universidades, entre ellas las de la provincia de Alicante, han respondido al reto de la pandemia con la llamada “docencia dual”. La limitación de espacios impide que todos los estudiantes matriculados puedan acceder al aula conservando la preceptiva distancia de seguridad. La “docencia dual” significa que algunos pueden reservar asiento presencial a través de una aplicación informática que les asigna sitio, mientras que el resto puede seguir la clase “online” desde cualquier otro lugar. El profesor conecta micrófono, webcam y el programa que se utilice (Google Meet o Microsoft Teams, por ejemplo), y está listo para que su clase presencial se pueda seguir “online”. Así se pretende lograr el objetivo de “máxima presencialidad” que se han marcado el ministerio y las universidades. Puede que no les suene mal, pero hay que examinar con mayor atención cómo se desarrolla esta docencia dual para valorar con fundamento si es la mejor opción en esta segunda ola del virus que estamos viviendo.

Es evidente que la docencia presencial es la mejor forma de enseñar y aprender. La presencia física simultánea de estudiante y profesor les permite contemplarse, escucharse e interactuar con inmediatez en un lugar físico común. Ahora bien, en la docencia dual el profesor (si no es un insensato) irá provisto de mascarilla y los estudiantes tienen la obligación de llevarla puesta en todo momento. Por consiguiente, se pierde un elemento esencial como es la posibilidad de contemplar perfectamente el rostro que identifica a la persona, su principal seña de identidad. Por otra parte, es fácil comprender que para el profesor es verdaderamente complicado dar una clase magistral provisto de mascarilla, pues le va a resultar complicado respirar. Finalmente, aunque algunos profesores dan su clase sentados sin cambiar de posición, otros prefieren moverse por el aula y su capacidad retórica se ve reforzada por su postura y gestos, algo que es muy complicado que se produzca en la docencia presencial “dual”. En definitiva, aunque haya una presencia física no estamos propiamente ante una clase presencial porque se le priva del elemento que constituye su esencia: relación inmediata y personal a través de la visualización del rostro.

Las desventajas de la docencia “online” son claras: puede haber problemas técnicos de conexión, hay sensación de irrealidad por la ausencia de presencia física y claras limitaciones gestuales del profesor. La despersonalización se acentúa si se permite que los estudiantes desconecten sus cámaras, y la relación personal entre los estudiantes es mucho más complicada porque estos no acuden a clase. Sin embargo, tiene una ventaja evidente respecto a la presencialidad que supone la docencia dual: siempre que se asuma el compromiso de mantener abiertas las cámaras es posible que estudiante y profesor se vean las caras y, por tanto, se identifiquen. Y, por supuesto, se evita con absolutas garantías la posibilidad de contagiarse en el aula. 

Si la universidad es capaz de lograr la viabilidad técnica de la docencia "online", ponderando ventajas y desventajas a la luz de la situación que estamos viviendo considero que la docencia "online" es la mejor opción. En mi opinión, deberíamos seguir con ella hasta que la situación epidemiológica haya variado sustancialmente.