lunes, 19 de abril de 2021

Mónica García y el "odio a los ricos"

Ayer por la noche Isabel Pastor entrevistó a la candidata de Mas Madrid a la Asamblea de Madrid, Mónica García. Me produjo una mala impresión. En un punto esencial como la política fiscal que proponía para Madrid fue incapaz de decir algo más que el consabido mantra de la izquierda de que había margen para subir impuestos a los más ricos para mejorar la situación de los más pobres. El problema es el juicio moral con el que acompañó su “original” propuesta: para ella los ricos están bajo sospecha y los pobres son sufridos y honrados ciudadanos. Hace tiempo que se viene utilizando la palabra “aporofobia” -la ha generalizado Adela Cortina- para referirse al “odio a los pobres”. No dudo de que pueda existir esa animadversión hacia los pobres entre ciertos sectores de la sociedad, pero también percibo entre la izquierda española un foribundo “odio a los ricos”. Ambos prejuicios son censurables. La situación económica de una persona no basta para enjuiciarla, como supo hacer ver magníficamente Luis Buñuel en la impresionante película “Viridiana”.

miércoles, 14 de abril de 2021

A lo mejor los británicos euroescépticos no estaban tan locos

Cuando los británicos decidieron salir de la Unión Europea hubo pronósticos muy sombríos respecto al impacto que esa decisión tendría en su economía y en muchos otros ámbitos de su modo de vida dentro y fuera de sus fronteras. Se creía que aquello obedecía a una pulsión nostálgica de los sectores más tradicionales de la sociedad británica que no deseaban aceptar que su país dejara de ser un actor protagonista en el mundo con voz propia. Por eso el brexit no triunfó en Londres y sí lo hizo en la Inglaterra profunda. También se comentaba que la decisión era una catástrofe para Gibraltar, porque se reforzaba la posición de España, dado que las decisiones que afectaran a la colonia debían recibir la autorización expresa de nuestro país.

Tras largas negociaciones sobre cómo se concretaría la salida del Reino Unido, finalmente esta se produjo. Parece que está habiendo ciertas tensiones en torno a la frontera irlandesa, que era el principal escollo, y que Escocia pretende realizar un nuevo referéndum de independencia. Ciertamente, el Reino Unido puede fragmentarse, pero ese riesgo es inherente a la propia configuración de este Estado y es muy destacable que los ingleses no hayan renunciado a sus deseos de abandonar la Unión Europea, pese a ser sabedores de que ello podría acontecer. Se verá si aumenta la tensión en el Ulster y si los escoceses tienen éxito en adelantar -esto es inevitable cuando ya se ha admitido que son una nación soberana- el segundo referéndum. Dejando esto al margen, que no es poco, el Reino Unido no se ha hundido y ha logrado el objetivo de recuperar su soberanía en todas aquellas materias cuyo control les parecía esencial. Además, se ha podido constatar que, aunque la pandemia ha causado estragos, su política de vacunación ha sido mucho más efectiva que la desarrollada por la Unión Europea. Y Gibraltar da gracias de seguir siendo británica. En definitiva, quienes machaconamente denostaron a los británicos euroescépticos deberían replantearse si estos no acertaron al querer recuperar las riendas de su país. 

martes, 30 de marzo de 2021

Cintora o el sectarismo en la televisión pública

Ayer, un grupo de franquistas se reunía para celebrar no se qué acontecimiento. Exhibían sus banderas, cantaban y no generaban ningún tipo de altercado. Frente a ellos, unas mujeres desnudas de cintura para arriba -a saber por qué razón se desnudaron- y con el cuerpo pintado intentaban boicotear el acto. Eran muy pocas personas, pero Jesús Cintora, pocos minutos antes del telediario, les dio cobertura en su programa criticando que en España se pueda exaltar el franquismo.

Es un ejemplo más de la doble vara de medir que utiliza la extrema izquierda -Cintora es cualquier cosa menos un periodista independiente- con relación a la libre expresión. Estos “periodistas” se rasgan las vestiduras ante un grupo de franquistas y hacen de ello una noticia de portada mientras que pasan de puntillas o sencillamente ignoran que en el País Vasco se rinda homenaje a asesinos etarras. Que la televisión pública haya contratado a este personaje para hacer información política da una idea del sectarismo al que ha llegado TVE.

lunes, 15 de marzo de 2021

Pablo Iglesias refuerza a Díaz Ayuso

Pablo Iglesias se presenta como candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid calificando a los del PP y Vox como “delincuentes” y “criminales”, un lenguaje absolutamente condenable que apela a los peores instintos de la gente, a ver al adversario político como un enemigo peligroso al que hay que combatir. Esa incitación al combate es visible con el calificativo que utiliza para referirse a sí mismo: “antifascista”. A nadie se le debería ocultar la catadura moral de Iglesias y, por tanto, es una suerte que deje el Gobierno y que se presente a las elecciones en Madrid. Si los madrileños son sensatos expresarán con claridad el rechazo a este emisario del odio que amenaza la prosperidad de su comunidad autónoma y, por consiguiente, de toda España.

La candidatura de Iglesias puede impedir el hundimiento de su partido en Madrid, pero dudo de que sirva para constituir un frente común con el partido de Errejón, porque este conoce al personaje y no creo que acceda. La izquierda se presenta desunida, y el temor a Iglesias debería favorecer la movilización del electorado de centro derecha y la concentración del voto en Isabel Díaz Ayuso. No han transcurrido ni dos años de legislatura e Iglesias abandona la vicepresidencia para medirse a ella. Semejante movimiento agranda la figura de Díaz Ayuso y lleva a pensar que Iglesias ha dejado de creer que Podemos pueda convertirse en un partido de Gobierno.

P.D. Toni Cantó dio un paso al frente y nadie le siguió. Se despide de la política con honor mientras Arrimadas, Bal and company cargan con el ataúd de Ciudadanos. Se acabó.

Toni Cantó debe dar un paso al frente

Me niego a pensar que no pueda existir en España un partido bisagra que evite la polarización de la política hacia los extremos que representan Podemos y Vox. Mientras PP y PSOE renuncien a entenderse hay que intentar salvar a Ciudadanos. Todavía es posible si Arrimadas dimite (o se le fuerza a dimitir) y se cambia por completo a toda la dirección del partido. Es necesario un nuevo líder que acometa esta tarea de hacer de Ciudadanos un partido de centro capaz de pactar a derecha e izquierda. Yo solo veo a una persona capaz de hacerlo: Toni Cantó. 

jueves, 11 de marzo de 2021

Discrepo, Alsina, Ayuso tiene razón

El sensato, inteligente e incisivo periodista Carlos Alsina opina que convocar elecciones por parte del presidente para evitar así que el parlamento te presente una moción de censura es un uso incorrecto de esta prerrogativa. A su vez argumenta que, una vez que se adopta esa decisión, intentar impedirla presentando una moción de censura es una utilización fraudulenta -no recuerdo si ha utilizado ese término- de este instrumento. Es decir, que según Alsina todos han actuado mal.

La crítica de Alsina a la convocatoria de elecciones refleja una valoración excesivamente formal del funcionamiento de la política. Es verdad que el parlamento es el que otorga o retira la confianza al presidente. Por consiguiente, si el presidente respetara escrupulosamente las atribuciones del parlamento no debería convocar unas elecciones por la simple razón de que el parlamento desea cesarle e investir a otro presidente. Lo adecuado, según Alsina, sería asumir esa situación con gallardía y dejar el poder. En definitiva, seguir la estela de Rajoy y dejar que gobernara Sánchez. Ahora bien, cualquiera sabe -y me sorprende que Alsina no tenga esto presente- que las mociones de censura suelen responder a intereses partidistas, a estrategias para hacerse con el poder. Eso es lo que ha sucedido en Murcia. El escándalo de la vacunación del Consejero es un mero pretexto habida cuenta de que el propio Consejero dimitió. Es evidente que Ciudadanos ha realizado un movimiento táctico que por cierto ha resultado ser una chapuza.

Si una moción de censura no se plantea como una operación que responde a la crítica a una mala gestión, carece de la legitimidad que en abstracto le otorga Alsina con su argumento, y, por esta razón, si Ayuso preveía que en Madrid había riesgo de que sucediera lo mismo que en Murcia la decisión de ir a elecciones está bastante bien justificada si el riesgo es razonable (y qué duda cabe de que lo era), porque es preferible que los ciudadanos decidan con su voto a que estratagemas de fontaneros de rapiña decidan quién gobierna. Así, una vez Ayuso toma esa decisión, la presentación de una moción de censura pocas horas más tarde debe interpretarse como un fraude de ley porque no respeta la competencia del presidente de decidir si adelanta las elecciones. En conclusión: la decisión de Ayuso es razonable a la vista del comportamiento de Ciudadanos en colaboración con la izquierda, mientras que la presentación posterior de la moción de censura por los socialistas y Mas Madrid es una argucia impresentable. Discrepo, Alsina. Ayuso tiene razón, además de haber sido muy hábil, y los otros no la tienen.

La decepción de Ciudadanos y el nuevo horizonte del PP

Es muy triste ver cómo iniciativas valientes y bienintencionadas acaban en manos de gente que ve la política como un modo de tener poder y ganarse la vida, y no como un servicio a la sociedad. Ya se veía la deslealtad del politiquillo Aguado, al que probablemente se le acabe la mamandurria en pocos meses, pero lo de Arrimadas ha sido una decepción mayor. Quizá la culpa se deba a haber depositado esperanzas vanas en esta chica. Su dimisión del liderazgo en Cataluña dejaba claro a todo el que quisiese ver que no era una líder fiable, pero con esta chapuza incalificable se ha superado. Adiós al espejismo, y bienvenido sea el baño de realidad. Siempre es bueno que la realidad se imponga y que desnude la impostura.

Se dice que con esta maniobra Sánchez escora al PP a la derecha y le fuerza a entenderse con Vox. No estoy seguro de que sea así. El espacio que ha quedado libre con el suicidio de Ciudadanos es el centro, por lo que el PP debería esforzarse por fidelizar a ese votante que ha quedado huérfano. Para ello, una vez más, que se dejen de estrategias o más bien de estratagemas y entiendan lo más importante: gente preparada, vocación de servicio, programa y comunicación.