Me equivoqué. Sumar incorpora a Podemos, por lo que finalmente no habrá dos listas distintas. ¡Cuánto me alegra haberme equivocado! Todas las críticas a las que se ha hecho acreedor Podemos en su etapa en el Gobierno se pueden trasladar a la formación de Yolanda Díaz, porque Podemos está en Sumar. Le aporta muy poco y le resta muchísimo, como reflejan las encuestas. La líder de la extrema izquierda ha cometido un gran error que facilitará el cambio de Gobierno que tanto necesita España. A Feijóo se le va a acumular el trabajo en otoño. Entre las numerosas leyes que necesita derogar le ruego que no se olvide de la LOSU. Los podemitas han puesto la Universidad patas arriba aprobando la ley de Subirats justo en el último tramo de la legislatura, cuando no hay tiempo para desarrollarla. Hace tiempo que en España ningún gobierno se preocupa seriamente por la Universidad. Ojalá Feijóo nos sorprenda gratamente.
lunes, 19 de junio de 2023
jueves, 8 de junio de 2023
Una escena de "Días de vino y rosas"
Esta semana mi mujer y yo vimos de nuevo la película “Días de vino y rosas”, de Blake Edwards, protagonizada por Jack Lemmon y Lee Remick. Es una película muy dura, impactante incluso, que invita a la reflexión sobre los estragos que causa el alcoholismo y, especialmente, sobre los caminos que pueden conducir a ese abismo en el que se pierde la voluntad. La vi hace mucho tiempo y la recomiendo sin ninguna duda. No recordaba la mayoría de las escenas. Hubo una que me llamó especialmente la atención y que no está relacionada con el tema principal de la película. Los protagonistas, una pareja de jóvenes enamorados recién casados, van a casa del padre de la novia para que este conozca a su yerno. El suegro pregunta al yerno (Joe, interpretado por Jack Lemmon) por su profesión y él le explica que es relaciones públicas, comercial, de una empresa. Como eso no le aclara mucho, Joe le explica que se encarga de mostrar a los clientes los beneficios de productos y servicios de su empresa. El suegro, muy serio, le pregunta que qué sucede si el producto que vende no es bueno. A Joe le sorprende esta pregunta, que no esperaba, y con una risa nerviosa le dice con poca convicción que normalmente los productos son buenos, pero el suegro le vuelve a interpelar –casi le interrumpe- preguntándole que qué pasa si no es así. La hija se ve obligada a terciar para sacar a su marido del apuro, pero no es posible porque su padre ha comprendido perfectamente a qué se dedica y sentencia que “no entiende ese tipo de trabajo”, una enmienda a la totalidad.
Ganarse la vida como vendedor puede ser muy duro, no solo
por el trabajo en sí mismo, sino sobre todo porque puede que a uno le exijan
mentir deliberadamente, o que, sin llegar a ese extremo, el propio vendedor opte
por recurrir al engaño para alcanzar los objetivos, sin ser plenamente
consciente de la gravedad de esta acción. Es muy importante reflexionar
serenamente sobre cuáles son los medios lícitos que un vendedor debe emplear,
porque de lo contrario se puede ver envuelto en numerosos problemas. La
tentación del engaño debe ser rápidamente atajada para no convertirse en un
mercachifle. Es verdad que los engaños y triquiñuelas para vender y ganar más
dinero están a la orden del día, lo sé, y precisamente por ello hay que
advertir de que son una inmoralidad y, además, un grave error, porque un
vendedor con un sólido compromiso ético con toda probabilidad venderá más, será
un comerciante bien valorado en su profesión y, sobre todo, podrá llevar una
vida más feliz al conducirse honradamente.
El buen vendedor debe tener un conocimiento exhaustivo de su
producto o servicio y del de la competencia, así como tener una sólida
formación moral. El comercio en la economía de mercado implica competir y para
competir debes destacar tus fortalezas para mostrar que compensan tus
debilidades y/o las fortalezas y debilidades de los competidores. ¿Qué hacer
cuando lo que vendes es una auténtica “castaña”? Lo principal es no engañar y
tratar de contribuir a la mejora de tu producto o servicio para poder
atribuirle alguna fortaleza que aconseje su adquisición desde algún punto de
vista. Si se conocen bien las fortalezas será posible dirigirse al tipo de cliente
que mejor las pueda comprender. Si no es así, lo más adecuado es buscar otro
empleo, nunca recurrir al engaño que es la raíz de la mentira.
Hay muchas personas que no ponen en duda su manera de
ganarse la vida, como Joe cuando va a conocer a su suegro sin sospechar que
pueda no gustarle su profesión, pero a veces una pregunta directa que nos
cuestiona sobre la verdad de lo que hacemos puede provocarnos un brusco
despertar. Ese es el mérito de esta impactante escena.
jueves, 1 de junio de 2023
La estrategia de Sánchez está clara
Ver y escuchar la soflama de Pedro Sánchez a los parlamentarios socialistas me provocó sensaciones desagradables. Como dije en su momento, es un déspota, completamente incapaz de pensar en los intereses de su partido y mucho menos en el bien común. Pretender hacernos creer que ha convocado elecciones porque así se lo exige su conciencia es tomarnos por tontos. Su soberbia no puede ser maquillada con calificativos favorables. Está endiosado y hay que mandarlo a su casa con un resultado incontestable en las urnas. Si esto se produce sin mayores problemas -veremos hasta dónde llega-, la democracia española, el régimen del 78, habrá demostrado una enorme solidez, aunque recomponer todos los daños causados por este irresponsable llevará cierto tiempo. En buena medida dependerá del rumbo que tome el PSOE tras la derrota.
Hay que movilizarse para lograr
un cambio de gobierno. La estrategia que va a seguir Sánchez está clara: aglutinar
todo el voto posible de la izquierda, habida cuenta de que el voto moderado está
perdido. Eso significa renunciar a la victoria o fiarla a circunstancias muy
improbables como la movilización de la izquierda y la desmovilización de la
derecha. Ese intento desesperado por movilizar a su electorado esgrimiendo el
mensaje del miedo a la derecha comenzó ayer y continuará en las próximas
semanas. No tiene otra opción que zarandear al país, sacudirlo hasta hastiarlo,
una verdadera irresponsabilidad que, además, lo más probable es que le resulte
contraproducente, sobre todo si Yolanda Díaz es inteligente y modera su
discurso. Entre los votos socialistas a Sumar, los que vayan al PP y la abstención es probable que el PSOE tenga el peor resultado de su historia. Me alegra que no se presente Ciudadanos, pero ha
sido una torpeza por su parte no haberse sabido posicionar a la derecha del
PSOE para, una vez evidente su radicalización, lograr algunos votos socialistas
para seguir en el Congreso. En esa tarea deberían haber estado trabajando en
los últimos meses con una refundación ideológica. Ahora ya era demasiado tarde.
martes, 30 de mayo de 2023
¿Sumar y Podemos juntos?
Todas las informaciones apuntan a que Sumar y Podemos van a entenderse en pocos días y concurrirán juntos a las elecciones. Quizá haya razones de organización interna que les fuercen a ello, pero pienso que Yolanda Díaz debe desvincularse de Podemos si desea construir una alternativa seria a la izquierda del PSOE. Podemos es un lastre que la puede arrastrar y apuesto a que finalmente se desmarcará de Belarra y Montero señalando que su proyecto es distinto. Veremos.
lunes, 29 de mayo de 2023
El adelanto electoral del “audaz” Pedro Sánchez
Apenas pocas horas después del catastrófico resultado cosechado por el PSOE y sus socios en las elecciones autonómicas y municipales, Pedro Sánchez ha disuelto el Parlamento y convocado elecciones generales para el 23 de julio, asumiendo así la responsabilidad de la debacle. Algunos analistas ven en esta decisión una demostración de la “audacia” de Sánchez, porque el PP se hallará negociando la formación de gobiernos con Vox y así quedará en evidencia su pacto con la “ultraderecha”. Ante el temor que podrían suscitar las políticas “reaccionarias”, el PSOE aglutinaría el voto progresista pillando con el pie cambiado a Podemos, que se hundiría en favor de Yolanda Díaz, porque la líder “Cuqui” (como les llama Belarra) sabe que Podemos resta y lo mejor es alejarse de ellos.
Quizá es el único análisis que pueden realizar estos
periodistas que ven como se acaba esta etapa nefasta en la que muchos de ellos
han medrado en televisiones y radios diciendo insensateces porque había que
poner a un “progre” en su vida radiofónica o televisiva. La estrategia de Sánchez, diseñada concienzudamente no se sabe si por Bolaños (aquí huele a muerto...), consiste en suponer que el temor
a Vox hará que los españoles se lancen en masa a votar al PSOE para evitar semejante riesgo para la democracia. Igual hasta se han creído lo que han dicho de Vox. Brillante análisis, pero ¿con quién pretende gobernar Sánchez? Los españoles lo saben
perfectamente: Yolanda Díaz, ERC, Bildu, y lo que quede de Podemos. Esa es parte de la razón de los resultados de ayer, que hubieran sido peores sin el escudo de alcaldes y presidentes autonómicos. La democracia no está
amenazada por Vox, sino por la izquierda. Por eso Sánchez está perdido.
Desde el momento en que Sánchez supo que el gobierno
dependía de la extrema izquierda y de los independentistas debía haber intentado
llegar a acuerdos con el PP y, en cualquier caso, viendo la deriva de las
políticas de Podemos en sus ministerios, debía haberlos cesado de inmediato y
convocado elecciones. Ahora es tarde, ya no puede engañar a nadie. Los
españoles le hemos forzado ha tomar esta decisión. No es audacia, es el
resultado de una moción de censura democrática.
La izquierda valenciana no sabe hacer autocrítica
Los resultados de las elecciones autonómicas en la Comunidad Valenciana están siendo mal interpretados por la izquierda. Como era de esperar, no saben hacer autocrítica. Es muy duro para ellos admitir que los ciudadanos censuran sus políticas radicales y sectarias. Creen que los resultados se deben a que la campaña ha estado presidida por debates políticos ajenos al ámbito autonómico y municipal. Esa razón pesa, sin duda, pero no es la más importante.
Compromís se ha visto muy afectado por la salida de Mónica
Oltra y por su incapacidad para evitar el ninguneo a la Comunidad Valenciana
del gobierno de Sánchez. Han resultado perfectamente irrelevantes, y no se les
ocurre idea más brillante que presentar a Baldoví de candidato a la Generalitat,
alguien que ha ejercido de palmero de Sánchez y, ahora, lo hace de Yolanda Díaz,
quien por cierto no se sumó a los saltos festivos junto a Oltra, y que se ha
guardado mucho de defenderla en público. Están divididos (si no que se lo digan
a Mireia Mollá) y siguen obcecados por imponer el valenciano irritando profundamente
a amplias capas de la sociedad valenciana, singularmente en la provincia de
Alicante.
Podemos es un barco a la deriva. Pensaba que no alcanzarían
el 5% de los votos y quedarían fuera. Mi olfato no me falló, pese a lo que
pronosticaban las encuestas. Ha sido la formación más afectada por las
políticas sectarias e irracionales de Podemos en el Gobierno nacional. Les ha
pesado como una losa la imagen de las compungidas Montero y Belarra. Por si eso
no fuera suficiente, han cometido el tremendo error de pensar que la ley de
vivienda era una baza electoral e Illueca lo dejó muy claro en los debates. Se
trata, en mi opinión, del gran error de la izquierda. En conclusión, Podemos desaparece
tanto en el Ayuntamiento de Valencia como en la Generalitat.
El PSPV no ha capitalizado el hundimiento de Ciudadanos,
cuyo voto se ha ido masivamente al PP sin ningún temor a Vox. Los socios de Puig
dan mucho más miedo que Vox, y esa es la realidad que no se atreven a admitir:
se han creído que la gente huye de lo que califican como “extrema derecha” o “fascismo”,
una mentira con la que no se engaña a la gente que tiene ojos y oídos. El
verdadero peligro son las políticas sectarias de la izquierda que Puig no ha
sido capaz de frenar. Eso y su inanidad política muestran que no es el líder
que necesitan los más de cinco millones de valencianos. Page ha resistido en Castilla-La
Mancha, así que Puig no tiene excusa. No ha sabido marcar la agenda política en
Valencia y se va con sus socios con la huella de un zapato ciudadano en el
trasero.
Convendría que los políticos de la izquierda se dieran una
vuelta por las localidades costeras y vieran los muchos edificios que pueblan
nuestras ciudades esperando turistas y extranjeros que desean visitarnos o quedarse
a vivir en España. Verán que hay numerosas inmobiliarias en las que trabajan
personas que tienen familias. La ley de vivienda es un ataque al derecho de
propiedad que amenaza los ingresos de mucha gente, en su mayoría pequeños
propietarios, y no iba a mejorar la situación real de los inquilinos. Jamás se
debía haber aprobado dicha ley y ha sido una de las principales razones de la
derrota cosechada por la izquierda en la Comunidad Valenciana.
En el resto de España la derrota de la izquierda ha sido
total, especialmente en Madrid. Estamos ante una enmienda a la totalidad de las
políticas de Sánchez y de Podemos. El adelanto electoral no le va a servir de
nada, pero esto merece otra entrada.
sábado, 27 de mayo de 2023
La derrota de Sánchez y de sus socios debe comenzar mañana
Estoy esperando con la mayor ilusión ir a votar mañana y poner mi granito de arena para echar a los socialistas y a sus socios de la Generalitat como paso previo para mandar a Sánchez a su casa. Han sido tantas sus mentiras y sus tropelías que uno casi no sabe qué ha sido más grave. Es verdad que no se trata de unas elecciones generales, pero sin duda el rechazo a Sánchez va a tener una influencia decisiva, y su protagonismo en la campaña lo ha acentuado. En cualquier caso, la gestión de Puig al frente de la Comunidad Valenciana merece un claro suspenso porque ha permitido que los presupuestos generales del Estado sigan discriminando sistemáticamente a los valencianos y por la bochornosa decisión adoptada con el trasvase Tajo-Segura. Simplemente eso exige que sea castigado en las urnas. Además, si los partidos del botánico siguieran gobernando sabemos que pondrán en marcha la nefasta ley de vivienda, podemos temer que la imposición del valenciano aumente y se convierta en un requisito lingüístico obligatorio, el sectarismo y el despilfarro (el Grado de Medicina en la Universidad de Alicante) en la política universitaria continuará y las políticas de género y el adoctrinamiento en los colegios se acentuará.
Me llevaría una desagradable sorpresa si mañana no se
produce un cambio de gobierno en la Comunidad Valenciana. Estoy convencido de
que los votantes del PP y de Vox están
muy motivados para responder democráticamente a la política que han
desarrollado los socialistas y sus socios socavando gravemente las bases de
nuestra democracia. El sectarismo y la radicalidad de Podemos es evidente y es
de esperar un castigo electoral que incluso permita que no alcancen el 5%. Por
lo que respecta a Compromís, creo que su resultado va a ser pobre. Todavía
están en la retina los saltos de Oltra y Baldoví celebrando no se sabe muy bien
qué, porque tras proclamar la inocencia de Oltra todavía no sabemos dónde la han
escondido durante esta campaña, al margen de que no parece que esta mujer esté
en condiciones de participar en una campaña. Baldoví no puede presentar a los
valencianos un balance favorable: su apoyo a Sánchez no ha servido
prácticamente para nada y su regreso a Valencia sólo sirve para certificar el
fracaso de Oltra. La entrevista de Mónica Oltra con Gonzo dejó patente ese
sectarismo en el que se sitúa también Yolanda Díaz. Oltra dijo aquello de “han
ganado los malos”, y Yolanda Díaz, la musa de la izquierda “cuqui” -como creo
que le llama Belarra-, dice que la izquierda debe ganar para que no vuelva la “barbarie”,
todo un alarde de moderación.
Vamos a votar para mandar a la izquierda al diván y ver si
en el PSOE, una vez caiga Sánchez, toma el mando alguien con sentido de Estado
capaz de hacer olvidar a Zapatero y a Sánchez. Tras la deriva que estamos
observando en el Tribunal Constitucional hay que volver a los grandes acuerdos
de la Transición. Todavía es posible.