En la comparecencia del viernes en las Cortes Valencianas, Mazón destacó sobre todo que la información que recibió la Generalitat de la Confederación Hidrográfica del Júcar no permitió calibrar la gravedad de la riada en la rambla del poyo. Dijo exactamente lo mismo que he escrito en las últimas entradas del blog, incluso se refirió al aviso de las 12:20. Su mensaje, por tanto, fue que la principal responsabilidad de que Emergencias de la Generalitat no avisara a tiempo a la población de una forma clara y directa corresponde a la Confederación y, en consecuencia, al Ministerio que dirige Teresa Ribera. Sin embargo, siendo cierto que la Confederación centró su atención en la presa de Forata y no en el barranco del poyo, hay tres errores de Mazón que resultan inhabilitantes.
En primer lugar, durante una alerta roja no estuvo en su
puesto en los momentos clave. Dijo algo absolutamente incomprensible: estaba informado de la
situación y por eso no canceló su agenda. Es una afirmación que dudo de que sea
cierta, pero, de serlo, no se entiende semejante torpeza política. Si la
Confederación no estaba ofreciendo la información adecuada, difícilmente podía
conocer la gravedad de la situación, lo cual no le exonera de su
responsabilidad; pero, si lo sabía, de inmediato debía haber cancelado su agenda
para personarse en el puesto de mando y seguir el funcionamiento del operativo
requiriendo cuanta información hubiera sido precisa, sobre todo de la
Confederación. Y qué decir del misterio que rodeó esa comida, primero privada y
luego “de trabajo”.
En segundo lugar, dedicó mucho tiempo de su intervención a
explicar que la catástrofe alcanzó unas dimensiones brutales, queriendo decir
con ello que no se podía estar preparado para las consecuencias de unas precipitaciones
que excedieron todas las previsiones. Cierto, y precisamente por ello no se
puede entender que no decretara la alerta 3 y se solicitara la emergencia
nacional para que el gobierno de la nación asumiera el mando.
En tercer lugar, ha quedado muy claro que la
consellera de Interior no tenía la preparación
adecuada ni, una vez nombrada, fue capaz de estudiar lo necesario para asumir sus responsabilidades con la diligencia exigible. Las dudas respecto al mensaje a enviar, su falta de iniciativa a la hora de requerir informaciones y su desconocimiento del sistema de alertas a móviles dejan patente su incompetencia. Mazón ha confiado la seguridad de los ciudadanos
a alguien sin la debida cualificación y debe responder por ello.
Los errores de Mazón le inhabilitan. Una pena, porque creo
que estaba gobernando bien. En la situación actual no sé si sería posible y deseable
su inmediata sustitución, pero carece de futuro político incluso si es capaz de
liderar la reconstrucción. Pienso que el PP no debería desviar la atención, sino
reconocer los errores cometidos y, si no fuerza su sustitución inmediata, ir
buscando alguien que lidere el partido en la Comunidad Valenciana. Es
lamentable que los cinco millones de valencianos no seamos capaces de contar
con políticos competentes.