martes, 6 de marzo de 2007

Una comida hablando de política

Desafortunadamente la gente evita deliberadamente hablar de política porque cree que es un tema obsceno, y que frecuentemente las conversaciones acaban en un silencio cómplice, cuando lo que dice el otro no te convence -eso sí, es desaparecer y comenzar una acerada crítica en todo un alarde de hipocresia-, o bien discutiendo acaloradamente. Como tengo la intención de vivir libremente, hoy, mientras comía con tres profesores de mi Universidad, he expuesto mi opinión sobre el caso De Juana, sobradamente conocida para los ángeles que leen este blog -porque seres humanos sólo me consta que dos se pasen por aquí-. Sorprendentemente, dos de mis acompañantes compartían la decisión del gobierno, aunque no han sido capaces de ofrecer argumentos solventes para justificar su opinión. Además, se mostraban muy críticos con la actitud y las iniciativas que está adoptando el PP. Me ha alegrado que pudiéramos hablar del tema, pese a la discrepancia, y la conversación ha sido de lo más civilizada, cambiando a otros asuntos sin trauma alguno cuando el caso De Juana ya estaba zanjado. De todas maneras, no puedo entender que personas con buena formación y capacidad para estar informados se alineen con el gobierno y critiquen al PP. No entiendo que no vean que el caso De Juana no consiste en una medida humanitaria, sino en la cesión a un chantaje, cuya gravedad justifica plenamente la convocatoria de una manifestación. Por lo que respecta a la oposición del PP, vamos, cuando pienso que ZP nos dice que este año íbamos a estar mejor con relación al terrorismo y, acto seguido, ETA pone una bomba, mata a dos personas, y hace picadillo Barajas, pienso: ¿no está justificada la indignación de los ciudadanos y la crítica más demoledora del partido de la oposición, que viene advirtiendo de que esto podía suceder? Yo, desde luego, si puedo, me voy el sábado a la manifestación de Madrid con mi banderita de España.

No hay comentarios: