No me extraña que los militares estén desconcertados después de haber escuchado que el presidente Zetapé aludía irónicamente a la "gran hazaña" de la intervención en Isla Perejil . Con este hombre no hay manera, lleva en la presidencia cinco años y sigue igual de irresponsable que el primer día. Aparte de la bofetada que sus palabras representan para los “boinas verdes”, que intervinieron en Perejil sin saber cómo iban a responder los marroquíes, el mensaje que Zapatero (ahora algunos ya le llaman Zetaparo) manda a Mohamed VI no puede ser más desalentador para los intereses españoles. El rey moro ya puede ir pensando en poner su pie en las chafarinas o en el peñón vélez de la gomera. Zetapé parece no darse cuenta de que por muy deshabitados que estén, estos trozos de tierra forman parte del territorio nacional, y por consiguiente su ocupación representa una agresión a la soberanía española. Meter en un mismo saco la posición de España en la guerra de Iraq y Perejil es una demostración de la deriva del gobierno Zapatero. Por no hablar del espectáculo que hemos ofrecido con motivo de la retirada de las tropas desplegadas en Kosovo.
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