viernes, 27 de marzo de 2009

Pepe, el del Popular

Acaban de pillar en México a “Pepe, el del Popular” que hace dieciocho años huyó de la sucursal bancaria que dirigía con 6.000 millones de pesetas. Le ha detenido la policía cuando apenas le faltaban tres años para salirse de rositas por prescripción del delito. “¡Qué putada!” pensará más de uno. Está claro que es un sinvergüenza, pero este tipo de delincuentes tienen una vena simpática. El hombre veía pasar por sus manos miles de billetes y cayó en la tentación. Empatía instantánea, pese a que sabemos que no actuaríamos así. Además, al Dioni lo pescaron en poco tiempo, pero Pepe ya veía la tierra prometida cuando todo se le acaba de ir al garete.

En este caso es curioso el apodo que se le ha dado. La gran mayoría de delincuentes tiene un apodo propio, no aclarativo. Ahí están “el Dioni”, “el Lute”, “el Solitario”, “el Vaquilla”, etc., pero Pepe era “Pepe, el del popular”. ¿Se imaginan la situación en el bar a la hora del aperitivo?

- Gutiérrez, ¿te has enterado de lo de Pepe Martínez? Dicen que ha trincado 6.000 millones de pelas y se ha ido de España.
- ¿No me jodas? ¿Lo dices en serio?
- Completamente.
- ¿Pero este Pepe es Pepe el que trabajaba en el Vizcaya.
- No, hombre, no, Pepe, el del Popular.
- Ah, coño, vaya tela, Pepe, el del Popular. ¡Qué calladito se lo tenía el muy mamón! Pues ha hecho bien. Si le cogen dentro de unos años que le quiten lo bailao.

Y probablemente tras muchas conversaciones como esta acabó siendo conocido como “Pepe, el del Popular”, el típico delincuente fungible. En ese caso fue Pepe, el del Popular, como en otro podría haber sido Pepe, el del BBVA o Miguel, el del Banesto. Gente normal y corriente que cansada de verlos pasar por delante mete la mano y sale corriendo. Vamos a ver si conforme avanza la crisis no empiezan a proliferar los “Juan, el de la gasolinera”, “Javierito, el de la perfumería” o “Manuela, la de Mercadona”.

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