Aconsejo la lectura del auto del Tribunal Supremo por el que se admite a trámite la querella por prevaricación contra el juez Garzón. Veremos en qué queda todo, pero la fundamentación del auto es impecable y en él queda patente la utilización absolutamente disparatada que hizo Garzón del Derecho con el fin de instruir un proceso nada menos que contra los responsables del franquismo. Los disparates jurídicos cometidos por Garzón son numerosos y de ellos da cumplida cuenta el Supremo, pero quisiera destacar un punto en el que el Tribunal Supremo ha estado especialmente certero. Como es sabido, Garzón pidió el certificado de defunción de Franco y de otros dirigentes franquistas que supuestamente podrían ser penalmente responsables de delitos contra la humanidad. Garzón y quienes defienden sus tesis (por ejemplo el magistrado emérito del Tribunal Supremo Martín Pallín) sostienen que al probar documentalmente que están fallecidos se podría extinguir su responsabilidad criminal, pero para extinguirla primeramente, sostienen ellos, hay que declararla. Pues bien, el Tribunal Supremo certeramente les objeta que no se puede declarar la responsabilidad criminal de alguien fallecido, es decir, no puede actuarse penalmente contra alguien fallecido. Concretamente, el Tribunal afirma lo siguiente: "Señalemos que además la extinción de la responsabilidad penal que por fallecimiento dispone el art. 130.1º del Código Penal presupone una sentencia previa de condena que válidamente y en proceso contradictorio haya declarado la responsabilidad penal de cuya extinción se trata. Cuando la muerte es anterior a una condena, y la condena por ello no ha existido, lo que se extingue es la acción penal, lo cual determina que si el proceso estaba abierto porque vivía la persona, se archive de plano, y si no lo estaba, resulte absolutamente imposible incoarlo". Parece mentira que algo tan elemental no lo entendiera Garzón, pero ese es el problema y la razón de por qué estamos ante una prevaricación como la copa de un pino: este señor deliberadamente ha retorcido el Derecho para ponerlo al servicio de un determinado objetivo personal. Lo de Garzón es bochornoso.
2 comentarios:
Pues la verdad es que es una pena... Pues hay mucha gente pendiente de que encontrar aún a sus familiares fallecidos... Otros tantos deseando de saber que pasó con sus amigos, novi@s, cuñad@s, etc...
De momento seguirán en las cunetas y "Amanda" seguirá esperando a que vuelva "Manuel"...
Nos acordamos de vosotros... Lorca, Jara, Hernández, Allende...
En el caso de España no se puede decir que no se sepa qué pasó: están muertos, como es evidente. Cierto que algunos de ellos están enterrados en fosas comunes, pero en realidad hoy es un tema que prácticamente no preocupa a nadie debido entre otras cosas al tiempo que ha transcurrido. Otra cosa es el ruido mediático que se le quiera dar al asunto.
Publicar un comentario