domingo, 4 de octubre de 2009

La medicina regenerativa

Una de las mayores satisfacciones que proporciona la vida universitaria es poder escuchar de vez en cuando a personajes ilustres de diferentes ámbitos científicos. El pasado viernes tuvo lugar la apertura del curso académico en mi Universidad, y en el marco de este acto se invistió Doctor Honoris Causa al profesor inglés Robert W. Shaw, una eminencia mundial en el terreno de la Ginecología y la Obstetricia. En su lección magistral, que nos fue facilitada por escrito a los asistentes, el profesor Shaw se refirió al futuro de la medicina que ya se vislumbra con toda claridad:

El primer transplante de órgano donado fue realizado en 1970, evitando la muerte y alargando la vida de pacientes con muchas enfermedades. Hoy los científicos están desarrollando técnicas de crecimiento de líneas celulares específicas, como las células secretoras de insulina pancreática para curar la diabetes, células óseas para injertos óseos, o tejidos neuronales para reemplazar médula espinal lesionada. La medicina regenerativa está ya establecida y la meta es conseguir la producción de órganos completos (hígados, riñones) a partir de las propias células madre individuales que harían innecesaria la donación de órganos con los problemas de rechazo y la necesidad de drogas inmunosupresoras. Sin embargo, el reemplazo continuo de órganos en edades avanzadas también tendría sus problemas. ¿Estaríamos tratando de conseguir la inmortalidad, y en quién deberíamos o no deberíamos hacer esos tratamientos? Esto evidentemente plantea nuevas cuestiones éticas”.

La medicina regenerativa permitiría reemplazar los órganos del cuerpo por otros completamente nuevos provenientes de nuestras propias células madre. Sin duda alguna el horizonte que esto plantea es verdaderamente asombroso y nos aproxima a la palabra mágica mencionada por el profesor Shaw: inmortalidad. ¿Acaso no podríamos alcanzar una fórmula para regenerarnos indefinidamente? Aunque no sea posible, lo cierto es que estos avances nos pueden permitir alargar la vida humana considerablemente.

El profesor Shaw es consciente de que las posibilidades que ofrece la medicina regenerativa planteará controversias morales, siendo la primera de ellas la de la moralidad de aceptar beneficiarse de esta regeneración indefinida. Pero no nos enfrentaremos únicamente a debates morales. Los seres humanos hemos estado acostumbrados a que convivan en sociedad unas tres generaciones vivas. ¿Cómo se articulará una sociedad en la que pueden convivir al mismo tiempo casi cinco generaciones? Por otra parte, si nos aproximamos a una inmortalidad técnica, la vivencia de la muerte accidental puede ser especialmente traumática, y el paternalismo -al que me refería hace pocos días- puede desbocarse. Siempre es traumático perder a un ser querido en un accidente. Pero cuando al muerto se le ofrece una vida larga y prometedora, incluso una inmortalidad técnica, la muerte accidental es una tragedia de dimensiones exorbitantes. En estas y otras cuestiones pensaba yo mientras escuchaba al profesor Shaw. Y es que verdaderamente el tema invita a la reflexión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo mis dudas acerca de la "viabilidad" de este adelanto. ¿Está nuestra sociedad preparada para mantener a miles, sino millones, de personas centenarias? El aumento acelerado de la esperanza de vida sería, no nos engañemos, en seres en condiciones precarias que necesitarían de múltiples ayudas para vivir (ayudas técnicas, de soporte vital, de personal sanitario, etc.) y no creo que económicamente nuestra sociedad pueda mantenerlos.
Lutgardo