Hoy he leído un artículo de Vicenç Navarro en el que se falta a la
verdad. Me parece muy respetable que este señor se sienta identificado con la
bandera republicana, y que defienda que España debería recuperarla como símbolo
que represente a todos los españoles. No creo que la exhibición de esa bandera
incite a la violencia, como parece que ha dicho el Gobierno al prohibir animar a España con esa bandera en los juegos olímpicos, aunque estoy convencido de que no
contribuye a unir a los españoles –siembra la discordia-, y por ello me parece
una insensatez utilizarla.
De las opiniones que desliza en
el artículo no comparto prácticamente ninguna, pero eso es irrelevante. Lo que
me parece peligroso e indignante es faltar a la verdad, y eso es lo que hace
este señor en su artículo. Y no precisamente en un tema secundario, sino en el
punto central referente a la bandera republicana. Dice Vicenç Navarro: “Mi bandera española (tan querida como La Senyera), es la bandera por la cual mis padres y su
generación lucharon (perdiendo una guerra) y es la bandera que las fuerzas
democráticas, también en Catalunya, defendimos durante la dictadura. La bandera
republicana, que, por cierto, me alegra ver que aparece cada vez más en las
manifestaciones de protesta que están ocurriendo en nuestro país. Esta bandera
liga las demandas presentes de un mundo mejor con nuestras luchas y las de
nuestros antepasados para establecer otra España, la España de los distintos
pueblos y naciones de España, frente a esta España del establishment, cuyas
políticas están causando un enorme dolor sin que tengan ningún mandato popular
para llevarlas a cabo pues nunca estuvieron en sus ofertas electorales”.
Fíjense,
por cierto, como Navarro sugiere que la salida de la crisis es una España nueva
que recupere los valores de la República. Aquí tienen un ejemplo clarísimo de
que la crisis que estamos viviendo exige repensar España, y de cómo en esta
tarea algunas propuestas nos conducen de nuevo a la discordia. Pero ese no es
el tema principal que quiero destacar del texto citado. Dice Navarro que muchos
españoles lucharon por la bandera republicana. Afirmar lo contrario casi
parecería una insensatez, porque ¿acaso no iban los republicanos a defender la
bandera republicana? Pues bien, lean con atención el siguiente texto de Julián
Marías. Marías fue soldado republicano y sufrió represalias durante el
franquismo. Por encima de cualquier otra consideración, la veracidad es el
rasgo que yo más destacaría de toda su obra.
Dice Julián Marías: “Fue un grave
error sustituir la bandera española en 1931, por la tricolor, pero a pesar de
ello esa bandera republicana fue un símbolo de esperanza y despertó mi
entusiasmo juvenil; ahora bien, muchos recordamos lo poco que interesaba
durante la guerra, lo difícil que era conseguir que fuese izada; esa bandera
que ahora [hacia 1976] exhiben a destiempo algunos partidos, no era del gusto
de socialistas, comunistas y anarquistas, o de los sindicatos, que preferían
con mucho sus banderas rojas o rojinegras, símbolos de otras concepciones
políticas distintas de una República liberal que pronto se vio desasistida” (Julián MARÍAS, La España real. Crónicas de la Transformación Política, Barcelona, Círculo de Lectores, 1983, pág.138).
Creo que el testimonio de Marías deja en evidencia que la visión de Navarro es fruto de su fantasía. Es lamentable que se ensalce un período del que los españoles no podemos estar orgullosos y al mismo tiempo se sigan echando piedras contra la Transición, el mayor éxito de España en todo el siglo XX.
1 comentario:
Me ha encantado lo que dices, Tomás. Es la pura verdad. No había a penas republicanos entre las filas del Frente Popular. A mi me parece que todo lo que venga del nacionalismo catalán, sea de derechas o de izquierdas está trufado de una auténtica falta de realismo. Es una ideología cerrada que no admite el más mínimo contraste con cualquier tipo de realidad, histórica, económica, jurídica, etc. Se han inventado las historia y no van a cambiarla digan lo que digan los hechos.
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