martes, 26 de marzo de 2013

A favor de la acampada libre

Me gusta mucho la montaña, especialmente los pirineos. Sólo he estado allí una vez. Pasé dos semanas con el Centro Excursionista de Valencia en la zona de Benasque –pirineo aragonés- cuando tenía unos once años. La experiencia sigue grabada en mi memoria. Bebíamos directamente agua del río Esera, aprendíamos habilidades típicas de “boy scouts” y realizamos varias ascensiones a picos que superaban los 3.000 metros. Durante esas ascensiones en ocasiones acampábamos en parajes que hallábamos a gran altura, en las inmediaciones de lagos y rodeados de vacas.

Todavía no he tenido oportunidad de repetir la experiencia. Si pudiera elegir cómo regresar a los pirineos siempre me ha atraído la tienda de campaña, aunque quizá tenga una visión excesivamente romántica. Supongo que saben que la acampada libre está prohibida en toda Europa salvo en Noruega. Me parece una restricción innecesaria a la libertad de circulación. ¿Por qué no podemos plantar una tienda de campaña y pasar una noche en una montaña de titularidad pública? El argumento de prevenir riesgos para el medioambiente es ridículo, pues aunque no se acampe la gente sin sensibilidad lo puede dejar todo perdido y provocar un incendio. Quizá se pretenda proteger el negocio de los campings, pero sacrificar la libertad por ello me parece un precio demasiado elevado. No sé a ustedes, pero a mí me resulta muy desagradable pensar que ni siquiera puedes dormir en pleno monte sin pagar cuando un animal sí puede hacerlo.  

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien del común, bien del ningún.

Oscar dijo...

Tomás, tengo entendido que por ley sí se puede pernoctar en cualquier lugar.

No estoy seguro de las horas que comprenden esa pernoctación, pero hazte una idea que puede ser desde las 12 de la noche hasta las 8 de la mañana. Fuera de ese horario te podrían tirar.

A mi me han tirado del monte por otro hobbie, los ATV, que son vehículos todo terreno como los quads.

Ya sólo nos dejan salir por ciertas comunidades autónomas y, eso si, pagar impuestos por nuestros vehículos.

Como no saben regular, se dedican a prohibir.

Tomás de Domingo dijo...

La frase final es clave. Totalmente de acuerdo.