Nos equivocamos todos aquellos que dimos por enterrado a Sánchez. Lamentablemente, hasta tiene posibilidades de volver a ser investido, aunque es muy difícil. La razón principal por la que la suma de PP y Vox no alcanzan la mayoría absoluta es la movilización de la izquierda para frenar a Vox. El votante socialista ha preferido votar al PSOE y no al PP, pese a que eso suponga que la gobernabilidad dependa de partidos nacionalistas e independentistas. Incomprensible, pero al votante de izquierda eso no parece que le preocupe tanto como que Vox llegue al gobierno.
Con una nula ausencia de clase y una soberbia desmedida,
Sánchez ha comparecido como ganador y no ha felicitado al partido más votado.
Es posible que el Rey lo presente a la investidura si constata que cuenta con los
votos del PSOE y de Sumar, aunque Feijóo haya obtenido más votos y escaños. La
investidura de Sánchez depende de Junts, es decir, de Puigdemont. Contando con
el apoyo de Bildu, ERC, PNV y BNG, si Junts no se abstiene, Sánchez no puede
ser presidente, y no creo que se abstenga. Por tanto, si Sánchez no puede
alcanzar los votos necesarios, la pregunta es si Feijóo puede sumar los
suficientes apoyos para lograr la investidura. Y solo existe una posibilidad si
no se desea una repetición electoral: que el PNV vote a favor de la investidura
de Feijóo junto con Vox, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro.
Verdaderamente complicadísimo, porque Vox exigiría entrar en el gobierno y eso
no lo podría admitir el PNV. En definitiva, todo depende de la abstención de
Puigdemont. Parece que iremos a un bloqueo, porque Sánchez no va a
permitir que gobierne Feijóo. Volvemos al no es no y qué parte del “no” no
entiende. Ante este escenario, el PP deberá replantearse la estrategia
electoral que debe seguir con relación a Vox. Supongo que muchos se darán
cuenta ahora de lo malo que ha sido que Ciudadanos fuera sustituido por Vox.
Toda una tragedia para España.
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