domingo, 30 de julio de 2023

Sánchez tiene la posición de fuerza, no Puigdemont ni ERC

Conviene realizar un análisis táctico de la situación que ha abierto la pérdida de un escaño en Madrid por parte del PSOE en favor del PP. Como es sabido, ese escaño obliga a que Pedro Sánchez cuente con el voto favorable de Junts (y de Sumar, ERC, Bildu, PNV y BNG, no lo olvidemos) para lograr la investidura. La interpretación que se está haciendo de esta circunstancia es que el “precio” que pondrá Puigdemont será más alto todavía. Esta situación hace que muchos ciudadanos vean peligrar la unidad de la nación y se indignen ante la posición clave que ocupan los partidos independentistas y, en particular, Junts. No es mi intención tranquilizarles, porque la situación es inquietante, pero un análisis frío conduce a una conclusión bastante distinta: Sánchez tiene una posición negociadora más sólida que la de los independentistas.

La alternativa que se puede descartar con total seguridad es la investidura de Feijóo. No tiene ninguna posibilidad de sumar los 176 escaños. Esa es la gran baza de Sánchez. O gobierna él, o se repiten las elecciones. Lejos de lo que se piensa, Sánchez no tiene por qué ceder nada importante a los independentistas: si Junts le vota, el horizonte penal de Puigdemont sin duda mejorará, pero la posición de fuerza es, sobre todo, la de Sánchez, no la de Puigdemont. Si se repiten elecciones pueden pasar dos cosas y ninguna conviene a Junts: que el PP logre el gobierno o que lo consiga Sánchez y no les necesite. Por consiguiente, el mensaje de Sánchez a Puigdemont y también a ERC es “vosotros veréis”. Y he aquí el gran dilema del independentismo: si Puigdemont y ERC apoyan a Sánchez sin un compromiso claro en favor de la autodeterminación, la decepción del independentismo será muy importante y seguirá perdiendo apoyos. Esto lo sabe ERC, que probablemente decida bloquear la investidura para mostrar una posición de fuerza que le haga volver a recuperar el liderazgo en el independentismo. De lo contrario, si ambas formaciones apoyan a Sánchez sin compromisos claros a favor de la autodeterminación, puede suceder que Sánchez acabe con el independentismo sin haber hecho más concesiones que las de carácter penal, porque en las próximas elecciones autonómicas gobernaría el PSC.

Una vez bloqueado Feijóo, Sánchez puede exhibir una posición de fuerza con el independentismo que, en caso de repetición electoral, le puede favorecer claramente. A quien no le conviene bajo ningún concepto una nueva convocatoria es a Yolanda Díaz. Ya se puede ver que Sumar es una jaula de grillos en la que Podemos va por libre. El voto útil de la izquierda, como ya se ha visto en estas elecciones, es el PSOE. Por eso Pablo Iglesias tiene razón al criticar el resultado de Yolanda Díaz. Lo más normal es que el bloqueo nos lleve a nuevas elecciones, porque es complicado que tanto ERC como Junts voten a Sánchez sabiendo que su electorado les está castigando. Ahora bien, la investidura de Sánchez, pese a ser factible, daría paso a una España ingobernable: sacar adelante cualquier ley y mucho más los presupuestos sería casi imposible. Además, el PP domina el Senado y las principales comunidades autónomas. Lo más probable es que Sánchez prepare el terreno para una nueva cita electoral. En todo caso, este análisis táctico no hace si no poner de relieve la necesidad de abordar la raíz política y moral del problema, tal como destacaba en las últimas entradas.

P.D. Para mí es incomprensible que el PNV, a la vista de esta situación, no reconsidere su negativa a Feijóo. Y no lo hará.

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