lunes, 9 de octubre de 2023

Condena al terrorismo de Hamás

El ataque y asesinato de ciudadanos israelíes cometido por la organización terrorista Hamás es un acto de barbarie que merece la condena más enérgica. La guerra que han comenzado los integristas traerá mucho dolor a su pueblo, no solo a Israel, y las consecuencias son impredecibles, dada la implicación de Irán. Sin duda la migración masiva de judíos a Palestina -comprensible por el genocidio que padecieron- y la creación del Estado de Israel ha sido injusta para los palestinos, que fueron privados de sus tierras y de tener su propio Estado, pero el terrorismo es injustificable. Difícil solución si ambos quieren lo mismo y ninguno está dispuesto a ceder. En estos casos es fundamental contar con líderes sensatos que sepan dar prioridad a lo importante y no dejarse llevar por el orgullo herido. Pienso en los tibetanos y en el liderazgo del Dalai Lama. Las injusticias padecidas por el pueblo tibetano probablemente no sean menores que las de los palestinos. Sin embargo, los tibetanos han resistido pacíficamente frente al gigante chino, y aceptarían de buen grado una autonomía que les permitiera vivir conforme a sus tradiciones dentro de China. Los tibetanos estarían encantados de disfrutar de la autonomía del País Vasco o de Cataluña. ¿No sería factible un compromiso de paz de israelíes y palestinos como paso previo a una amplia autonomía de Palestina en el Estado de Israel? Ahora mismo es inviable y lo más importante es garantizar que se frena la agresión terrorista. Pero la respuesta de Israel debe ser proporcionada. A partir de ahí, solo un compromiso por la convivencia desde el respeto puede conducir a una solución.

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