En Amazon Prime pueden encontrar una película especial, “El repostero de Berlín”. Si buscan emoción y entretenimiento a base de acción, lo típico del cine comercial, ni se molesten. En cambio, si les interesa el alma humana y tienen sensibilidad por los gestos, los silencios y la música, no dejen de verla. Absolutamente conmovedora, fascinante. Si alguna vez me planteara escribir y dirigir una película, se parecería a esta manera de hacer cine. El director se toma su tiempo para filmar las situaciones, los gestos, los silencios… El personaje principal, magistralmente interpretado por Tim Kalkhof, es un joven huérfano, solitario, cuya vida se nos presenta como un enigma. No sabemos demasiado de él, pero el director nos deja verlo vivir, simplemente eso tiene una fuerza extraordinaria y llama profundamente la atención. Cuando el cine sabe reflejar la vida y no es impostura se convierte en arte. Sin duda también es interesante la historia, que refleja que el amor puede elevarse por encima de la orientación sexual, y la ambientación de la vida de un alemán en Jerusalén. A ello hay que añadir la excepcional música de piano compuesta por Dominique Charpentier. Atrévanse, pero sin prisas. Es una película a la que debe prestársele mucha atención e imprescindible verla en versión original porque se habla alemán, hebreo e inglés.
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