sábado, 10 de noviembre de 2007

Acontecimientos ilicitanos

Elche está de enhorabuena. Dentro de una semana se inaugura El Corte Inglés e Hipercor, lo cual, pese a que a algunos les parezca una tontería, supone un salto cualitativo para la ciudad, tanto por la ampliación de la oferta comercial como por los 800 empleos directos que se crean. A este acontecimiento hay que añadir la feliz transformación de la Orquesta Ciudad de Elche en Orquesta Sinfónica Ciudad de Elche (OSCE). El pasado 1 de noviembre tuve ocasión de asistir a su primer concierto como Orquesta Sinfónica bajo la dirección de su Director Titular Leonardo Martínez. Nada menos que se interpretó el Réquiem de Mozart con el Cor de Cambra y la Agrupación de Cantores Ilicitanos acompañados por excelentes solistas, Carmen Muñoz (soprano), Pilar Fernández (contralto), Javier Agulló (tenor) y José Antonio Román (bajo). La interpretación del Réquiem fue excelente. En muchos momentos las lágrimas estuvieron a punto de desbordar mis párpados. Fue una verdadera pena que el Réquiem, que constituía la segunda parte del concierto, tuviera como preludio un auténtico bodrio, la Sonata Sinfónica para la Festa, compuesta por José María Vives, un compositor de la tierra. La pieza no había por donde cogerla. Mala de solemnidad. Pienso que merecía una pitada. Afortunadamente el programa del próximo concierto es mucho más equilibrado con obras de Beethoven y Haydn. Parece que me hayan pedido opinión porque se va a interpretar la Sinfonía nº3 de Beethoven (“Heroica”), mi favorita. El 30 de noviembre no faltaré. Me siento inmensamente feliz por tener la oportunidad de escuchar el Réquiem y la Heroica en directo. ¡Qué maravilla!

viernes, 9 de noviembre de 2007

El último episodio de la serie "Cuéntame"

Me gusta bastante la serie televisiva “Cuéntame”. De hecho, en un canal de televisión digital la están reponiendo a diario, sin incluir cortes publicitarios, y muchas noches vuelvo a ver algunos episodios antiguos. La serie cuenta con magníficos actores que han sabido perfilar a sus personajes haciéndolos muy creíbles. Especialmente Imanol Arias y Pepe Sancho con sus Antoñito y Don Pablo. Además, la presentación del contexto histórico en el que se desarrolla la vida de los Alcántara normalmente ha sido bastante fiel a la realidad de aquel tiempo. Tampoco las distintas peripecias de la familia se han presentado como completamente ligadas a los avatares políticos. Sin embargo, ayer la cosa cambió. El guionista se pasó tres pueblos en la reivindicación de la memoria histórica.

La inminente muerte de Franco hace que Antonio recuerde la muerte de su padre. Le dice a su hermano Miguel que no puede sentir odio hacia Franco –no sabemos a santo de qué, puesto que a su padre lo mató un cacique local para vengarse del que le había robado la novia-, que quiere perdonar, pero no olvidar. Se van los dos hermanos al pueblo a visitar la tumba de su padre. Una vez allí, antes de llegar a ella, pasan ante una fosa común en la que había unos quince fusilados enterrados y se alegran de que a su padre sí lo pudieran enterrar en el campo santo. De verdad, el diálogo ante la tumba del padre asesinado parece dictado por los adalides de la memoria histórica, pues incluso se dice expresamente que no hay que perder la memoria. Más forzado imposible, y absolutamente de cara a la galería. Una auténtica pena. Espero que los guionistas se vuelvan a centrar en la historia de los protagonistas sin dejarse condicionar por interpretaciones interesadas de aquel tiempo.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Sarkozy aprovecha la ocasión

Sin duda Aznar se equivocó apoyando la injusta guerra de Iraq. Sin embargo, su audaz apuesta por convertirse en un aliado privilegiado de los Estados Unidos era muy beneficiosa para España. Probablemente esa alianza incluía a Iraq en el paquete, convirtiéndolo así en un paquete bomba. Tras ganar las elecciones, Zapatero podía haber adoptado una postura crítica con la guerra de Iraq pero manteniendo las tropas en una misión análoga a la que ahora desempeñan en Afganistán. De este modo, España se hubiera beneficiado de la política exterior de Aznar sin asumir todos sus contenidos. Pero, en un alarde de irresponsabilidad, el orate monclovita decidió darle con la puerta en las narices a Estados Unidos y echar por tierra nuestro prestigio internacional hasta acabar siendo venerado por tiranos como Castro o Chávez. Sarkozy no podía dejar pasar la oportunidad y ha situado a Francia en el lugar que Aznar había logrado para España. Podíamos haber dado un paso de gigante para tratar de aproximarnos a las grandes potencias y nos hemos hundido en la miseria.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Inflexibles con Marruecos

Si con relación a los nacionalistas decía que es absurdo tratar de contentar a quien no se va a contentar, otro tanto hay que decir de Marruecos. Gestos de amistad, sí. Bajada de pantalones, no. No hay que dejar lugar a dudas respecto a la españolidad de Ceuta y Melilla. Ni siquiera representan un conflicto de Derecho Internacional, pues no tienen el estatus de colonias como sí sucede con Gibraltar, por ejemplo. El gobierno español, este o el que venga, debe tener muy claro que regalar Ceuta y Melilla a Marruecos no frenará sus injustas reivindicaciones. Al poco tiempo reclamarán Canarias. Todo el contencioso con nuestras ciudades africanas se hubiera evitado si España no hubiera puesto pies en polvorosa -nunca mejor dicho- del Sahara occidental.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Barzoneando por San Sebastián

Aprovechando que estaba en Navarra, me desplacé al País Vasco para conocer San Sebastián. Tomé la autovía de Leizarán y disfruté del maravilloso paisaje navarro y vascongado. En Pamplona lucía el sol, pero conforme descendía hacia el cantábrico un manto de nubes encapotó el cielo. Así estaba San Sebastián, encapotada sin amenazar lluvia, cuando aparqué delante del hotel María Cristina, a la orilla del Urumea. Desde allí fui siguiendo el paseo marítimo hasta adentrarme en la playa de La Concha. Llegué al Ayuntamiento, divisé su fachada con la solitaria bandera donostiarra, y barzoneé a placer hasta perderme en las callejuelas del casco viejo, allí donde Chapote asesinó vilmente a Gregorio Ordoñez.

Ciudad moderna y hermosa, llegaba a San Sebastián con inevitables prejuicios. No podía dejar de pensar que visitaba una ciudad carente de libertad y esa realidad condicionaba mi mirada. Observaba las tiendas de souvenirs servilmente vendidas al totalitarismo nacionalista. Veía trapos que pendían de algún balcón exigiendo el acercamiento de presos e imaginaba lo tranquilo que viviría el inquilino de aquella casa, en contraste con alguien que hubiera engalanado su terraza con la bandera nacional. Los niños jugaban en eusquera en una plaza céntrica. Respetable y bonito, pero no podía evitar pensar que ello obedecía a una estrategia de adoctrinamiento. También sabía que no podría entrar en un bar y hablar libremente de política. San Sebastián resultaba a mis ojos una ciudad envuelta en un halo de tristeza indefinible. Contrastaba poderosamente con Pamplona, mucho más alegre, festiva y libre. Pamplona no se rinde al totalitarismo y sus universidades le dan una alegría de la que carece San Sebastián.

Tuve la impresión de que San Sebastián vive del turismo francés, de un comercio burgués de cortos vuelos y de su festival de cine. Poco más. ¡Cuánta belleza desperdiciada! Tras casi tres horas de barzoneo, alteré mi plan inicial de pernoctar en tierra vasca para seguir acumulando impresiones, encedí el motor de mi coche y puse rumbo al mediterraneo. La tristeza desapareció al entrar en Navarra y refulgir nuevamente el sol en el horizonte. Toda una metáfora de la situación que vive el País Vasco.

domingo, 4 de noviembre de 2007

La sentencia del 11-M

Me he descargado la sentencia del 11-M y paulatinamente iré estudiándola. Hasta que no haya acabado de leerla no voy a realizar ciertos juicios. Dicho esto, sí es posible extraer algunas conclusiones. Pero lo primero que debemos preguntarnos es, ¿cómo se deben recibir las sentencias? Claro está que todo buen ciudadano, en principio, debe acatar una sentencia. Sólo cuando una sentencia es absolutamente arbitraria y viola los más elementales principios de justicia está justificada la desobediencia. Fuera de estos casos merece respeto y acatamiento. Lo cual no debe confundirse con la aceptación acrítica de la valoración de los hechos y de los argumentos jurídicos que contenga. Por tanto, antes de concluir que la llamada teoría de la conspiración ha sido derrotada por la sentencia -en la medida en que ha aceptado pruebas que fueron presentadas por El Mundo como inválidas en tanto falsas- habrá que analizar cómo llega el tribunal a su aceptación. Especialmente por lo que respecta a la mochila de Vallecas que el propio Tribunal admite que realizó un periplo extravagante.

De momento, está claro que las teorías de El Mundo y Libertad Digital han sido desechadas por el Tribunal y esto, a falta de analizar las razones esgrimidas por el Tribunal, deja en muy mal lugar a estos medios. Igualmente hay que destacar la absolución de El Egipcio y de dos personas más que fueron acusadas por la Fiscalía como inductores del 11-M. A falta de analizar por qué se les ha absuelto, el fracaso de la Fiscal Olga Sánchez es morrocotudo. El Tribunal descarga la responsabilidad del atentado en los muertos en Leganés y en Jamal Zougham, y condena a Suárez como cooperador necesario, pero no sabemos quién ordenó y planificó los atentados, salvo que aceptemos que los autores materiales actuaron por sí solos, cosa que no se cree nadie. No sabemos si fue Al-Qaeda u otra organización. Poco importaría si se tratara de un delito simple cuya planificación se circunscribe a su autor, pero estamos ante un atentado con una clarísima finalidad política. De ahí que sea especialmente importante, no sólo para las víctimas, sino para el conjunto de la opinión pública, conocer quién lo planeó.

A la vista del fallo, si tuviéramos que hacer una lectura política con relación al PP y al PSOE, el resultado sería de empate. El PP ha coqueteado con los defensores de la teoría de la conspiración, aunque fundamentalmente ha reclamado que se investigue hasta el final. La absolución de El Egipcio y sus secuaces justifica sus tesis favorables a la investigación, pero la aceptación de las pruebas más dudosas le pone en un brete por su apoyo a la teoría de la conspiración. Por su parte, el PSOE defendió que todo estaba claro, que era Al Qeada y que los autores materiales e intelectuales se conocían. Pues no es así. No se sabe quién lo instigó y, por otra parte, no se sabe qué explotó exactamente en los trenes.

Personas que se mueven en las altas esferas de la política nacional me confirman esta valoración de empate. Es más, me dicen que el propio tribunal deliberadamente ha pretendido este empate, lo cual me desasosiega porque confirmaría la terrible politización de la justicia.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Apreciados lectores:

La semana pasada he estado en el norte de España por razones laborales y no he podido reunirme con ustedes con la frecuencia habitual. Este fin de semana daré buena cuenta de mis andanzas por allí -en la cocina está "Barzoneando por San Sebastián", así como de la actualidad política española, pues hay que decir algo sobre la sentencia del 11-M. Les emplazo, pues, a leer el blog el próximo lunes. Un saludo,

James de Soca