Elche está de enhorabuena. Dentro de una semana se inaugura El Corte Inglés e Hipercor, lo cual, pese a que a algunos les parezca una tontería, supone un salto cualitativo para la ciudad, tanto por la ampliación de la oferta comercial como por los 800 empleos directos que se crean. A este acontecimiento hay que añadir la feliz transformación de la Orquesta Ciudad de Elche en Orquesta Sinfónica Ciudad de Elche (OSCE). El pasado 1 de noviembre tuve ocasión de asistir a su primer concierto como Orquesta Sinfónica bajo la dirección de su Director Titular Leonardo Martínez. Nada menos que se interpretó el Réquiem de Mozart con el Cor de Cambra y la Agrupación de Cantores Ilicitanos acompañados por excelentes solistas, Carmen Muñoz (soprano), Pilar Fernández (contralto), Javier Agulló (tenor) y José Antonio Román (bajo). La interpretación del Réquiem fue excelente. En muchos momentos las lágrimas estuvieron a punto de desbordar mis párpados. Fue una verdadera pena que el Réquiem, que constituía la segunda parte del concierto, tuviera como preludio un auténtico bodrio, la Sonata Sinfónica para la Festa, compuesta por José María Vives, un compositor de la tierra. La pieza no había por donde cogerla. Mala de solemnidad. Pienso que merecía una pitada. Afortunadamente el programa del próximo concierto es mucho más equilibrado con obras de Beethoven y Haydn. Parece que me hayan pedido opinión porque se va a interpretar la Sinfonía nº3 de Beethoven (“Heroica”), mi favorita. El 30 de noviembre no faltaré. Me siento inmensamente feliz por tener la oportunidad de escuchar el Réquiem y la Heroica en directo. ¡Qué maravilla!
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