Hace tiempo que quería dedicar una entrada a este libro de Javier Marías. En él se plantea una situación interesantísima: un matrimonio profundamente desdichado debido a una falta de la mujer que el marido no puede perdonar. En lugar de divorciarse de su marido, que sería lo lógico ante tantos desprecios y vejaciones, ella no sólo quiere seguir a su lado y reconquistarlo, sino que lo ama y admira, y hasta entiende que no la perdone. El lector se pregunta cuál pudo ser esa falta tan grave y la curiosidad le mantiene en vilo hasta el final. De entrada se podría pensar en una infidelidad, pero lo descarté de inmediato. Era demasiado burdo cuando además se sabe desde el principio que ante el desdén de su marido ella mantiene relaciones con otros hombres. ¿Qué puede ser tan imperdonable, incluso más que la infidelidad? La respuesta llega en la parte final del libro y les puedo asegurar que Javier Marías no defrauda (si desean leer el libro les aconsejo que no sigan leyendo).
Hay decisiones en nuestra vida que nos
condicionan biográficamente. Esas decisiones, acertadas o equivocadas, deben
ser adoptadas libremente. ¿Se imaginan tomar una decisión importante en la vida
no desde el error, sino siendo víctima del engaño deliberado de otra persona?
Esa fue la falta que cometió la mujer y que el marido no le perdona. Él le
había escrito desde la distancia diciéndole que estaba enamorado de otra mujer
y que no podía seguir su relación con ella. Sin embargo, ella finge no haber recibido esa carta y pretende seguir adelante con la relación como si nada hubiera pasado.
Por otra parte, ella se halla en una situación tremendamente vulnerable que
despierta en él una profunda compasión, hasta el punto de que decide seguir con ella y renunciar a la mujer a la que verdaderamente ama. Se casan,
tienen hijos e incluso son felices. Él se centra en ella y olvida a la mujer
que amó. Pero un día, ella, confiada después de años de matrimonio y feliz vida
en común, le confiesa que sí había recibido aquella carta. Es una bomba. Él se da cuenta de que una decisión que había
condicionado su biografía se basó en el engaño al que ella le sometió y no
puede perdonarla. Marías muestra con brillantez no sólo la estructura dramática
de la vida humana, sino la importancia que para una persona que quiera vivir
con autenticidad tiene tomar libremente las decisiones que afectan a la propia
vida. No hay mayor daño que engañar a alguien en este punto. En esa visión de
la vida humana como forzosamente libre, como decía Ortega y desarrolló brillantemente el padre de Javier Marías, Julián Marías, se halla una de las
claves de la dignidad humana. La herida causada por la mujer no podía ser perdonada
por el marido. El error de ambos fue seguir juntos una vez descubrieron que estaban
en un callejón sin salida.