viernes, 2 de febrero de 2007
Comentario a "Una idea actual de España" (discurso de ZP)
Este fue el título del discurso pronunciado ayer por ZP en la presentación del número 100 de la Revista “La aventura de la historia”. Les recomiendo la lectura del discurso antes de dejarse influir por las opiniones de muchos comentaristas radiofónicos (en la página del Diario El MUNDO lo pueden encontrar). Debo decir que hay varias cosas en el discurso que me han sorprendido gratamente, por lo que -no puedo evitar ser malpensado, dado el personaje- probablemente ZP no lo haya leído íntegramente antes de “soltarlo”. La principal es que se asume la tesis de Julián Marías -sin citarlo- expuesta de manera brillante en su España Inteligible, según la cual la supuesta anormalidad de España en contraste con otros países europeos no es tal. También merece destacarse su reivindicación de la Transición y de la Constitución del 78 -pese a que su acción de gobierno suponga una contradicción permanente con ello-, y la ausencia de referencias laudatorias a la etapa de la II República. Pero el discurso ofrece tesis con las que no puedo estar de acuerdo como la idealización de la España de las autonomías y la autocomplacencia con el funcionamiento institucional de un sistema parlamentario que exige ceder al chantaje nacionalista. Hasta aquí puede haber acuerdos y desacuerdos lícitos, pero en la página 16 se desliza una afirmación que hace tambalearse todo el discurso. Nada menos que afirma ZP: “Soy de los que piensa que el futuro siempre será mejor. Eso me lo ha enseñado la historia. Y eso es lo que quiero contribuir a asegurar a mi país”. Con esa frase demuestra que no tiene ni idea de la historia y, además, incurre en una flagrante contradicción. En efecto, si el futuro siempre será mejor, no parece necesario esforzarse por contribuir a que ello se realice. Es decir, si hay que esforzarse por lograr un futuro mejor, cabe pensar que si ese esfuerzo no se realiza o se realiza negligentemente los efectos negativos para el futuro no se harán esperar. Sin duda, la impostura de un discurso puede a veces detectarse mediante una frase.
Etiquetas:
Actualidad política
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