Esta tarde, cuando me desplazaba en tren de cercanías entre Elche y Orihuela, no he podido evitar pensar, como en tantas otras ocasiones, que en España existe una gran desigualdad entre los ciudadanos en función de la comunidad autónoma en la que viven. Estoy seguro de que una línea de cercanías como la que discurre entre Alicante y Murcia no tiene paragón en lugares como Madrid, Cataluña o el País Vasco. Trenes de gasóleo, trayectos largos e impuntuales, una sola vía, escasa frecuencia de trenes y saturación de pasajeros. En fin, una verdadera mierda de conexión entre ciudades que sumadas superan el millón de habitantes. La Comunidad Valenciana, especialmente la provincia de Alicante, está siendo maltratada por el gobierno central. Un ejemplo es esta línea de Renfe que parece tener olvidada el Ministerio de Fomento.
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