No escribo este blog pensando en qué imagen se estarán formando de su autor. Digo lo que pienso y el resto es cosa suya. A pesar de todo, no puedo evitar imaginar las reacciones de algún lector ante el post sobre la soltería. Imagino que más de uno pensará que he perdido la chaveta. No pasa nada si es así, pero para apuntalar algunas de las cosas que dije voy a recordar algunas afirmaciones y datos que se pueden leer en el libro “El fin en el Derecho” del jurista alemán Rudolf von Ihering, un clásico de finales del siglo XIX y principio del XX. Esté libro me acompañó durante unos meses que pasé estudiando en Alemania hace unos seis años. Cuando llegaba a casa me ponía a leer a Ihering y tomaba nota de muchas de sus interesantes observaciones. Precisamente, Ihering se refiere al problema que examinaba en el post. Mis opiniones, como van a comprobar, son de un moderado que casi resulta empalagoso si las comparamos con las suyas.
martes, 15 de mayo de 2007
Algo más sobre la soltería
“Este fin tenía la lex Julia y Papia Poppaea de Augusto, suscitadas por la reducción de la población libre en las guerras civiles y por la depravación de las costumbres en Roma, que trataba de hacer tributar al celibato y a los matrimonios sin hijos y disponía la privación total o parcial de las donaciones testamentarias y otras restricciones y las traspasaba a las personas casadas y con hijos, y Luis XIV llegó en Canadá, en interés del rápido aumento de la población, del territorio, hasta el punto de obligar a casarse a las personas solteras”.
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