viernes, 18 de mayo de 2007
Nueva York, Madrid, Valencia
Cuando veo el skyline de Nueva York por la noche con todos esos rascacielos cuyas ventanas iluminadas ofrecen al mundo la imagen de una ciudad que vela permanentemente, tengo la sensación de que estaría a gusto allí. Su apertura, su riqueza humana y la excelencia de su panorama cultural me atraen. Quizá una vez allí mi opinión sería otra, pero así lo veo desde la distancia. Me seducen esas ciudades que como Nueva York abren sus puertas y sus alcaldes, lejos de criticar la inmigración, venden su ciudad recordándonos que si quieres tener suerte Nueva York te dará una oportunidad, como se dice en "City Hall", una de mis películas favoritas. En Madrid también he tenido esa agradable sensación de ser acogido sin preguntas, a diferencia de lo que sucede con Barcelona. Me gustaría que Valencia, mi ciudad, también se convirtiera en una ciudad abierta a todo el que venga a trabajar, a emprender, a innovar.
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