El terrorífico poder mediático del PSOE influye decisivamente en el PP, si bien hay que decir que ello sucede por la desesperante indecisión de su líder, Mariano Rajoy. Este buen hombre está demostrando que no tiene fuste de líder, que está a merced de los acontecimientos con sus continuos vaivenes y meteduras de pata (lo del cambio climático y su primo es inhabilitante). Ahora parece que en el PP algunos creen que se ha hecho una oposición demasiado tremendista y radical en muchos asuntos. Da la impresión de que Juan Costa representa esa nueva imagen de moderación y centrismo, posicionándose de paso como posible alternativa en caso de derrota electoral (cosa harto probable), frente a lo que se presenta como la vieja guardia, entre los cuales un político honrado, recto y capaz como Mayor Oreja se lleva la palma. ¡Cómo estará España para que Mayor Oreja sea tildado de radical! Rajoy debe tener claro en qué cree y defender sus ideas con convicción hasta las últimas consecuencias. Lo que ha sucedido en esta legislatura con los Estatutos de Autonomía y con la negociación con ETA (en stand by) es de una enorme gravedad que, si no lo remedia el TC, amenaza la viabilidad de España. Esto exige reformar la Constitución para reforzar el Estado; reformar el sistema electoral para restar poder a unos nacionalismos que pueden acabar con España si no se les pone coto. ¡Ahí está el debate, no en la rebaja del IRPF! Si se renuncia a los principios que han inspirado la oposición al régimen zapateril por un puñado de votos el fracaso del PP está servido.
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