Me ha resultado vergonzoso el comunicado de la viuda y los hijos de Uría, el empresario asesinado por ETA hace pocas semanas. Vienen a lamentar que ser nacionalista vasco no sea suficiente para poder vivir en libertad en “Euskalherría”. En coherencia con ello, no sorprende que interpreten el asesinato de su padre y marido como “echar piedras contra el propio tejado” (sic). Aunque a nadie puede sorprender la miseria y ruindad moral del nacionalismo vasco a estas alturas, este comunicado viene a confirmar que la connivencia con ETA sigue vigente entre los nacionalistas aunque alguno de los suyos llegue a convertirse en víctima de ETA (se pone cara seria y se le sustituye en la partidita de cartas). El comunicado de esta familia es enfermizo. Todo él destila una perfecta comprensión del fin que persiguen los terroristas, el mismo que el que perseguía su víctima, pues no en vano la familia se esfuerza en subrayar que era un nacionalista vasco. La expresión de “echar piedras contra el propio tejado” lo dice todo. Las piedras, se entiende, hay que echarlas a la casa del vecino. No hay que confundirse y privar de libertad a los miembros del pueblo que se pretende liberar. Se critica el medio, el instrumento, no tanto porque se condene la violencia, sino porque se utiliza contra un hijo del pueblo vasco, y se admite sin ambages el fin último de lograr la soberanía del pueblo vasco. Parece claro que la familia Uría no quiere renunciar a la partidita de cartas en el pueblo y condenan por la via de lo políticamente correcto en el País Vasco. Si no fuera porque no se puede dejar tirada en manos de esta gentuza a los vascos de bien de buena gana les daba yo la independencia. Eso sí, total, sin medias tintas.
2 comentarios:
Pues aún estando deacuerdo contigo en el resto, yo no daría la independencia ni al País Vasco ni a Perejil.
Sería una forma de justificar que matando se puede conseguir, tarde o temprano, el "objetivo".
Yo tampoco, lo que pasa es que hay veces en que te apetece mandarles al carajo, pero es sólo un arrebato emocional.
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