miércoles, 26 de diciembre de 2007

Azorín y los ruidos de España

En su libro “Castilla”, Azorín, en medio de la descripción de una fonda, desliza la siguiente reflexión:

“A toda hora, de día y de noche, se perciben golpazos, gritos, canciones, arrastrar de muebles. Una charla monótona, persistente, uniforme, allá en el corredor, nos impide conciliar el sueño durante horas enteras. Muchas veces hemos pensado que el grado de sensibilidad de un pueblo –consiguientemente de civilización- se puede calcular, entre otras cosas, por la mayor o menor intolerabilidad al ruido. ¿Cómo tienen sus nervios de duros y remisos estos buenos españoles que en sus casas de las ciudades y en los hoteles toleran las más estrepitosas baraúndas, los más agrios y molestos ruidos: gritos de vendedores, estrépitos de carros cargados de hierro, charloteo de porteros, pianos, campanas, martillos, fonógrafos? A medida que la civilización se va afinando, sutilizando, deseamos en la vivienda permanente y en la vivienda transitoria –en las fondas- más silencio, blandura y confortación”.

En pleno siglo XXI las palabras de Azorín siguen siendo una triste realidad: muchísimos españoles, pese a pagar enormes cantidades de dinero por nuestras viviendas, seguimos escuchando el televisor, los ronquidos, la música y las juergas de nuestros vecinos. ¡Qué vergüenza! No hace falta más que adentrarse en foros de arquitectura en Internet para comprobar que las normativas siguen sin resultar efectivas. 

Azorín alude no sólo a las viviendas, sino también a las fondas y a los hoteles. También en este caso tiene más razón que un santo. Acabo de pasar una noche en el hotel Express by Hollyday Inn. Se trataba de un hotel de poco más de cinco años. El aislamiento entre habitaciones era penoso –afortunadamente las ventanas eran muy buenas-. Escuchaba perfectamente las toses de otras personas. 

Nos reímos de estas historias, pero el problema es grave y me parece increíble que no podamos zanjarlo de raíz. Mientras no seamos capaces de decirle al mundo que en España cada cual puede vivir en paz en su casa, de poco sirve que en el producto interior bruto por habitante hayamos pasado a Italia.

sábado, 8 de diciembre de 2007

El informe sobre el nivel educativo en España

A ninguna persona que conozca medianamente la situación de la educación en España le pueden haber sorprendido los datos ofrecidos por el Informe PISA sobre el nivel educativo de los países de la OCDE. Pero, como leía en un artículo hace poco, incluso no hace falta trabajar en la educación, pues basta simplemente con ver y escuchar a los niños y jóvenes españoles para darse cuenta de que su nivel educativo es paupérrimo

Los datos han servido para que durante un día hagamos autocrítica a la española, es decir, echando la culpa a los demás cuando no frivolizando con los datos, y al siguiente nos olvidemos del tema, como siempre. Entre las declaraciones del día merece la pena que recordemos lo dicho por Zapatero. No ha responsabilizado directamente a los padres de los malos resultados de los hijos, pero ha dejado caer que la floja educación de los padres inevitablemente influye en los hijos. De ahí se colige que progresivamente los resultados irán mejorando con el paso del tiempo. El genuino optimismo antropológico del perfecto progre.

Es una lástima que ante un problema tan crucial para el futuro de la nación debamos conformarnos con análisis tan superficiales y, la mayor parte de las veces, sostenidos en burdas falsedades. Es el caso de lo que dice Zapatero. Si algo es particularmente preocupante de la situación de la educación en nuestro país es precisamente que las nuevas generaciones están peor formadas que las pasadas. Nadie mejor que los profesores universitarios con más de sesenta años para ilustrarnos sobre el particular. Y si le preguntamos, tengan por segura su respuesta: en los últimos tiempos están llegando a la Universidad alumnos que sencillamente son incapaces de escribir y hablar con propiedad y de leer un texto medianamente complejo. El fenómeno de los exámenes ininteligibles es cada vez más común. Consiste en que el profesor se siente incapaz de valorar si el alumno ha respondido correctamente o no, sencillamente porque le resulta ininteligible –no por la caligrafía, aunque también- la idea que, aderezada de faltas ortográficas, ha tratado de expresar.

Desconozco los proyectos del gobierno para mejorar la educación y no estoy en disposición de hacer un análisis exhaustivo para indicar el camino que debería seguirse para mejorar la educación en España en los primeros niveles –los más importantes- del sistema educativo. No obstante, parece claro que hay que estudiar más y mejor: cantidad y calidad. Dejaré a los expertos en pedagogía lo relativo a la mejora cualitativa de la educación, y me centraré en algo que dicta el sentido común: adquirir una buena educación requiere tiempo y esfuerzo. ¿Ustedes han reparado en el calendario escolar español? Entre fiestas y puentes nuestros niños y jóvenes pasan poco tiempo en el aula. No es adecuado en absoluto que las vacaciones estivales duren aproximadamente tres meses. Por ahí hay que empezar a poner remedio al desaguisado. Más tiempo en el aula y, a ser posible, potenciando la adquisición de habilidades de base: lectura, cálculo y expresión escrita y verbal. Con esta sencilla receta mucho mejor nos iría.

martes, 27 de noviembre de 2007

Pasteleo en el programa electoral del PP

Vamos a ver cómo queda finalmente el programa electoral del PP, porque yo soy de los que me lo leo antes de votar. Se comenta que no se van a incluir referencias concretas a trasvases hídricos y simplemente se va a señalar que el PP trabajará para que todas las comunidades cuenten con recursos suficientes y bla, bla, bla. No sé ustedes, pero a mí estos pasteleos me repugnan. O sea, que el PP viene criticando la política de Narbona y ahora se raja para que todos sus barones puedan "vender" sus mensajes tanto en Valencia como en Aragón o en Castilla-La Mancha. Pues mire, Rajoy, yo no se lo voy a comprar. Váyase usted y sus pasteleros a hacer puñetas. Si no saben hacer oposición a un orate que lleva a España a la ruina ustedes sabrán, pero como su programa sea un pastel tenga por seguro que yo no le voto.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Un desatino más de Moratinos

Moratinos, ese hombre que nos demuestra en cada intervención que cualquier español puede llegar a Ministro, sigue batiendo todos los registros a la hora de derrumbar la política exterior española. Todos podemos equivocarnos, pero los errores se pagan. No es admisible que este fulano para presumir de que los reyes han visitado Ceuta y Melilla gobernando el PSOE le espete a Gustavo de Arístegui que los reyes no visitaron Marruecos (sic), no visitaron Ceuta y Melilla (trató de arreglarlo inmediatamente mencionando a las dos ciudades, pero la cagada ya estaba hecha) gobernando el PP. ¡Santo cielo, qué Ministro de Asuntos Exteriores! Es una vergüenza para España que semejante personaje esté al frente del Ministerio de AA.EE.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Montilla y los colegios privados

Naturalmente, Montilla tiene todo el derecho a llevar a sus hijos al colegio que le plazca, pero es inevitable que su decisión de optar por un colegio privado se vea como la confirmación del lamentable estado de la enseñanza pública en España. El problema de la educación en España es gravísimo, pero lo que más llama la atención es la falta de indignación ciudadana ante este hecho. Cuando en Alemania se supo que sus alumnos no encabezaban en ranking educativo europeo, el dato se recibió como un problema nacional de primera magnitud y en las televisiones se debatió con rigor por todo tipo de expertos (no en plan 59 segundos y bazofias por el estilo). Y, por si fuera poco, ahora El Mundo, en un documento valiosísimo, da cuenta de la manipulación que padece la educación de los niños en las comunidades donde gobiernan los nacionalistas. Como para que Iñaki Gabilondo -sigo viendo sus noticias, pese a su sectarismo- y sus secuaces sigan tratando de confundir a la gente haciéndole creer que no pasa nada.

Rajoy, un líder incapaz de liderar

El terrorífico poder mediático del PSOE influye decisivamente en el PP, si bien hay que decir que ello sucede por la desesperante indecisión de su líder, Mariano Rajoy. Este buen hombre está demostrando que no tiene fuste de líder, que está a merced de los acontecimientos con sus continuos vaivenes y meteduras de pata (lo del cambio climático y su primo es inhabilitante). Ahora parece que en el PP algunos creen que se ha hecho una oposición demasiado tremendista y radical en muchos asuntos. Da la impresión de que Juan Costa representa esa nueva imagen de moderación y centrismo, posicionándose de paso como posible alternativa en caso de derrota electoral (cosa harto probable), frente a lo que se presenta como la vieja guardia, entre los cuales un político honrado, recto y capaz como Mayor Oreja se lleva la palma. ¡Cómo estará España para que Mayor Oreja sea tildado de radical! Rajoy debe tener claro en qué cree y defender sus ideas con convicción hasta las últimas consecuencias. Lo que ha sucedido en esta legislatura con los Estatutos de Autonomía y con la negociación con ETA (en stand by) es de una enorme gravedad que, si no lo remedia el TC, amenaza la viabilidad de España. Esto exige reformar la Constitución para reforzar el Estado; reformar el sistema electoral para restar poder a unos nacionalismos que pueden acabar con España si no se les pone coto. ¡Ahí está el debate, no en la rebaja del IRPF! Si se renuncia a los principios que han inspirado la oposición al régimen zapateril por un puñado de votos el fracaso del PP está servido.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Sobre el incidente en la Cumbre Iberoamericana

Con más o menos fortuna en cada caso, Zapatero y el Rey mostraron a Chávez su malestar por los insultos que éste había dirigido reiteradamente a Aznar. Hay que felicitarse por la reacción del Presidente y del Rey. A mi juicio la réplica podía haber sido contundente, sencillamente porque es bastante fácil defender a Aznar de la acusación de ser un fascista. En líneas generales fue un buen presidente, aunque muchas de sus decisiones de la segunda legislatura y, sobre todo, su talante intransigente me parezcan muy mal. Pero, al margen de ello, tuvo una virtud que le hace brillar por encima de muchos otros gobernantes de nuestro tiempo. Cuando nada le obligaba a ello decidió voluntariamente renunciar a la reelección y abandonar el poder. Chapeau, Aznar. En cambio, Chávez está planteando reformas constitucionales en las que se le elegiría de forma indefinida. ¡Menuda forma de entender la democracia! Claro está que esperar que Zapatero hubiera recomendado a Chávez unas lecciones de Aznar sobre cómo no perpetuarse en el poder era mucho pedir.