Hay tantos motivos para estar harto de Zetapé que intentar jerarquizarlos puede parecer una bobada. No obstante, yo destacaría la frase que le oímos “off the record” en la entrevista con el amigacho Gabilondo en la campaña electoral de 2008. Gravísima en el fondo y a su vez absolutamente reveladora de la catadura moral del personaje. “Nos conviene que haya crispación”, dijo Zetapé. Lógicamente con esa crispación quería mantener bien activo a su electorado para que llegado el momento fuera a votar contra el PP.
A nadie puede sorprender, pues, que ahora que las encuestas reflejan que ha entrado en barrena y que muchos le van a dar la espalda, salvo Concha Velasco y alguno de esos cretinos que votan a los partidos políticos por costumbre o siglas, cambie de gobierno y le dé el mando a Rubalcaba, meta a la Pajín y Jaúregui, y refuerce a Blanco. Se ha repetido mucho eso de que es un gobierno con un perfil marcadamente político. Eso significa en el mundillo de la lucha partidista por el poder sencillamente una especial habilidad para ensalzar tus virtudes y demonizar al adversario por la razón más peregrina. En definitiva, Zetapé apuesta por crispar el ambiente porque sabe que tiene que asustar a sus posibles votantes con el “que vienen los carcas, fachas y retrógrados del PP”. La vieja estrategia que desde el 93 ha utilizado el PSOE. Como aperitivo, ya ven que matraca hemos tenido que aguantar esta semana con los “morritos” de Leire Pajín. Se ha hablado más de los morritos que de que la mami de la flamante Ministra de Sanidad –toda una demostración del subterráneo nivel de muchos de estos políticos de alcantarilla- y sus comilitones socialistas de Benidorm se han pasado el pacto antitransfugismo por el arco de triunfo.
El desastre del gobierno socialista ha sido tan monumental que veo imposible que remonten y ganen las elecciones, pero irán a por todas sin reparar en nada. Ya han visto que han ido a negociar con el PNV desnudos de cintura para abajo. De ahora en adelante, con Rubalcaba de timonel, podemos ver cualquier cosa.