Tenía muy buenas referencias de Viktor Frankl, uno de los psiquiatras más importantes del siglo XX. Su nombre aparece citado con frecuencia por Rafael Navarrete, que, como les dije en otro post, es el autor de uno de los libros que más me han marcado, “El aprendizaje de la serenidad”. Así que cuando encontré en la Librería San Jorge “El hombre en busca de sentido”, quizá el libro más vendido de Frankl, me dije que ya era hora de leerlo. En el mismo paquete entró “Fe, verdad y tolerancia”, de Joseph Ratzinger, que todavía no he comenzado a leer.
Sin duda “El hombre en busca de sentido” es un libro excepcional escrito por un hombre extraordinario. Me ha impresionado muchísimo y ya ocupa un puesto de privilegio en mi biblioteca. Frankl (1905-1997) era judío y sobrevivió a varios campos de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial, entre ellos Auschwitz. Ya era psiquiatra cuando ingresó en el campo, y como tal la experiencia de aquel intensísimo sufrimiento fue una lección dura, pero tremendamente fértil si tenemos en cuenta el legado de Frankl. En su libro examina psicológicamente la vida en un campo de concentración. No en vano el primer título del libro fue “Un psicólogo en un campo de concentración”. De ahí extrajo importantes enseñanzas para fundar su propia escuela, la logoterapia: una psicoterapia que presta atención al hombre concreto, a sus creencias y peculiaridades sin pretender clasificarle, y trata de ayudarle a comprender el sentido de su vida porque el hombre es primariamente, según Frankl, un ser que necesita imperiosamente dar sentido a su vida. De ahí el nombre de “logoterapia”, pues utiliza la acepción de razón, de sentido, inmersa en el término “logos”. Ese sentido, aunque parezca mentira, puede hallarse no sólo en un determinado proyecto vital tendente a alcanzar una meta, sino también en el sufrimiento. Sí, sufrir puede ser nuestro destino y nuestra vida puede alcanzar la plenitud incluso envuelta en el mayor sufrimiento. Desde luego, semejante tesis sólo puede merecer respeto y atención cuando proviene de alguien que experimentó los mayores sufrimientos y estuvo en muchas ocasiones a punto de morir. Léanlo. Se lo recomiendo.
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