El Partido Socialista ha ganado las elecciones y mi pronóstico no se ha cumplido. Sin embargo, creo que el diagnóstico que he venido realizando en buena medida era correcto. El triunfo del PSOE se debe fundamentalmente a que ha sabido movilizar a su electorado y al derrumbe de IU (nada menos que ha perdido más de 300000 votos) y de ERC. Hubiera bastado un porcentaje de participación algo menor (que era lo previsible) y una menor caída de los partidos citados para que el PP se hubiera alzado con la victoria.
Parece claro que el PSOE ha encontrado un importante caladero en los partidos de izquierda radical, mientras que el PP no ha sabido captar suficientes votantes socialistas descontentos con Zapatero, muchos de los cuales, por cierto, se han inclinado por Rosa Díez, demostrando que esta propuesta de izquierda nacional restaba votos sobre todo al PSOE. Por otra parte, una vez más cabe constatar el desequilibrio de las distintas Comunidades Autónomas en los resultados. El PSOE basa su fuerza en Andalucía y Cataluña. No hay forma de que el PP logre una implantación aceptable en estas comunidades.
Sin duda una de las principales amenazas para Rajoy era la deriva de IU, pero no pensaba que el descalabro de ERC iba a ser tan grave, y tampoco sabía que perderían escaños la CHA, CC, PNV y EA. Total, un desastre para los nacionalistas, y una demostración de que están absolutamente sobrerrepresentados. Es sangrante que Rosa Díez obtenga un diputado y el PNV seis con prácticamente el mismo número de votos. En definitiva, lo que el PSOE haya podido trasvasar al PP lo ha compensado sobradamente con su crecimiento a costa de los nacionalistas.
En el PP parece reinar la felicidad. Disfrutan de una dulce derrota, pero derrota, y clara, al fin y al cabo. Una mala noticia para España. Nos esperan años muy duros con el orate monclovita al mando. El PP refuerza su posición en la oposición y Rajoy tiene fuerza para rediseñar la estrategia opositora y, sobre todo, para exigir al PSOE que busque pactos de Estado con el PP y renuncie a pactar con fuerzas que han quedado reducidas a la mínima expresión. Pero, no nos engañemos, lo verdaderamente importante del día de hoy es que el pueblo español ha renovado la confianza a un hombre indigno. Como español siento vergüenza.
Parece claro que el PSOE ha encontrado un importante caladero en los partidos de izquierda radical, mientras que el PP no ha sabido captar suficientes votantes socialistas descontentos con Zapatero, muchos de los cuales, por cierto, se han inclinado por Rosa Díez, demostrando que esta propuesta de izquierda nacional restaba votos sobre todo al PSOE. Por otra parte, una vez más cabe constatar el desequilibrio de las distintas Comunidades Autónomas en los resultados. El PSOE basa su fuerza en Andalucía y Cataluña. No hay forma de que el PP logre una implantación aceptable en estas comunidades.
Sin duda una de las principales amenazas para Rajoy era la deriva de IU, pero no pensaba que el descalabro de ERC iba a ser tan grave, y tampoco sabía que perderían escaños la CHA, CC, PNV y EA. Total, un desastre para los nacionalistas, y una demostración de que están absolutamente sobrerrepresentados. Es sangrante que Rosa Díez obtenga un diputado y el PNV seis con prácticamente el mismo número de votos. En definitiva, lo que el PSOE haya podido trasvasar al PP lo ha compensado sobradamente con su crecimiento a costa de los nacionalistas.
En el PP parece reinar la felicidad. Disfrutan de una dulce derrota, pero derrota, y clara, al fin y al cabo. Una mala noticia para España. Nos esperan años muy duros con el orate monclovita al mando. El PP refuerza su posición en la oposición y Rajoy tiene fuerza para rediseñar la estrategia opositora y, sobre todo, para exigir al PSOE que busque pactos de Estado con el PP y renuncie a pactar con fuerzas que han quedado reducidas a la mínima expresión. Pero, no nos engañemos, lo verdaderamente importante del día de hoy es que el pueblo español ha renovado la confianza a un hombre indigno. Como español siento vergüenza.
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