Hoy me comentaba una concejal de un Ayuntamiento de la Vega Baja del Segura que hay personas que llegan al Ayuntamiento diciendo que no tienen con qué alimentar a sus hijos. Se ve que ya han acudido sin éxito a instituciones de caridad, pero no dan abasto. Sí, tal como me temía, se aproxima el momento en el que vamos a ver el rostro más duro de la crisis: hambre, gente pidiendo limosna y delincuencia.
miércoles, 30 de septiembre de 2009
martes, 29 de septiembre de 2009
¿Ante una nueva etapa democrática?
Es difícil que una democracia funcione sin partidos políticos, pero también es cierto que los partidos políticos pueden llegar a desnaturalizar la democracia hasta transformarla en eso que algunos llaman partitocracia, y que en muchos aspectos me recuerda, salvando las distancias, a una democracia orgánica. A veces como ciudadano resulta frustrante que el ejercicio de tus derechos de participación política se vea sometido al tamiz de los partidos políticos. En España, hasta el momento, los ciudadanos han optado por votar a los grandes partidos, principalmente por la llamada al voto útil, y no ha habido un excesivo abstencionismo, al menos en las elecciones generales. Últimamente, sin embargo, detecto un progresivo desencanto con los grandes partidos: los socialistas están en caída libre y el PP no ilusiona. Esta situación está haciendo que la llamada al voto útil pueda comenzar a ser desatendida por los ciudadanos. El sistema electoral seguirá primando a los partidos grandes, pero lo verdaderamente significativo es que cada vez hay más gente pensando que a lo mejor lo más útil es no votarles como única vía para que se produzcan cambios. Por ejemplo, yo estoy convencido de que es más importante que UPyD tenga la llave de la gobernabilidad que que el PP derrote al PSOE. Estamos en un momento histórico en el que vamos a empezar a ver cambios importantes. Creo que comienza una nueva etapa en la democracia española.
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sábado, 26 de septiembre de 2009
Recordemos las palabras de ZP
Conviene que cada cierto tiempo recordemos este video. Vean, vean, se van a quedar estupefactos. Por cierto, no olviden que la crisis financiera internacional comienza en el verano de 2007 con las hipotecas sub-prime.
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¿Nos merecemos sufrir a Zapatero y a su gobierno? Sí, sí, y sí
Se acaba de hacer pública la anunciada subida del IVA. ¿Qué les puedo decir? Pues eso, que es absolutamente indignante, y que va a ser el tiro de gracia para el consumo. Tenían que haber visto hoy sábado los bares y restaurantes de Santa Pola (gran playa) a las 14.00 de la tarde: prácticamente todas las mesas vacías. Ya ven dónde ha quedado eso de que se iban a subir los impuestos a las rentas más altas. Como dijo Carlos Rodríguez Braun en una conferencia que pronunció en Elche la semana pasada, pagan impuestos los que no pueden evitarlo. Desgraciadamente es así: la clases bajas y medias van a ser los grandes paganinis. ¿Nos merecemos este gobierno? Sí, sí, y mil veces sí. Es un gobierno digno de España, un país plagado de borregos.
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En defensa de la libertad de expresión del Papa
El Papa, una vez más, ha destacado la importancia de entender la sexualidad como una dimensión moral de la persona que exige entrega y fidelidad a quien se ama. Por consiguiente, si la sexualidad se vive desde la castidad (que no significa abstinencia sexual como algunos creen) será más fácil acabar con el sida, y a nadie debería extrañar que el Papa considere que el preservativo no es una buena solución, sino todo lo más un apaño que permite seguir ignorando la raíz del problema. Sin embargo, los grupos de izquierda radical han pedido la reprobación del Papa en el Congreso de los Diputados. ¿Acaso no les basta con criticarlo y plantarle batalla con la fuerza de los argumentos? Está visto que la izquierda todavía conserva su tic anticlerical.
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viernes, 25 de septiembre de 2009
Las zapateras

Esta vez sí que puede decirse que una imagen vale más que mil palabras. No me extraña que Zetapé pidiera que no publicasen la foto de sus hijas, sobre todo después de comprobar el look que se gastan. ¿Cómo es posible que nadie les dijera que no se puede ir con esas pintas por el mundo? Vamos, me viene una hija con esa facha y le digo que o se cambia o del hotel no sale.
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jueves, 24 de septiembre de 2009
El artículo sobre el exceso de paternalismo
Aquí les dejo el artículo al que me referí el otro día y que publiqué hace unos tres años.
El paternalismo excesivo
"Hace unos días un tren arrolló a un coche en un paso a nivel sin barreras y mató a las cuatro personas que viajaban en él. Inmediatamente algunos políticos de Izquierda Unida reclamaron que los presupuestos de la Generalitat Valenciana incluyeran una partida para eliminar los pasos a nivel de la línea de cercanías Alicante-Murcia, que fue en la que se produjo el trágico suceso.
Nada cabe objetar a que se soterre cualquier paso a nivel que resulte especialmente peligroso, pero más allá de estos casos, lo lógico sería reclamar que los pasos estén bien señalizados y protegidos por barreras, siempre que sea posible. Curiosamente Izquierda Unida ha exigido directamente el soterramiento sin que existan indicios de que hubiera una mala señalización del paso o una negligencia del maquinista. Esto me hace pensar que se trata de una petición desproporcionadamente paternalista. No me preocuparía si se tratara de un caso aislado, pero en nuestra sociedad muchas situaciones denotan un paternalismo excesivo.
En mi opinión, el criterio que debe regir la organización de la vida colectiva ha de tener como referencia al ciudadano medio que se conduce en sus acciones cotidianas con un mínimo de sentido común. Lógicamente, en la medida de lo posible, también hay que atender a las necesidades específicas de algunos colectivos como discapacitados, niños y ancianos. Ahora bien, es necesario tener claro que no es posible preverlo todo. Es más, la prevención excesiva que desemboca en un paternalismo exacerbado puede llegar a hacer insufrible la vida en sociedad. No parece razonable prever que pueda haber un conductor despistado que intente atravesar un paso a nivel sin ni siquiera mirar si viene el tren. Recientemente, el tranvía ha atropellado en Valencia a personas que han cruzado por la zona reservada sin reparar en su proximidad. ¿Suprimimos el tranvía? A esa consecuencia se llegaría si se aplica el paternalismo que late en la petición de Izquierda Unida.
En el verano de 2004 reflexioné mucho sobre este tema durante los tres meses que estuve viviendo en la ciudad alemana de Kiel. El fiordo de Kiel, verdadera alma de la ciudad, alberga un puerto del que parten los grandes ferrys que se dirigen a los países escandinavos. En una de sus orillas se extiende un largo y bello paseo marítimo que hace las delicias de quienes pasan por allí. Nada separa al paseo del mar Báltico. No hay barandilla, ni unas piedras que actúen a modo de pretil. Nada absolutamente, salvo unos salvavidas instalados cada cierto número de metros con las correspondientes instrucciones sobre cómo actuar en caso de que alguien caiga al agua. Pensaba yo lo difícil que sería preservar la magnífica vista del fiordo si se encontrara en España. Pronto saldría alguien diciendo que se puede caer al agua por un descuido, una borrachera o cualquier otra razón.
El paternalismo excesivo está llegando en España a extremos que ofenden al sentido común, y no siempre se trata de casos en los que están presentes los poderes públicos. Permítanme que les relate una experiencia personal. Vivo en una urbanización pequeña con piscina. En ella se habían plantado tres palmeras que todavía no medían ni un metro. Yo tenía la ilusión de verlas crecer con el paso de los años, pero mi gozo en un pozo. La comunidad de vecinos, pásmense, pensó que algún niño podría caerse jugando y hacerse daño con las palmeras. No hubo clemencia y las tres palmeritas fueron ejecutadas sin piedad. Aparte de mí, nadie alzó la voz para oponerse a ese atentado contra el sentido común y el buen gusto.
El problema del paternalismo excesivo es que representa una ocasión pintiparada para la crítica política, eso sí, con tintes demagógicos, y para dárselas de filántropo o buen vecino. ¿Quién osará poner en duda, por ejemplo, que no sea conveniente soterrar las vías de un tren?, ¿quién pronunciará una palabra contra ese vecino que parece tan preocupado por la integridad de los niños? Cuando el paternalismo excesivo empieza a calar en la sociedad uno no acierta a ver cómo ponerle coto. Se puede empezar a justificar que las urbanizaciones se fortifiquen en prevención del asalto de los ladrones más sofisticados o que se instalen barandillas que circunden los parques públicos para evitar que los niños salgan corriendo. Es necesario hacer un esfuerzo para comprender que el paternalismo excesivo es un defecto tan grande como la despreocupación ante amenazas evidentes para la integridad física y moral de las personas. La sociedad española no termina de encontrar el equilibrio. Por una parte emerge el paternalismo mientras al mismo tiempo uno observa con perplejidad la gran permisividad que existe ante problemas fundamentales. Creo firmemente que la verdadera convergencia con los países más desarrollados del mundo no radica tanto en los indicadores macroeconómicos, sino en lograr este equilibrio que equivale a organizar la vida colectiva con un mayor sentido común".
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Sociedad
lunes, 21 de septiembre de 2009
La valla del colegio El Pilar (otro exceso de paternalismo)
Recuerdo que hace algunos años publiqué un artículo en el que me quejaba del exceso de paternalismo que detectaba en España. El discurso paternalista amenaza con transformar la fisonomía de nuestras ciudades por un desmedido afán de evitar riesgos. A veces un ejemplo vale más que mil palabras, así que les voy a ilustrar el tema con un caso concreto. Verán, yo estudié en el colegio El Pilar, en Valencia. La puerta de la fotografía es la puerta de mi colegio que da a la avenida de Cataluña. Pues bien, cuando éramos niños disfrutábamos utilizando esas enormes y anchas barandillas bajas de piedra para deslizarnos como si fueran toboganes. Sucedió así durante muchísimos años, pero supongo que alguien esgrimiría el discurso paternalista: “es que se pueden caer y hacer daño. Habría que protegerlo con una valla y evitar que se tiren por ahí”. Claro, cómo decir que no a semejante bienhechor. Adelante, pues. Y ahí tienen la dichosa valla, más fea que un pecado, que ha destrozado la entrada más bonita del colegio. El otro día estuve en Valencia y decidí tomar una foto para comentarla en el blog. Juzguen ustedes.
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Sociedad
El Plan E
El 28 de noviembre de 2008 escribí una entrada criticando la filosofía del Plan E. A día de hoy los ciudadanos ya sabemos en qué tipo de cosas se ha gastado nuestro dinero: campos de fútbol de césped artificial, arreglo de aceras, nuevas rotondas, reparación de goteras, etc. En definitiva, obras más o menos útiles, pero fundamentalmente gasto improductivo, habida cuenta de que no se sientan las bases para una actividad económica que responda a una demanda del mercado.
El Ayuntamiento de Elche (gobernado por los socialistas) ha editado un folleto titulado “Elx eres tú” que contiene una relación de las obras realizadas en Elche con el Plan E. Por si no fuera suficiente escarnio presumir de gastar dinero en pintar colegios o en plantar palmeritas con el nombre de ilicitanos recién nacidos, todavía tienen la poca vergüenza de enumerar los “empleos” que cada obra ha supuesto. Por ejemplo, se puede leer que la colocación de césped artificial en 7 campos de fútbol ha supuesto un coste de 4 millones de euros que ha servido para crear 142 nuevos empleos.
Es verdaderamente alucinante el concepto de lo que significa un “empleo” que tienen Zetapé y sus amiguetes. Así que gastarse 4 kilos en poner césped artificial crea empleo. ¡Vaya tela marinera! Nada menos que se está confundiendo la utilización de mano de obra de forma coyuntural –ya me dirán ustedes qué van a hacer los trabajadores en cuestión una vez colocado el césped- con la creación de puestos de trabajos. Los poderes públicos pueden gastar, pero el verdadero empleo, es decir, la generación de puestos de trabajo para el desarrollo de una actividad económica, es consecuencia de la iniciativa privada, que es la que detecta las oportunidades de negocio que, si dejamos al margen la especulación, suelen caracterizarse por una cierta estabilidad. Es cierto que el Estado puede generar empleo cuando realiza grandes obras de infraestructura (autovías, centrales nucleares, ferrocarriles, etc.), pero eso no es precisamente lo que se está haciendo con el Plan E. Sin embargo, como toman a los ciudadanos por tontos, no dudan en presentar algunas de sus obritas como inversión en infraestructuras. En algunos casos el timo resulta incluso patético: en el folleto que les comentaba, el Ayuntamiento de Elche tiene la desfachatez de calificar la plantación de palmeras para los niños de Elche como “creación de infraestructuras”. Sin comentarios.
El Ayuntamiento de Elche (gobernado por los socialistas) ha editado un folleto titulado “Elx eres tú” que contiene una relación de las obras realizadas en Elche con el Plan E. Por si no fuera suficiente escarnio presumir de gastar dinero en pintar colegios o en plantar palmeritas con el nombre de ilicitanos recién nacidos, todavía tienen la poca vergüenza de enumerar los “empleos” que cada obra ha supuesto. Por ejemplo, se puede leer que la colocación de césped artificial en 7 campos de fútbol ha supuesto un coste de 4 millones de euros que ha servido para crear 142 nuevos empleos.
Es verdaderamente alucinante el concepto de lo que significa un “empleo” que tienen Zetapé y sus amiguetes. Así que gastarse 4 kilos en poner césped artificial crea empleo. ¡Vaya tela marinera! Nada menos que se está confundiendo la utilización de mano de obra de forma coyuntural –ya me dirán ustedes qué van a hacer los trabajadores en cuestión una vez colocado el césped- con la creación de puestos de trabajos. Los poderes públicos pueden gastar, pero el verdadero empleo, es decir, la generación de puestos de trabajo para el desarrollo de una actividad económica, es consecuencia de la iniciativa privada, que es la que detecta las oportunidades de negocio que, si dejamos al margen la especulación, suelen caracterizarse por una cierta estabilidad. Es cierto que el Estado puede generar empleo cuando realiza grandes obras de infraestructura (autovías, centrales nucleares, ferrocarriles, etc.), pero eso no es precisamente lo que se está haciendo con el Plan E. Sin embargo, como toman a los ciudadanos por tontos, no dudan en presentar algunas de sus obritas como inversión en infraestructuras. En algunos casos el timo resulta incluso patético: en el folleto que les comentaba, el Ayuntamiento de Elche tiene la desfachatez de calificar la plantación de palmeras para los niños de Elche como “creación de infraestructuras”. Sin comentarios.
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Actualidad política
lunes, 14 de septiembre de 2009
Independentismo e independencia
En “España invertebrada” Ortega afirma que "España es una cosa hecha por Castilla", al tiempo que se pregunta cómo sería España si en lugar de haber sido hecha desde Castilla hubiera nacido del impulso de catalanes o vizcaínos. Pues no sé cuál habría sido el resultado, pero quizá conviene empezar a pensar que la mejor forma de consolidar España es que algunos le vean las orejas al lobo.
Probablemente muchos independentistas creen que sus reivindicaciones jamás se realizarán. Como bien dice García Domínguez, columnista de Libertad Digital, esta gente prefiere el independentismo a la independencia, es decir, prefiere ese estado de permanente agitación, de la que el esperpento de Arenys de Mut es una manifestación más, que la realización efectiva de sus proyectos políticos. Yo he llegado a un punto en que empiezo a hartarme de esta cantinela, y a desear una reforma de la Constitución que permita la secesión de las regiones que lo deseen. Quizá esa sería la mejor forma de concienciar a todos los españoles de que todos, no sólo Castilla, somos responsables del destino de España, y de que si no arrimamos el hombro en este proyecto común, en realidad España es un espejismo.
Estoy convencido de que la independencia sería desastrosa para Cataluña, y no estoy seguro de que tuviera efectos positivos en el resto de España. Todo dependería de cómo se articulara esa nueva realidad. La cuestión decisiva en este momento es valorar si no es peor el independentismo, que fomenta la insolidaridad y el espíritu de facción en toda la nación, que la propia independencia. Hay que pensarlo, sobre todo si empezamos a ver que lo Arenys de Mut empieza a imitarse.
Probablemente muchos independentistas creen que sus reivindicaciones jamás se realizarán. Como bien dice García Domínguez, columnista de Libertad Digital, esta gente prefiere el independentismo a la independencia, es decir, prefiere ese estado de permanente agitación, de la que el esperpento de Arenys de Mut es una manifestación más, que la realización efectiva de sus proyectos políticos. Yo he llegado a un punto en que empiezo a hartarme de esta cantinela, y a desear una reforma de la Constitución que permita la secesión de las regiones que lo deseen. Quizá esa sería la mejor forma de concienciar a todos los españoles de que todos, no sólo Castilla, somos responsables del destino de España, y de que si no arrimamos el hombro en este proyecto común, en realidad España es un espejismo.
Estoy convencido de que la independencia sería desastrosa para Cataluña, y no estoy seguro de que tuviera efectos positivos en el resto de España. Todo dependería de cómo se articulara esa nueva realidad. La cuestión decisiva en este momento es valorar si no es peor el independentismo, que fomenta la insolidaridad y el espíritu de facción en toda la nación, que la propia independencia. Hay que pensarlo, sobre todo si empezamos a ver que lo Arenys de Mut empieza a imitarse.
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Actualidad política
domingo, 13 de septiembre de 2009
Shakira
Musicalmente puedo disfrutar con todo tipo de estilos siempre que tengan un mínimo de calidad, algo que me resulta imposible hallar en la colombiana Shakira. Sus movimientos, supuestamente sexys, son brutalmente bastos, reiterativos y poco originales –mal imita a Madonna-. El último videoclip me la vuelve a mostrar carente de gracia y con la sutil insinuación de una meretriz. Gustosamente me olvidaría de todo ello si fuera una buena cantante, pero es que realmente parece que su peculiar estilo está inspirado en el famoso alarido de Tarzán de los monos. En fin, juzguen ustedes:
http://www.youtube.com/watch?v=4aEW_Z5Va5s
http://www.youtube.com/watch?v=4aEW_Z5Va5s
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Música
viernes, 11 de septiembre de 2009
Zetapé con patatas
Anda la gente entre indignada y acojonada ante la subida de impuestos que se avecina. Hemos tirado el dinero con campos de fútbol de césped artificial, reparación de goteras en colegios, rotonditas y demás gasto improductivo del Plan E, y ahora viene zetapé a pedirnos el dinero que su gobierno ha derrochado. Rosa Díez lo clavó: la política económica de este hombre es pura basura. Ni más ni menos. Que reflexionen seriamente aquellos que han propiciado la llegada al poder de un incompetente visionario y sectario. Todo comenzó con el “No a la guerra”, siguió con el 11-M y desembocó en otras elecciones ganadas con ese eslogan de “Por el pleno empleo”. Ya ven, nos acercamos al 20% de parados y vamos a enviar más tropas a la guerra de Afganistán. ¿Dónde demonios están los del “No a la guerra”? ¡Qué vergüenza de país!
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Actualidad política
jueves, 10 de septiembre de 2009
Manos Limpias
Garzón es noticia porque ha tenido que declarar en calidad de imputado por prevaricación. He tenido ocasión de seguir la noticia en dos noticiarios, el de TVE 1 y el de Canal 9. Ambos dan cuenta de que el proceso comenzó con una denuncia del sindicato Manos Limpias, al que ambos medios califican de sindicato ultraderechista. Así, como suena, sin cortarse un pelo. Semejante calificativo ha despertado mi curiosidad. ¿Acaso estamos un sindicato contrario a la democracia? ¿Plantean la expulsión de los inmigrantes? Total, que acabo de visitar su página web (http://www.manoslimpias.es/) para saber algo más de ellos.
En la portada aparece la bandera constitucional de España, y también se pueden leer palabras como igualdad, libertad, justicia y pluralismo político, precisamente los valores superiores que consagra la Constitución española en su art. 1.1. Si hacemos clic en el apartado “quienes somos”, se puede leer que Manos Limpias “tiene como fines la defensa de los legítimos intereses de sus afiliados dentro del Sector Público (Administración del Estado, Comunidades Autónomas, Corporaciones Locales y los Organimos de ellas dependientes), del Estado de Derecho y de la transparencia y dignidad de los poderes públicos institucionales. Para ello, interpondremos todo tipo de denuncias, ante las corrupciones políticas o económicas que lesionen el interés publico o general”. Más adelante sigue diciendo “lucharemos siempre por la defensa del orden constitucional de nuestro país, frente a los movimientos separatistas que pretenden disgregarlo. Por ello, entendemos que los símbolos españoles deben siempre ocupar un lugar fundamental en los lugares físicos donde se ubique la presencia de representaciones de cualquier Administración Pública”. Entre los “comentarios de actualidad” se observa que Manos Limpias propugna que se siga investigando el 11-M, que no se cierre en falso, y que se luche en el terreno judicial contra ETA y los excesos del nacionalismo vasco. Finalmente, hay una relación de las denuncias que han presentado, entre las que cabe destacar, además de la de Garzón, un buen número de casos relacionados con corrupción en ayuntamientos.
Me temo que la conclusión no puede ser más desalentadora: yo también debo ser un ultraderechista, pues creo en la España constitucional y en la defensa de sus símbolos y su honra; tampoco me trago lo del 11-M después de los últimos datos que aportó El Mundo, y no creo que se deba tolerar ni la corrupción, ni los excesos del nacionalismo.
En la portada aparece la bandera constitucional de España, y también se pueden leer palabras como igualdad, libertad, justicia y pluralismo político, precisamente los valores superiores que consagra la Constitución española en su art. 1.1. Si hacemos clic en el apartado “quienes somos”, se puede leer que Manos Limpias “tiene como fines la defensa de los legítimos intereses de sus afiliados dentro del Sector Público (Administración del Estado, Comunidades Autónomas, Corporaciones Locales y los Organimos de ellas dependientes), del Estado de Derecho y de la transparencia y dignidad de los poderes públicos institucionales. Para ello, interpondremos todo tipo de denuncias, ante las corrupciones políticas o económicas que lesionen el interés publico o general”. Más adelante sigue diciendo “lucharemos siempre por la defensa del orden constitucional de nuestro país, frente a los movimientos separatistas que pretenden disgregarlo. Por ello, entendemos que los símbolos españoles deben siempre ocupar un lugar fundamental en los lugares físicos donde se ubique la presencia de representaciones de cualquier Administración Pública”. Entre los “comentarios de actualidad” se observa que Manos Limpias propugna que se siga investigando el 11-M, que no se cierre en falso, y que se luche en el terreno judicial contra ETA y los excesos del nacionalismo vasco. Finalmente, hay una relación de las denuncias que han presentado, entre las que cabe destacar, además de la de Garzón, un buen número de casos relacionados con corrupción en ayuntamientos.
Me temo que la conclusión no puede ser más desalentadora: yo también debo ser un ultraderechista, pues creo en la España constitucional y en la defensa de sus símbolos y su honra; tampoco me trago lo del 11-M después de los últimos datos que aportó El Mundo, y no creo que se deba tolerar ni la corrupción, ni los excesos del nacionalismo.
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Actualidad política
martes, 8 de septiembre de 2009
Las declaraciones de Caamaño y el recurso previo de inconstitucionalidad
En el estreno de “La mañana de Federico” en esRadio hubo críticas bastante duras hacia el Ministro de Justicia, Francisco Caamaño, por unas declaraciones en las que, entre otras cosas, decía, refiriéndose al Estatut, que "una ley aprobada por los representantes legítimos de los ciudadanos de España (...) debe siempre entenderse que es constitucional por respeto a esa voluntad de las Cortes Generales mientras que el tribunal, de manera expresa e inequívoca a través de una sentencia, no diga lo contrario”. No tengo una elevada opinión de este hombre, habida cuenta de que antes de ser ministro fue uno de los principales pasteleros del Estatut; sin embargo, sus declaraciones son correctas, pese a que deben matizarse.
Lo que ha querido decir Caamaño es bien sencillo: a la hora de legislar, el parlamento debe interpretar la Constitución, y cabe presumir la constitucionalidad de toda ley mientras el Tribunal Constitucional no declare lo contrario. El razonamiento es correcto e impecable en el marco de la teoría jurídica; no obstante, su consistencia depende de una premisa implícita: la buena fe del legislador. Y esto es precisamente lo que no sucede en el caso del Estatut. Aquí se está ante una obra de ingeniería que tiene como fin satisfacer las aspiraciones nacionalistas mediante lecturas que, convenientemente forzadas, pueden resultar formalmente compatibles con la Constitución, aunque de hecho la desborden. Semejante postura, fruto del pacto nocturno suscrito entre Zapatero y Mas, no constituye una aproximación de buena fe a la Constitución, sino un intento de superarla de tapadillo, razón por la cual muchos sostenemos que el Estatuto supone la quiebra del régimen constitucional del 78. Esa falta de buena fe impide la habitual presunción de constitucionalidad que acompaña a toda ley aprobada por el parlamento nacional, y por ello merecerían ser matizadas, más que criticadas, las palabras de Caamaño.
En el mismo programa se ha comentado que toda esta polémica se habría podido evitar si existiera un recurso previo de inconstitucionalidad, es decir, si el Tribunal Constitucional pudiera ser consultado antes de que se elaborara una ley. De este modo se evitaría que una ley aprobada y plenamente vigente pudiera ser posteriormente declarada inconstitucional, con los consiguientes problemas que ello podría suponer para la seguridad jurídica. Esta solución parece muy lógica, pero hay que pensar en el gran problema que genera: el Tribunal Constitucional puede llegar a desempeñar un papel importante, ya no como legislador negativo (se limita a declarar la inconstitucionalidad de las leyes), sino como legislador positivo (las elabora). En efecto, si existiera el recurso previo de inconstitucionalidad, el Tribunal podría verse obligado a decir cuál sería la redacción adecuada de un precepto para ser aceptable constitucionalmente, y ello, como fácilmente comprenderán, excede de las funciones que le son propias.
Como he comentado hace poco, soy oyente y me gusta el programa de Federico Jiménez Losantos, pero hay que darse cuenta de que el oyente no debe limitarse a hacer suyas las opiniones de los demás, sino que tiene que hacer el esfuerzo de pensar por sí mismo y someterlas a crítica rigurosa. Espero haber ayudado a ello con este post.
Lo que ha querido decir Caamaño es bien sencillo: a la hora de legislar, el parlamento debe interpretar la Constitución, y cabe presumir la constitucionalidad de toda ley mientras el Tribunal Constitucional no declare lo contrario. El razonamiento es correcto e impecable en el marco de la teoría jurídica; no obstante, su consistencia depende de una premisa implícita: la buena fe del legislador. Y esto es precisamente lo que no sucede en el caso del Estatut. Aquí se está ante una obra de ingeniería que tiene como fin satisfacer las aspiraciones nacionalistas mediante lecturas que, convenientemente forzadas, pueden resultar formalmente compatibles con la Constitución, aunque de hecho la desborden. Semejante postura, fruto del pacto nocturno suscrito entre Zapatero y Mas, no constituye una aproximación de buena fe a la Constitución, sino un intento de superarla de tapadillo, razón por la cual muchos sostenemos que el Estatuto supone la quiebra del régimen constitucional del 78. Esa falta de buena fe impide la habitual presunción de constitucionalidad que acompaña a toda ley aprobada por el parlamento nacional, y por ello merecerían ser matizadas, más que criticadas, las palabras de Caamaño.
En el mismo programa se ha comentado que toda esta polémica se habría podido evitar si existiera un recurso previo de inconstitucionalidad, es decir, si el Tribunal Constitucional pudiera ser consultado antes de que se elaborara una ley. De este modo se evitaría que una ley aprobada y plenamente vigente pudiera ser posteriormente declarada inconstitucional, con los consiguientes problemas que ello podría suponer para la seguridad jurídica. Esta solución parece muy lógica, pero hay que pensar en el gran problema que genera: el Tribunal Constitucional puede llegar a desempeñar un papel importante, ya no como legislador negativo (se limita a declarar la inconstitucionalidad de las leyes), sino como legislador positivo (las elabora). En efecto, si existiera el recurso previo de inconstitucionalidad, el Tribunal podría verse obligado a decir cuál sería la redacción adecuada de un precepto para ser aceptable constitucionalmente, y ello, como fácilmente comprenderán, excede de las funciones que le son propias.
Como he comentado hace poco, soy oyente y me gusta el programa de Federico Jiménez Losantos, pero hay que darse cuenta de que el oyente no debe limitarse a hacer suyas las opiniones de los demás, sino que tiene que hacer el esfuerzo de pensar por sí mismo y someterlas a crítica rigurosa. Espero haber ayudado a ello con este post.
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Actualidad política
domingo, 6 de septiembre de 2009
Ojalá triunfe esRadio
Durante los últimos años me he levantado cada mañana escuchando a Federico Jiménez Losantos, y espero poder hacer lo mismo a partir del próximo lunes. Muchas veces me ha parecido que cometía excesos verbales, incluso que insultaba; en otras ocasiones, cuando ha abordado temas que un servidor conoce mejor, simplemente me daba cuenta de que estaba metiendo la pata. Cuando estos defectos llegaban a cabrearme dejaba de escucharle, pero pocos días volvía por varias razones.
En primer lugar, el lenguaje que utiliza este periodista es muy superior al del resto. Utilizar palabras bien escogidas y saber armar correctamente una frase es algo que valoro muchísimo. Así, por ejemplo, media un abismo entre la calidad del castellano que emplean Jiménez Losantos o César Vidal y el de Ignacio Villa, quien dirige actualmente el programa de Federico en la cadena COPE. Por cierto, lo he tratado de escuchar esta semana y me ha resultado infumable.
En segundo lugar, sin duda Federico deberá favores, como nos sucede a todos, pero tengo la sensación de que sabe donde están las líneas rojas. Ello le otorga ante sus oyentes un halo de independencia que a mí me resulta imprescindible. Me resisto a escuchar a alguien que sé que independientemente de lo que suceda va a defender y/o atacar siempre a los mismos. Este hombre me ha demostrado que sólo se casa con su propio punto de vista, algo que también intento hacer en este blog.
Finalmente, los contertulios de Federico tienen un nivel bastante aseado, lo cual no es poco para los tiempos que corren, y también parecen bastante independientes.
Me parecería muy bien que los responsables de la COPE hubieran decidido que Federico no era un hombre con el talente adecuado para los fines de su cadena radiofónica, y que por tanto no quisieran seguir contando con él. Lo que no puedo aceptar es que los políticos presionen y logren acallar una voz crítica. Eso es absolutamente inaceptable, y, por consiguiente, esRadio va a tener todo mi apoyo en esta complicadísima e ilusionante etapa que comienza. No sólo la libertad está en juego, sino que también estamos ante la posibilidad de demostrar que internet y las nuevas tecnologías, que permiten la existencia de un blog como este, están al servicio de la libertad y pueden desbancar a los medios tradicionales controlados por los poderosos.
En primer lugar, el lenguaje que utiliza este periodista es muy superior al del resto. Utilizar palabras bien escogidas y saber armar correctamente una frase es algo que valoro muchísimo. Así, por ejemplo, media un abismo entre la calidad del castellano que emplean Jiménez Losantos o César Vidal y el de Ignacio Villa, quien dirige actualmente el programa de Federico en la cadena COPE. Por cierto, lo he tratado de escuchar esta semana y me ha resultado infumable.
En segundo lugar, sin duda Federico deberá favores, como nos sucede a todos, pero tengo la sensación de que sabe donde están las líneas rojas. Ello le otorga ante sus oyentes un halo de independencia que a mí me resulta imprescindible. Me resisto a escuchar a alguien que sé que independientemente de lo que suceda va a defender y/o atacar siempre a los mismos. Este hombre me ha demostrado que sólo se casa con su propio punto de vista, algo que también intento hacer en este blog.
Finalmente, los contertulios de Federico tienen un nivel bastante aseado, lo cual no es poco para los tiempos que corren, y también parecen bastante independientes.
Me parecería muy bien que los responsables de la COPE hubieran decidido que Federico no era un hombre con el talente adecuado para los fines de su cadena radiofónica, y que por tanto no quisieran seguir contando con él. Lo que no puedo aceptar es que los políticos presionen y logren acallar una voz crítica. Eso es absolutamente inaceptable, y, por consiguiente, esRadio va a tener todo mi apoyo en esta complicadísima e ilusionante etapa que comienza. No sólo la libertad está en juego, sino que también estamos ante la posibilidad de demostrar que internet y las nuevas tecnologías, que permiten la existencia de un blog como este, están al servicio de la libertad y pueden desbancar a los medios tradicionales controlados por los poderosos.
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Sociedad
sábado, 5 de septiembre de 2009
Otra razón para creer en Dios
En el libro “Memorias de África” aparece un sueco que a la pregunta de Karen de si cree en Dios contesta: “La verdad es que soy un gran escéptico: excepto en Dios, no creo en nada”. A algunos les parecerá una respuesta sorprendente, chocante. Aquella realidad que parece exigirnos mayores dosis de fe resulta que es precisamente la que a este hombre le parece que está fuera de toda duda.
Me encantó el pasaje y tomé buena nota porque, aunque no soy un escéptico como ese sueco, no encuentro especiales dificultades para admitir la existencia de Dios. Hay muchos argumentos convincentes: en particular, recomiendo una serena reflexión sobre los cinco argumentos (muchos de ellos estrechamente ligados entre sí) que utiliza Santo Tomás de Aquino para demostrar la existencia de Dios. Pero hoy, mientras revisaba la prensa del día, he hallado una noticia sobre el inventor del teléfono móvil que me ha hecho reflexionar nuevamente sobre este tema.
Quizá muchos de ustedes ya estén acostumbrados a la existencia de estos ingenios que nos cambiaron la vida a mediados de los noventa; sin embargo, yo no dejo de sorprenderme cuando tecleo ese pequeño artilugio y hablo con alguien que se halla a muchos kilómetros de distancia. El teléfono convencional era una maravilla, pero tenía cables, la línea telefónica. En cambio, el móvil traslada nuestra voz de una manera material, pero invisible. ¿Nos damos cuenta de que vivimos en un mundo en el que actúan fuerzas invisibles, pero de cuya existencia no dudamos en modo alguno? Alguno me dirá que existen métodos empíricos para constatar la presencia de esas fuerzas. Bien, ¿y si no los hubiera? ¿Acaso ello cambiaría el hecho de que hay una energía invisible que nos permite hablar con gente distante? La verdad es que este hecho es absolutamente demoledor para los que no creen en Dios. ¿Acaso no se dan cuenta de que más allá de lo que puede captar nuestra visión hay fuerzas ocultas que actúan sobre la realidad? Las nuevas tecnologías radioeléctricas me parece que han acabado con el argumento más poderoso del escéptico: si no lo veo, no lo creo.
Me encantó el pasaje y tomé buena nota porque, aunque no soy un escéptico como ese sueco, no encuentro especiales dificultades para admitir la existencia de Dios. Hay muchos argumentos convincentes: en particular, recomiendo una serena reflexión sobre los cinco argumentos (muchos de ellos estrechamente ligados entre sí) que utiliza Santo Tomás de Aquino para demostrar la existencia de Dios. Pero hoy, mientras revisaba la prensa del día, he hallado una noticia sobre el inventor del teléfono móvil que me ha hecho reflexionar nuevamente sobre este tema.
Quizá muchos de ustedes ya estén acostumbrados a la existencia de estos ingenios que nos cambiaron la vida a mediados de los noventa; sin embargo, yo no dejo de sorprenderme cuando tecleo ese pequeño artilugio y hablo con alguien que se halla a muchos kilómetros de distancia. El teléfono convencional era una maravilla, pero tenía cables, la línea telefónica. En cambio, el móvil traslada nuestra voz de una manera material, pero invisible. ¿Nos damos cuenta de que vivimos en un mundo en el que actúan fuerzas invisibles, pero de cuya existencia no dudamos en modo alguno? Alguno me dirá que existen métodos empíricos para constatar la presencia de esas fuerzas. Bien, ¿y si no los hubiera? ¿Acaso ello cambiaría el hecho de que hay una energía invisible que nos permite hablar con gente distante? La verdad es que este hecho es absolutamente demoledor para los que no creen en Dios. ¿Acaso no se dan cuenta de que más allá de lo que puede captar nuestra visión hay fuerzas ocultas que actúan sobre la realidad? Las nuevas tecnologías radioeléctricas me parece que han acabado con el argumento más poderoso del escéptico: si no lo veo, no lo creo.
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Reflexiones personales
jueves, 3 de septiembre de 2009
Imaginando España
Al borrar las entradas sobre García Morente y su idea de la hispanidad, mi amigo Melquiades (si les interesa la Esquizofrenia, su blog es muy recomendable: http://www.deluding.blogspot.com/) me comentó que sabía de mi interés por el tema y que creía recordar que en algún post había hecho referencia a la idea de España y a la de nación como proyecto colectivo. Bien, en realidad no he publicado nada sobre el particular en este blog, sino que él recuerda un par de artículos que publiqué en un periódico (con mi nombre real, no con el pseudónimo James de Soca) en el que ocasionalmente colaboré durante un tiempo. Ofrezco a los lectores uno de esos artículos, y se lo dedico a Melquiades y a los lectores hispanoamericanos del blog.
Imaginando España (2006)
"El pasado fin de semana, en el marco de su Convención, el PP presentó un proyecto político como alternativa al actual Gobierno. Estaba interesado en conocer los detalles de ese proyecto, así que presté atención a los discursos, especialmente al de Rajoy, que he leído íntegramente. El líder de la oposición sostuvo que el Gobierno ha equivocado las prioridades: en lugar de continuar la línea de modernización emprendida en la etapa de Aznar, se ha optado por “crear problemas donde no los había, revisar el pasado y debilitar las funciones del Estado”. En opinión de Rajoy, el Gobierno debería “considerar prioritario el aumento de los niveles de bienestar y riqueza; el control del gasto público; las reformas tributarias, económicas y laborales; aplicar una ley de calidad de la Educación o mejorar en investigación, innovación y desarrollo”.
Dando por buenas las reformas propuestas en esta Convención, no puedo evitar cierto resabio cuando escucho que el objetivo prioritario consiste en hacer un país más rico y próspero. Inmediatamente imagino a estas personas que confunden los medios con los fines y acumulan bienes sin saber muy bien qué hacer con ellos. Naturalmente que hay que tratar de solucionar los problemas reales y elevar los niveles de bienestar de los ciudadanos, pero yo creo que España, más que tecnocracia de calidad, necesita un proyecto nacional ambicioso.
A lo largo de la historia, nuestra nación ha emprendido diversos proyectos, algunos de los cuales han requerido el esfuerzo sostenido de varias generaciones. El más reciente se acometió a partir de la muerte de Franco: España se trazó como meta incorporarse al grupo de las naciones más desarrolladas de Europa, y a ello han contribuido, al menos, dos generaciones de españoles. Afortunadamente, este proyecto está cerca de culminarse. Por esta razón, es importante que España, al tiempo que hace frente a la crisis desencadenada por el desafío nacionalista, se marque nuevos objetivos como nación. A este respecto, no basta con apelar a lo obvio, o perderse en abstracciones incapaces de suscitar una adhesión entusiasta y decidida de los españoles. Es necesario ilusionar con realismo –lo que implica ser fiel a la historia de España-, imaginación y cierta dosis de audacia, especialmente cuando el camino a seguir no se vislumbra con la arrebatadora evidencia que sucedía con el proyecto europeísta en los años de la Transición.
En su discurso, Rajoy habló del afán por recuperar para España un lugar importante en el mundo. Ciertamente, la política exterior del actual Gobierno no ha repercutido favorablemente en la imagen internacional de España, pero las palabras de Rajoy adolecen de falta de concreción. ¿Qué lugar queremos ocupar? Desde luego, parece lógico tratar de consolidarnos entre las economías más desarrolladas, recomponer las relaciones con los Estados Unidos y gozar de una posición respetable a nivel internacional. Pero, en mi opinión, España tiene una misión mucho más específica que no puede seguir ignorando por más tiempo. Decía que un proyecto nacional requiere realismo, imaginación y cierta osadía. Pues bien, ¿acaso es descabellado sostener que España debe orientar sus energías para, en colaboración con el resto de las naciones hispanoamericanas, contribuir a hacer del mundo hispano un pilar de occidente y, por ende, un factor de estabilidad mundial?
A la vista de la situación de algunos de estos países, puede parecer que este objetivo no es realista; pero no dejemos que la magnitud de la tarea nos confunda. Una actitud realista es aquella que asume primariamente la propia realidad, y resulta incomprensible que España siga viviendo en buena medida de espaldas a lo que sin duda constituye su mayor éxito como nación. Es capital que España dirija su mirada a Hispanoamérica, a esas naciones hermanas que durante siglos formaron parte –nunca como colonias- de la monarquía hispánica que se extendía plus ultra, hasta la otra orilla del Atlántico.
Cada vez me parece más necesario que el mundo hispano, liderado por España y por naciones como México y Chile, que han avanzado considerablemente en los últimos tiempos, se convierta junto a Estados Unidos y Europa en el tercer gran pilar de occidente. En esa tarea imagino a España en los próximos sesenta años. Y todo debe comenzar por la educación. Europa está inmersa en un ilusionante y complejo proceso que va a suponer la creación de un espacio único de educación superior. Sería muy positivo que España asumiera el reto de liderar un proyecto similar en Hispanoamérica. Sólo dedicando la mitad de la energía que se está empleando en el proyecto educativo europeo, los resultados serían sorprendentes.Las miserias de los nacionalismos separatistas han sumido a muchos españoles en la zozobra. Sin embargo, cuando se evita plantear proyectos nacionales se está cediendo la iniciativa a quienes sólo desean una España encanijada. No podemos renunciar a ser una gran nación -parece mentira que tenga que venir el francés Sarkozy a recordárnoslo-, y como tal hay que contar con objetivos ambiciosos que ilusionen a los españoles y les animen a adherirse con entusiasmo a un gran proyecto colectivo. Si en el pasado Europa era el camino y la solución, hoy, recuperada nuestra posición en Europa, el futuro exige mirar a Hispanoamérica".
Por qué es inconstitucional el Estatut en materia lingüística
Escribe hoy en El País Jordi Font: “Veamos. Cuando los constituyentes catalanes asumieron que la lengua catalana sería oficial en Cataluña, como el castellano lo sería en toda España, entendieron que ello comportaba para la lengua catalana, como ocurría con la oficialidad de la lengua castellana, "el deber de conocerla y el derecho de usarla", con lo cual se establecía la equiparación jurídica de ambas en Cataluña”.
La claridad siempre es algo que se agradece en el debate intelectual y ciertamente este párrafo expresa con claridad la posición de los nacionalistas catalanes en torno a un pilar central del Estatuto de Cataluña. Pues bien, analicémosla. ¿Qué derechos otorga al ciudadano y, por tanto, qué exigencias se derivan de la oficialidad de una lengua en una determinada Comunidad Autónoma? Parece lógico que si una lengua es oficial, junto al castellano, en una determinada Comunidad Autónoma, los ciudadanos puedan dirigirse a las administraciones públicas en dicha lengua, lo cual parece imposible sin que quienes trabajen en esas administraciones sean competentes en esa lengua oficial. ¿Se les puede exigir que acrediten el conocimiento de dicha lengua? El artículo 3 de la Constitución, en su segundo inciso, en referencia al castellano, lengua oficial española del Estado, establece que “todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla”. Me parece que no es incompatible con este artículo la exigencia de conocer las lenguas oficiales de las Comunidades Autónomas. Sin embargo, sí me parece inconciliable con la Constitución que se exija a cualquier trabajador de una administración pública que se dirija en catalán a un ciudadano.
Examinemos seguidamente los puntos 2º y 5º del artículo 33 del Estatuto de Cataluña:
Punto 2º: “Todas las personas, en las relaciones con la Administración de Justicia, el Ministerio Fiscal, el notariado y los registros públicos, tienen derecho a utilizar la lengua oficial que elijan en todas las actuaciones judiciales, notariales y registrales, y a recibir toda la documentación oficial emitida en Cataluña en la lengua solicitada, sin que puedan sufrir indefensión ni dilaciones indebidas debido a la lengua utilizada, ni se les pueda exigir ningún tipo de traducción”.
Punto 5º: “Los ciudadanos de Cataluña tienen el derecho a relacionarse por escrito en catalán con los órganos constitucionales y con los órganos jurisdiccionales de ámbito estatal, de acuerdo con el procedimiento establecido por la legislación correspondiente. Estas instituciones deben atender y deben tramitar los escritos presentados en catalán que tendrán, en todo caso, plena eficacia jurídica”.
El punto 5º no deja claro si las instituciones deben tramitar en idioma catalán los escritos que se le presenten, o si quiere significar que tiene la obligación de tramitar los escritos que se le presenten en ese idioma. Esta interpretación sería compatible con la Constitución, no así la primera. En cuanto al punto 2º, en mi opinión es inconstitucional en la medida que exige a algunos funcionarios la utilización del catalán, ignorando así su derecho a expresarse en castellano.
Comprendo que semejante conclusión les parezca chocante, pero a esto conducen estas políticas de extensión de derechos individuales que tanto le gustan a Zapatero: usted tiene derecho a expresarse en catalán y yo tengo derecho a contestarle en castellano. Ninguno le puede imponer al otro su elección. Por ello, los derechos lingüísticos en el ámbito de la enseñanza a los que se refiere el Estatuto en el art. 35 sólo pueden tener efectividad práctica si hay profesores que estén dispuestos a expresarse en catalán. De lo contrario, el derecho sería imposible de satisfacer, lo cual es algo muy distinto a considerar que ha sido violado. Afortunadamente, en este punto el Estatuto no es inconstitucional, porque no establece el deber de los profesores de expresarse en catalán hacia los alumnos que así lo demanden.
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miércoles, 2 de septiembre de 2009
Rubalcaba: "España no puede negar la decisión de un parlamento"
Semejante afirmación supone sencillamente aceptar la soberanía, eso sí, parlamentaria, de Cataluña. Absolutamente increíble e inaceptable que un ministro del gobierno de España asuma las tesis del nacionalismo catalán soberanista e ignore la Constitución. ¿Y si el parlamento catalán, con el visto bueno del nacional, aprueba una declaración de independencia también le exigimos al Tribunal Constitucional que se quede cruzado de brazos? Verdaderamente produce bochorno leer semejantes cosas. Supongo que las amenazas del PSC están surtiendo efecto, hasta el punto de que los socialistas olvidan que España es un Estado democrático de Derecho en el que la soberanía descansa en el pueblo español. ¿Ha oído bien, señor Rubalcaba? En el pueblo español, ni siquiera en quienes, como usted, nos representan.
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Actualidad política
martes, 1 de septiembre de 2009
Las declaraciones de Valdano
Es interesante la leve polémica que han generado las declaraciones de Valdano sobre lo que Real Madrid y FC Barcelona representan. El argentino vino a destacar que el Barcelona mira desde Cataluña hacia adentro y el Madrid desde España hacia fuera. Laporta declara orgulloso que en su despacho sólo están la bandera del Barça y de Cataluña, pero a su vez afirma la vocación universal de su club. Pequeños matices aparte, lo que está claro es que el Madrid se siente cómodo aspirando a ser un club con el que todo español se pueda identificar, por tener en España antes que en la Comunidad de Madrid su punto de referencia, mientras que el Barcelona se identifica únicamente con su región, lo cual no impide que tenga aficionados por el resto de España y por todo el mundo. Ahora bien, está claro que para un español normal y corriente es más natural ser de un club que exhibe con orgullo la bandera nacional cuando compite en el extranjero que animar a otro club que la esconde. No estoy descubriendo nada nuevo. La reflexión que yo le propondría a Laporta y a los barcelonistas que están tan orgullosos del exacerbado catalanismo del que hace gala el FC Barcelona consiste en pensar de dónde deriva la grandeza de su entidad. ¿Qué sería el FC Barcelona y por ende de Cataluña al margen del resto de España? La grandeza del Barcelona se debe a que compite en una liga poderosa con equipos de toda España. Si se limitara a jugar con equipos de Cataluña se empobrecería absolutamente dado que los grandes jugadores no encontrarían aliciente en fichar por un club que juega con equipos muy débiles. No pretendo con ello reclamar que el FC Barcelona imite al Real Madrid. Me parece lógico y muy respetable que el Barcelona sea un club que se identifique con su región preferentemente. Ahora bien, lo que no es tan aceptable, y ciertamente resulta incomprensible, es la absoluta negación de España y de lo español que viene practicando Laporta desde que es presidente. Es absurdo renegar de lo que hace grande a tu propia institución y la ubica en el panorama futbolístico internacional. Mal que le pese a Laporta, el Barcelona es un club que pertenece a la liga española y ello es lo que le permite ser grande. Y lo mismo podría decirse de la propia Cataluña: su españolidad la hace más grande y próspera, mientras que todos los caminos que la separan del resto de España desembocan en su encanijamiento.
P.D. Laporta podría replicar que el FC Barcelona seguiría siendo grande si se creara una liga europea. A este tipo de argumentos siempre se le puede aplicar la famosa sentencia de Claudio Ranieri (antiguo entrenador del Valencia): "y si mi abuela tuviera dos cojones ya no sería mi abuela".
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