El Papa, una vez más, ha destacado la importancia de entender la sexualidad como una dimensión moral de la persona que exige entrega y fidelidad a quien se ama. Por consiguiente, si la sexualidad se vive desde la castidad (que no significa abstinencia sexual como algunos creen) será más fácil acabar con el sida, y a nadie debería extrañar que el Papa considere que el preservativo no es una buena solución, sino todo lo más un apaño que permite seguir ignorando la raíz del problema. Sin embargo, los grupos de izquierda radical han pedido la reprobación del Papa en el Congreso de los Diputados. ¿Acaso no les basta con criticarlo y plantarle batalla con la fuerza de los argumentos? Está visto que la izquierda todavía conserva su tic anticlerical.
1 comentario:
Estoy de acuerdo contigo en lo desmesuradas y fuera de lugar que son las crítica hacia la iglesia y el papa por el tema del preservativo. Parece que todo el mundo pueda opinar de todo menos la iglesia. Curiosa libertad de expresión.
Lo que no entiendo, y me gustaría que alguien me diera una explicación que me convenciese, es por qué el método ojino (¿se escribe así?) es válido como método anticonceptivo, y el condón no lo es, si los dos persiguen el mismo objetivo.
Lutgardo
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