No es necesario volver sobre el fondo del asunto, porque el lector del blog conoce sobradamente mi opinión. La votación de hoy en el Tribunal Constitucional certifica que el órgano que debía garantizar la primacía de la Constitución, es decir, del pueblo español frente a los abusos del poder legislativo ha dimitido de su función. El nombre de los magistrados que hoy han votado a favor de esa sentencia debería figurar en la lista de personajes infames de la historia de España.
jueves, 26 de junio de 2025
miércoles, 25 de junio de 2025
Quedar aislado en la OTAN es una pésima noticia
Es totalmente lícito y comprensible que si los gobernantes de un Estado consideran equivocado aumentar los gastos en defensa defiendan esa postura enérgicamente utilizando todas las vías de persuasión en el foro que corresponda. Ahora bien, cuando se forma parte de una alianza militar como la OTAN, si no logras convencer al resto y te quedas aislado, como le ha sucedido a Sánchez, la solución nunca puede ser imponer los propios criterios al resto o directamente escaquearse. Podemos es coherente pidiendo que abandonemos la OTAN. En ese caso España podría gastar en defensa lo que quisiera, aunque deberíamos atenernos a las consecuencias que entraña salir de dicha organización. En cualquier otro escenario que no sea la receta podemita, no queda más remedio que asumir la posición que se haya impuesto y transmitir a los españoles la mala noticia: habrá que hacer sacrificios. Y, claro, eso a Sánchez no le gusta, porque la baza con la que cuenta para seguir en el poder (sigue creyendo que aguantará) es aumentar el gasto social, pese a que los españoles vean que cada vez son más pobres. Sánchez carece de capacidad de maniobra porque no puede aprobar unos presupuestos que le permitan cumplir con los gastos en defensa que se nos van a exigir. Y para colmo Trump va a aprovechar el aislamiento de Sánchez para presionar con la amenaza de aranceles a España. Zapatero nos convirtió en un apestado internacional y ahora Sánchez nos lleva por el mismo camino. El adelanto electoral es perentorio.
martes, 24 de junio de 2025
Sobre la crítica del gobierno a la falta de "neutralidad" de la Conferencia Episcopal
Hace unos días, el portavoz de la Conferencia Episcopal Española, ante el informe de la UCO que revela la gravísima corrupción de personas que han ocupado puestos de gran responsabilidad en el PSOE, sostuvo que convendría convocar elecciones generales para dar la palabra al pueblo. Como era de esperar, en lugar de respetar esta opinión, el Gobierno criticó duramente la posición de la Conferencia Episcopal por entender que este organismo debería mantener una posición neutral en cuestiones políticas. No se dan cuenta de que la neutralidad se pierde cuando se opina sin libertad, es decir, cuando se adopta una posición no en función de lo que se “ve” tras examinar un determinado asunto, sino en función de lo que uno de antemano está decidido a defender -por sectarismo u otras razones espurias- al margen de cualquier otra consideración. Por consiguiente, si la Conferencia Episcopal considera que sería bueno para España que se celebraran elecciones me parece muy bien que expresen su opinión y la argumenten. Se trata de un problema que afecta al bien común y, por tanto, no le resulta ajeno a la Iglesia.
La confusión sobre este tema es tan grave que está distorsionando por completo muchos debates televisivos. Hay programas en los que para evitar críticas por falta de neutralidad se busca deliberadamente a personas que se sabe de antemano que van a defender posiciones contrapuestas. Si dichas posiciones fueran el resultado de una reflexión libre sobre el asunto no habría nada que objetar. Pero lo habitual es que no suceda así. Hay opinadores que se sabe con certeza que siempre, en cualquier circunstancia, van a defender una determinada posición. Por eso se cuenta con ellos para lograr una aritmética que permita al programa dar una engañosa impresión de neutralidad cuando lo que se debería hacer es invitar a personas capaces de ser fieles a su punto de vista. El problema radica en que, como no se puede tener certeza de que alguien opine con libertad interna, se renuncia a buscar a este tipo de personajes que quizá cabría calificar como “heterodoxos” y se opta por dar la apariencia de neutralidad contratando a quienes se tiene la seguridad de que van a defender puntos de vista contrapuestos. Esto no sólo es muy pernicioso para lograr una opinión pública libre, puesto que adquieren visibilidad pública personas que actúan como lacayos de determinados intereses, sino que con ello se exaltan indebidamente posiciones minoritarias utilizando la neutralidad como pretexto.
La neutralidad entendida como independencia de criterio es
el resultado de ejercer la libertad. Cuando se opina libremente se enriquece la
democracia y hay que aplaudir a quienes tienen el coraje cívico de asumir este
compromiso con la libertad, bien sean personas o instituciones. Sólo en
ocasiones muy excepcionales puede estar justificado que alguien se abstenga de
dar a conocer su opinión por prudencia ante el riesgo de que dicha opinión sea
utilizada para generar discordia. Estoy pensando en el Rey. En coherencia con
lo que he expuesto, el Rey no perdería su neutralidad en sentido estricto si
dijera lo que pensara, pero sus funciones constitucionales como Jefe del Estado
requieren de él un prudente -nunca mejor dicho- silencio. No obstante, ante
situaciones que evidencian una crisis de Estado, debe hallar la forma de dar a conocer su opinión, sopesando detenidamente si el mensaje debe ser transmitido con sutileza o con extrema claridad. No debe de ser tarea fácil reinar, de ahí que debamos felicitarnos por tener un rey
honrado y prudente.
viernes, 20 de junio de 2025
"Lo que arde", de Oliver Laxe
Esta última semana vi con mi mujer (dos veces) esta excelente película de Oliver Laxe. El director deja abierta la historia para que el espectador la reconstruya. Nos da pistas para ello, aunque imagino que insuficientes para el gusto de muchos. Una de esas pistas la vemos en la primera escena de la película. En plena noche, con los faros encendidos, dos camiones avanzan por la ladera de un monte lucense derribando árboles altos, casi con total seguridad eucaliptos. Su avance se detiene cuando topan con un árbol distinto, de grueso tronco y probablemente autóctono. No se observa bien por la falta de luz, pero el director se recrea enfocándolo desde distintos ángulos.
Tras esa pista inicial, vamos a conocer al protagonista de
la historia. Se trata de un pirómano que se dispone a salir de la cárcel tras pasar
varios años encerrado. Por el voluminoso expediente que manejan los
funcionarios podemos pensar que no se trató de una conducta aislada. El
comentario de los funcionarios sobre esta persona, Amador, es simplemente que
se trata de un “pobre hombre”. Nada más vamos a saber explícitamente de él ni
de los actos que cometió. El espectador
deberá sacar sus propias conclusiones.
Amador sube a un autobús que le va a llevar a casa de su
madre, que vive en medio del campo con tres vacas. Allí llega caminando, sin
aceptar el ofrecimiento de un vecino para acercarle en coche. No se abrazan
madre e hijo. No por falta de afecto, sino por el temperamento de ambos. Utilizan
las palabras sólo para lo comunicar lo esencial, en este caso la madre le
pregunta si tiene hambre. La forma de reflejar el alma rústica gallega y la
personalidad de la madre y del hijo es magistral, quizá lo mejor de la
película. A ella le dieron el goya a la actriz revelación con 85 años nada menos.
La vida de Amador consistirá en ayudar a su madre en las
tareas propias de la vida rural, sin que le conozcamos ningún proyecto. Le
contemplamos en silencio la mayor parte del tiempo, de ahí que lo poco que dice
se quede grabado en el espectador. Por una parte, rechaza trabajar en la
restauración de una casa que los vecinos están acondicionando para recibir
turistas y poder retirarse con los ingresos que obtengan. Amador, sin argumentar, muestra su
escepticismo respecto al turismo. En cierta
ocasión, viendo desde la distancia como trabajan en la casa, desliza un enigmático
comentario, algo así como que “tanto trabajo para nada”. La otra licencia que Amador
concede al verbo es su comentario sobre los eucaliptos. Se trata de una “plaga”,
un árbol cuyas raíces impiden que crezca nada a su alrededor, un árbol que hace sufrir. Ante esa observación su madre sentencia: "si hacen sufrir es porque sufren".
Conoceremos algo más de Amador al verle interactuar con la veterinaria del pueblo, que les va a ayudar a él y a su madre con una vaca. Ella tiene simpatía por Amador, pero no logra que se anime a conversar. Se da perfecta cuenta de que es un tipo muy callado, de parar serio y triste, pero no le da la impresión de tener un mal fondo. Como la veterinaria no es de allí, Amador sabe que pronto le dirán que él estuvo en la cárcel por pirómano. Así sucede cuando ambos se encuentran en el bar del pueblo. Él le pregunta si ya sabe quién es, y ella, aunque lo admite, no le da mayor importancia.
La siguiente escena que vamos a ver nos muestra a Amador conduciendo por una
carretera rodeado de monte y cruzándose con camiones de bomberos que van a sofocar
un fuego que ha comenzado en el lugar de donde él venía. ¿Fue el autor? Nada
nos va a decir el director sobre ello. Cuando el incendio se sofoca y destroza,
entre otras, la casa que los vecinos estaban restaurando, estos dan por
supuesto que ha sido Amador el que ha provocado el fuego y le agreden sin que
este se defienda. Su madre se interpone y lo lleva a otro lado. Amador no dice
absolutamente nada. Ni siquiera intenta defenderse. Se va de allí cabizbajo y
con su mismo semblante triste.
Así acaba esta película absolutamente desconsejable para todos
aquellos que buscan entretenimiento fácil en la pantalla mientras se comen sus
palomitas y beben su refresco. Sin embargo, es fascinante topar con estos
personajes rurales, con estas formas de vida en las que se puede ver una cocina
de leña, que es la que utilizan la madre y el hijo, mientras la cocina de
butano aparece en el fondo de la imagen. Ahí está otra de las pistas. Es un
mundo que parece extinguirse, pero que ofrece resistencia, como el tronco ante
el que se paran los camiones en la primera escena. Amador quizá sea ese tronco
que se resiste a que llegue el turismo y prefiere quemarlo todo. Es una interpretación
libre, pero plausible. Desde luego, mi mujer y yo coincidimos en que él era el
pirómano, pero nada se puede saber explícitamente de sus razones. Una película
bellísima, pero quizá poco arriesgada, cómoda, al dejar demasiada iniciativa al
espectador. Sólo por los personajes de los protagonistas merece la pena verla
al menos un par de veces.
martes, 17 de junio de 2025
Empezar una nueva vida
La expresión “empezar una nueva vida” refleja una oportunidad que, bien mirada, resulta maravillosa. Quizá se piense que es un tanto exagerada, puesto que no es posible esa novedad radical que quizá alguien podría desear: conservamos nuestro cuerpo, nuestro nombre, e irremisiblemente no podemos desprendernos de nuestro pasado. Pero, en realidad, nuestro cuerpo es lo menos importante cuando se trata de empezar una nueva vida. ¿El nombre? Hasta uno podría cambiárselo. En cuanto al pasado, es circunstancia con la que contamos, sí, pero no resulta determinante si uno aprende a elegir libremente, es decir, a no actuar por impulsos, y a decidir quién quiere ser. Sí, es posible empezar una nueva vida. Es más, algunas personas se pueden encontrar con esa experiencia a poco que hayan alcanzado cierta edad y vean cómo el transcurso de la vida lleva a que ciertos compañeros de viaje sean sustituidos por otros. En algunos casos, los que se van dejan un vacío, o un espacio, según se interprete la ausencia.
Hay personas que necesitan anclajes permanentes en forma de
personas y cosas por las que sienten un enorme apego. Es así como se sienten
seguras. Las pérdidas pueden sumirles en la zozobra. Por el contrario, otras
cambian de lugar de residencia y se dan cuenta cuando miran atrás que han
partido todas las personas que en su día eran la base de su existencia. En estos
casos uno deja de engañarse y experimenta que nuestra vida, como decía Ortega,
es radical soledad, aunque estemos muy felizmente acompañados. Es entonces
cuando uno puede llegar a preguntarse qué queda de aquel que un día fue y que
sin embargo hoy parece tan lejano que incluso le da la impresión de ser otra persona.
Porque cuando de verdad se ha desarrollado una nueva vida se puede tener la
sensación de ser alguien distinto. Y no es tan solo una sensación, sino la pura
verdad. Todo cambia, incluidos nosotros mismos. Pensar lo contrario porque
permanecen determinadas expresiones o formas del carácter que llevan a frases
tales como “genio y figura hasta la sepultura” es quedarse en la superficie.
A veces los cambios son tan profundos que pueden dar vértigo
y alguno puede tener la necesidad de hacer pie con un anclaje que le resultaba
seguro. Eso es la nostalgia. Entonces se siente el deseo de saber qué fue de
tal persona, de reunirse con los amigos del colegio o de visitar el pueblo en
el que uno veraneaba y que tiene idealizado como el lugar feliz de la infancia.
Son trampas, y conviene no olvidarlo. Se equivocará si piensa que va a
recuperar la amistad con un antiguo compañero de colegio con el que ha
recordado los “viejos tiempos” en una noche de camaradería, o si vuelve a
veranear en aquel lugar creyendo que sigue siendo el mismo que le vio disparar
las flechas del arco con el que jugaba con sus amigos. El ser humano es “futurizo”
incluso cuando buscamos los recursos en el pasado. Hay que atreverse a vivir y
disfrutar de la experiencia del cambio, de la partida y de la llegada de las
personas a tu vida, de los nuevos lugares o de los actuales, porque todo cambia
cuando comienza un nuevo día, cuando tienes la oportunidad de darte cuenta de
que sigues vivo y de que todo es posible.
lunes, 16 de junio de 2025
Sánchez se aferra al cargo (ninguna novedad)
Como era de esperar, dada la catadura moral del personaje, Sánchez se aferra al cargo con el argumento clásico de mucha gente de izquierdas: no se debe permitir que gobierne la “derecha reaccionaria”. Es decir, da igual lo que haga la izquierda, porque siempre será mejor que la derecha, que son los “malos”, la “barbarie”. Es una actitud sectaria que siembra sin remedio la discordia. Ayer, en el programa “La Roca”, Gonzalo Miró, en un alarde de sectarismo, llegaba a la misma conclusión que Sánchez: no debe dimitir porque no se puede permitir que lleguen al gobierno el PP y Vox. Muy democrático, sí señor. ¿Y que harán cuando, más pronto que tarde, gobiernen? Esa es la pregunta del millón, como le decía Xan al francés en “As bestas”.
jueves, 12 de junio de 2025
Los cuatro del Peugeot
Sánchez pretende hacernos creer que no sabía nada. Semejante posibilidad es un insulto a la inteligencia, pero hay un dato, en mi opinión, que representa un indicio clarísimo de que estaba al tanto de todo: el nombramiento de Ábalos como ministro de Fomento. Se trata de un Ministerio con un elevado presupuesto en el que se adjudican obras públicas. Eso no puede ser una casualidad. Los cuatro del Peugeot se conocían muy bien.