martes, 6 de mayo de 2008

Guerrilla popular

Estos días muchos votantes peperos declaran en público y en privado que mientras siga Rajoy al frente del partido se pueden olvidar de su voto, y más teniendo en cuenta esta deslumbrante ceguera que le incapacita para ver que la renovación del aznarismo le incluye a él. Uno podría pensar que esto no son más que rabietas y que cuando llegue la hora de la verdad introducirán en la urna la papeleta del PP. Con eso cuenta Rajoy. La fidelidad del votante pepero lleva camino de convertirse en una leyenda. En cambio, yo de Rajoy no lo tendría tan claro, y puedo hablar con conocimiento de causa porque siempre he llegado a la conclusión de que no tenía más remedio que votar al PP. La situación ha cambiado. Con la reelección de Zetapé es ya imposible que el votante pepero imagine nada peor para España. Ha perdido el miedo a la derrota y cree definitivamente que la suerte está echada. Es algo parecido a lo que sucede cuando uno de los combatientes en una guerra la da por perdida sin por ello cejar en su empeño de combatir a su oponente (como en su día sucedió con el maquis). En estos casos la oposición frontal deja paso a una guerra de guerrillas. La ceguera de Rajoy puede provocar que diez millones de votantes entiendan que la oposición al nefasto Zetapé debe tomar un cariz guerrillero en lugar de mantenerse borreguilmente leales al partido de Mariano Rajoy Grey. Sería interesante ver cómo se articula esa guerra de guerrillas: blogs, afiliación a partidos minoritarios, asociaciones de resistencia cívica, etc. Rajoy desconoce el alma de sus votantes, lo cual constituye un crimen.

Fe de erratas: Donde dice Grey debe figurar Brey :-))

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