domingo, 12 de diciembre de 2010
¿Qué es educar?
jueves, 2 de diciembre de 2010
"El País" y las filtraciones de wikileaks
viernes, 19 de noviembre de 2010
¿Qué pasa con la música y los programas musicales?
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Trinidad Jiménez hace el ridículo ante Pedro J.
lunes, 15 de noviembre de 2010
Ponerse a pensar
domingo, 7 de noviembre de 2010
El Papa no deja a nadie indiferente
jueves, 4 de noviembre de 2010
Sobre la atonía de la sociedad española
domingo, 24 de octubre de 2010
Un gobierno para crispar
domingo, 17 de octubre de 2010
Las declaraciones de Merkel sobre el fracaso de la sociedad multicultural
martes, 12 de octubre de 2010
"Açó es educació i es per a tu"
miércoles, 6 de octubre de 2010
Sobre la huelga general
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Otra cesión al chantaje del PNV
viernes, 17 de septiembre de 2010
Una polémica sobre las políticas de ayuda a la familia
miércoles, 15 de septiembre de 2010
La difícil papeleta del votante valenciano
lunes, 6 de septiembre de 2010
Una reflexión ante el comunicado de ETA
sábado, 28 de agosto de 2010
"Master and Commander"
lunes, 23 de agosto de 2010
Sobre la obediencia (para combatir la apatía de Melquiades)
Llama la atención que el entorno de ETA crea verdaderamente que ellos son los auténticos demócratas. No en vano siempre han denominado a su propuesta de paz para el País Vasco “Alternativa Democrática”. Sería un error pensar que es una burda y grotesca manipulación del lenguaje de la que son verdaderamente conscientes. En absoluto. Ellos creen realmente que su propuesta es auténticamente democrática, porque solicitan el derecho a la autodeterminación de lo que a su juicio constituyen los territorios propios del pueblo vasco. Autodeterminación, libertad, derecho a decidir de todos y cada uno de los vascos. En definitiva, autonomía individual, el pilar de la ética kantiana, el valor sagrado de la modernidad y el bastión del liberalismo (sé que algún lector protestará diciendo que ETA niega la libertad de los que no piensan como ellos, es decir, que es lo más contrario a la libertad que puede existir. Lo sé, pero tratemos de seguir su línea de pensamiento y obtendremos mayor fruto).
La autonomía es el gran objetivo de las sociedades modernas, y por consiguiente supone el mayor bien a la hora de organizar la vida colectiva. Una sociedad que potencie la autonomía, el libre desarrollo de la personalidad, será una sociedad más abierta, mejor en definitiva. Lo detestable es la heteronomía, que representa la presencia de normas dictadas por otros. Y aquí nos topamos con el grueso del problema: la resistencia a obedecer voluntad que no sea la nuestra. Obediencia sí, siempre que nos obedezcamos de alguna forma a nosotros mismos. Obedecer a otro es por tanto inaceptable. Bien mirado la modernidad constituyó desde sus inicios un gigantesco ejercicio de desobediencia, pero desarrollar esta idea nos desviaría de la cuestión.
La desobediencia alcanza hoy su máxima expresión, y la juventud es desobediente en extremo. Pero obedecer a quién y por qué. La obediencia nunca puede ser ciega, y son precisamente estos ejemplos –singularmente graves en el caso de la Alemania nazi- los que suelen esgrimirse para denigrar la actitud del obediente. Por eso es importante observar la diferencia que existe entre obedecer en conciencia y poner siempre todo en tela de juicio. Suele ser habitual señalar la adquisición de un espíritu crítico como uno de los objetivos de la educación. Al parecer los estudiantes deberían ser capaces de no aceptar nada que no hayan descubierto por ellos mismos. Sin duda esta disposición, genuinamente filosófica, debe estar presente en todo estudiante, pero yo añadiría un matiz de suma importancia: se trata de una capacidad potencial, es decir, el estudiante siempre debe poder estar en disposición de analizar por sí mismo cualquier problema, mandato o consejo. Sería un error sin embargo actualizar constantemente esa potencia hasta el extremo de desconfiar de la autoridad del maestro o del experto. Pondré algún ejemplo. Siempre podemos poner en tela de juicio el consejo del médico, pero hacerlo continuamente –y hoy es posible por la enorme información que proporciona internet- no es lo más adecuado. Muchas veces es necesario confiar y obedecer. Otro ejemplo. ¿Recuerdan la película “Karate Kid”? Es una película tremendamente interesante, y extremadamente oportuna para ilustrar el tema que nos ocupa. Cuando el señor Miyagui acepta enseñar karate a Daniel-san, le propone un pacto sagrado: él promete enseñar y Daniel-san debe prometer aprender. A partir de este momento tiene que existir una relación de confianza mutua que en el caso de Daniel exige obedecer sin hacer excesivas preguntas. De ahí que sea un maravilloso ejemplo, incomprensible para las actuales modas educativas, la primera lección del señor Miyagui, que consiste en hacerle lavar coches y pintar vallas para acostumbrarlo a un determinado movimiento de los brazos. Daniel-san, sorprendido, obedece sin comprender qué tiene que ver el karate con la limpieza de coches o con darle una mano de pintura a las vallas del señor Miyagui. Al final, cosa normal en un chaval, se harta y el señor Miyagui le muestra el sentido que inspiraba aquellas tareas.
Sí, confianza y obediencia son todavía buenas recetas en un mundo que nos exige mirar todo con nuestros propios ojos y ser únicos, individuales y autónomos. ¿Se dan cuenta lo terrible que sería el mundo si no pudiéramos confiar y obedecer a alguien que nos quiere bien o que sabe realmente qué es lo que nos conviene? Pretenden que nos movamos en la disyuntiva de la desobediencia resabiada y de la obediencia ciega. Urge un término medio que recupere el valor de la obediencia dócil, confiada y despierta a quien la merece. Pero para ello son necesarias muchas cosas de las que carecemos. En primer lugar, cuando se habla de recuperar la autoridad suele verse en ello un regreso a la capacidad para imponer coercitivamente el orden. En realidad lo fundamental de la autoridad es la aureola de prestigio que inviste a quien la posee. La persona con autoridad merece nuestra confianza y llegado el caso puede reclamar justamente obediencia. Si no se reconoce la autoridad el resultado natural es la desobediencia. En segundo lugar es imprescindible recuperar la humildad. Quien carece de humildad siempre hallará dificultad para reconocer la autoridad, y por tanto para obedecer y aprender. Precisamente uno de los más graves problemas de nuestra sociedad radica en la manera en que suele denigrar al humilde. Triunfar exige hacerse notar, aunque sea de la manera más estrafalaria y bochornosa.
Llegamos, pues, a una conclusión que quizá resulte sorprendente para algunos. El problema de los cachorros de ETA no es tanto lo que se les enseña como un problema de fondo gravísimo: ellos, como tantos otros jóvenes, están instalados cómodamente en una actitud decididamente desobediente, y es esta actitud lo que puede convertirles en fanáticos capaces de asesinar. Antaño se elogiaba la actitud de un niño diciendo que era muy obediente. Quizá convenga recordarlo.
sábado, 14 de agosto de 2010
Una mezquita en la zona cero de Nueva York
La base de la convivencia se halla en el respeto a los demás. Ello exige muchas cosas, pero me parece que es difícil respetar aquello que no se aprecia. El mandamiento cristiano de amar al prójimo facilitaría al máximo una convivencia armoniosa si realmente se practicara efectivamente. No pongamos el listón tan alto. Me conformo con un cierto aprecio o estima por los demás que se debe traducir en algo tan sencillo y a la vez tan complejo como evitar causar a los demás ofensa o daño. En los modernos Estados de Derecho se protege a las personas del daño ajeno causado en sus derechos, pero hay ofensas que no afectan a derecho alguno y que sin embargo pueden repercutir muy negativamente en la convivencia. En el caso del velo islámico en los colegios defendí el derecho a utilizar el velo, pues entendía que aquí la perspectiva jurídica era claramente la dominante. Se trata de un ejercicio del derecho a la libertad religiosa que no daña ni ofende a nadie. El daño consiste en su negación. ¿Tienen derecho los musulmanes a edificar una mezquita en las inmediaciones de la zona cero? Sí, tienen derecho. Ahora bien, la comunidad musulmana debería ser consciente de lo inapropiado de ese emplazamiento. Miles de personas fueron asesinadas a manos del fundamentalismo islámico, y es humanamente comprensible que muchas de las víctimas no sientan simpatía hacia esta religión. No ser capaz de comprender esto me parece una atroz falta de sensibilidad, y creo que perseverar en la decisión de ubicar allí la mezquita constituye un deseo gratuito de ofender que daña la convivencia.
¿Qué respuesta cabe dar a este caso o a otros semejantes? La prohibición a lo Sarah Palin es tan improcedente como la postura de un mal entendido liberalismo de Obama. La crítica a la iniciativa tiene que ser rotunda, sin paliativos, absolutamente enérgica. Las autoridades deben hacer entender a los musulmanes que resulta absolutamente inapropiado lo que pretenden. La sociedad debe movilizarse y rechazarlo. ¿Y si los musulmanes desearan seguir adelante sin importarles la ofensa? No creo que si se produce esta movilización que apunto se llegara a esta situación. Si así fuera quizá cabría pensar que estamos ante un ejercicio antisocial del derecho que podría exigir medidas excepcionales en caso de que existiera un serio riesgo de alteración del orden público (agresiones de diverso tipo a la mezquita, etc.). Pero lo más relevante sería el desprestigio absoluto en el que incurrirían los musulmanes si se empecinaran en ahondar en la herida de los neoyorquinos y de toda persona de bien.
viernes, 6 de agosto de 2010
El cuaderno rojo de Franco
Cuenta Carmen Franco que cuando su padre viajó desde su Galicia natal a Madrid quedó impresionado por la extrema sequedad de Castilla. Es sabido que Franco se empeñó en poner en marcha grandes obras hidráulicas –los famosos pantanos del caudillo- para paliar este grave problema nacional. Quizá quede en un segundo plano, pero durante el franquismo también se realizó un importante esfuerzo reforestador. Mi padre me lo comentó en más de una ocasión cuando viajábamos en coche. Me decía que toda esa zona que veía por la ventanilla se reforestó en tiempos de Franco. Su hija confirma, como no podía ser de otra forma, la obsesión de su padre por reforestar España y combatir esa imagen de gran páramo que tanto le había impresionado. Pero el dato es en esta ocasión ilustrado con un detalle revelador de un determinado carácter. Franco recorría España normalmente en coche –el avión no le gustaba demasiado a su esposa-, y en esos viajes llevaba un cuaderno rojo en el que apuntaba las zonas peladas que iba encontrando. Luego preguntaba si esas tierras eran de alguien, y si no eran propiedad privada ordenaba que plantaran árboles. Me ha llamado la atención este comportamiento porque es propio de alguien verdaderamente preocupado por la cosa pública. No viaja por España pensando sólo adónde va y lo que tiene que hacer, sino que el viaje se convierte en una oportunidad para auscultar España sobre el terreno y poner remedio a uno de sus problemas.
Hoy los altos cargos políticos –me consta de muchos de ellos- recorren las carreteras españolas a toda velocidad mientras hablan por el móvil, organizan su agenda, repasan su discurso, etc., sin prestar la menor atención al paisaje. A mí me pasa como a Franco. Soy incapaz de viajar en autobús, en tren o en avión sin observar continuamente el paisaje para tomar nota de todo: el estado de las casas, la suciedad, la vegetación, el sentido estético que predomina, la orografía, etc. Si fuera gobernante tomaría nota de todo y procuraría buscar soluciones, lógicamente en la medida de mis posibilidades. Y es que un gobernante que no mira la realidad que le rodea con vistas a mejorarla no es un verdadero gobernante. Como decía cierto alcalde de Nueva York: “si un gorrión se muere en Central Park, me siento responsable”.
martes, 3 de agosto de 2010
Sobre las críticas de Paco Camino al Rey
Uno de los grandes errores de la Constitución del 78 es la liquidación de la función de la monarquía como cabeza y defensor de la Nación. Sobre esta cuestión Julián Marías dejó escritas unas páginas memorables en la selección de artículos publicados en su libro “La España real. Crónicas de la Transformación Política”. Con ocasión de los debates sobre la nueva España democrática, Marías reflexionó sobre el papel de la monarquía en artículos como “¿Jefe del Estado o cabeza de la Nación?”, “Constitución de una monarquía nueva” o “La función social de reinar”. Según Marías, el Rey antes que Jefe del Estado constituye la cabeza de la Nación –que es previa al Estado- y es por tanto su principal garante y valedor frente a los excesos del poder político. Cuando leí estas páginas, permítanme el inciso, pensé que hubiera sido muy positivo que las funciones del defensor del pueblo hubieran recaído en el Rey. Escribe Marías: “el Rey es titular de una magistratura social –antes que política- como «cabeza de la nación», en él se personifica ésta como sociedad, como proyecto histórico, como comunidad humana en continuidad histórica”. Esta visión de la monarquía como magistratura social tiene una indudable repercusión práctica que no se puede acomodar al papel decorativo al que actualmente parece reducida por obra de una Constitución que más que consagrar una monarquía constitucional vacía de sentido la función social de reinar.
El Rey debería actuar prudentemente en defensa de la Nación. Justo aquello que demanda Paco Camino cuando dice que “no se moja”. Sin duda mojarse le acarrearía las críticas de los numerosos enemigos que hoy tiene la Nación española, sobre todo en el interior. Por eso es importante que sus intervenciones sean siempre prudentes, es decir, fruto de un profundo conocimiento del asunto en cuestión, y tras haber deliberado oportunamente. Esas intervenciones deberían aureolar de prestigio, de bien ganada autoridad, la figura del monarca y temer su desaprobación. Como señala Marías, ahí radica la función social de reinar: “¿Quién podría resistir la desaprobación de un Rey impecable, fiel a su misión, inaccesible a la lisonja, insobornable? ¿No movilizaría las energías íntegras de la nación, de manera que hiciese imposible todo quebrantamiento de la Constitución, toda opresión, toda subversión, todo intento de desmantelar este cuerpo social, animado por el mismo proyecto colectivo, que llamamos España?”.
lunes, 2 de agosto de 2010
La interpretación de lo común
Hay algunos temas que tengo ganas de abordar. Alguno de ellos ha recibido atención en entradas previas. Ahí están entre otros la decisión del parlamento catalán de prohibir los toros, tal como pronostiqué que sucedería, o la salida de Iraq de las tropas estadounidense. Pero el verano, y la vida cotidiana –en seguida me entenderán- me ha puesto en bandeja un tema que considero del máximo interés, un cabo de hornos en la organización de la vida colectiva: la interpretación de lo común.
En función de cómo una sociedad interprete lo común la vida colectiva, y por tanto la vida también individual –pues lo colectivo forma parte de lo individual- puede cambiar radicalmente. Antes de elegir dónde vivir aconsejaría a cualquier persona que indagara cómo se interpreta lo común en la ciudad o el país al que uno desea trasladarse. En los post de un blog lamentablemente hay que simplificar en aras a la brevedad, así que diré que hay dos formas opuestas de ver lo común. En primer lugar está aquella que interpreta que lo común es una prolongación de lo privado de la que participan todos aquellos que comparten aquello que es común. En segundo lugar está la visión de lo común como una realidad sustancialmente distinta a lo privado, que lo supera y requiere por tanto un especial cuidado para facilitar su disfrute.
Quizá un ejemplo cotidiano y muy habitual en estas fechas veraniegas ayude a entender la diferencia. En estos últimos años han proliferado las comunidades de propietarios que comparten elementos comunes tales como piscina, pista de padel, jardín, etc. La regulación del uso de los elementos comunes es una excelente oportunidad para ilustrar el problema. Como paradigma de la primera interpretación está aquel vecino que ve la piscina como un bien que, en tanto común, puede disfrutar a su antojo, pues si es común, y él forma parte del colectivo en cuestión, también es suyo. Así, este individuo considera perfectamente lícito invitar a la piscina a sus ocho hermanos con sus respectivas familias todos los días que se le antoje, y lógicamente admite la posibilidad de que otros vecinos hagan exactamente lo mismo. Una visión completamente diferente tiene el vecino que considera que al ser la piscina un elemento común no puede hacer uso de ella como si se tratara de un bien privado. Por eso no se le ocurre invitar constantemente a todos sus familiares, pues acertadamente –como ven me posiciono- piensa que lo común exige un cuidado y un respeto especial precisamente por ser de todos y no ser de nadie en particular.
¿Qué interpretación domina en España? En efecto, pienso que claramente la primera, y eso pone de relieve que mientras sea así España no puede ser un país con una elevada calidad de vida; y también que si uno quiere ser feliz en la piel de toro tiene que tomar sus decisiones evitando en la medida de lo posible introducir elementos comunes en su vida, pues estos luego se convierten en una cabeza de puente para la invasión agresiva de aquellos que prolongan en lo común sus vicios particulares y su mala educación.
domingo, 11 de julio de 2010
La manifestación de ayer en Barcelona
Sin embargo, parece que muchos siguen sin enterarse e interpretan los movimientos sociales desde esquemas periclitados. Así, tradicionalmente se ha pensado que las manifestaciones masivas muestran el sentir de una sociedad. En algunos casos puede ser cierto, pero actualmente me parece que este tipo de manifestaciones convocadas por partidos políticos son más bien el reflejo de una preocupante falta de vigor social, y del sometimiento a las consignas de los partidos políticos. Si se piensa en los miles de ayuntamientos que en Cataluña están gobernados por partidos nacionalistas (incluyo al PSC), es fácil controlar y movilizar a un millón de personas. Los organizadores de actos y manifestaciones presionan activamente a todo tipo de conocidos para que asistan (un servidor, y seguro que muchos de ustedes también, ha conocido ese tipo de presión). La sociedad se manifiesta con mucha más libertad a la hora de votar. El millón de asistentes (o los que realmente fueran, que quizá sean menos) a la manifestación de ayer en Barcelona representa el núcleo del nacionalismo catalán, es decir, alrededor del quince por ciento de la población. Sólo así se explica que a la hora de votar el Estatut más de la mitad se quedara en casa.
¿No cabe extraer ninguna enseñanza de la manifestación de ayer? En mi opinión, ninguna sorpresa, y sólo una conclusión importante que vengo señalando reiteradamente en el blog: los españoles estamos huérfanos de partidos políticos verdaderamente nacionales, porque el PSOE no lo es, como todo el mundo sabe, y el PP hace sus cálculos en clave autonómica y dimite de una posición política verdaderamente nacional.
miércoles, 12 de mayo de 2010
¡Menos mal que no éramos Grecia!
A los españoles nos dolería, pero podríamos entender la necesidad de hacer sacrificios importantes si desde el principio se nos hubiera dicho la verdad, en lugar de derrochar con el plan E de los cojones.
Alguien podría pensar que por fin Zapatero ha dicho la verdad. Pues no. Habrán leído o escuchado que según el gobierno estas medidas servirán para impulsar la recuperación y consolidar el crecimiento. ¿Cómo se puede decir semejante barbaridad? Estos recortes no pueden en modo alguno favorecer el crecimiento, pues es evidente que el consumo se a resentir; en realidad, se trata de evitar la suspensión de pagos, ni más ni menos. ¡Menos mal que no éramos Grecia!
El recorte
sábado, 8 de mayo de 2010
La magia del oboe
No había reparado en este instrumento hasta que en la película “Amadeus” Salieri (magistralmente interpretado por F.Murray Abraham), comentando una pieza de Mozart, describe la sorprendente y genial irrupción del sonido del oboe. Salieri se deleita en el recuerdo de ese sonido inolvidable. Hace poco compré cinco cds de música variada. Uno de ellos incluye el tema central de la película “La Misión”. Son poco más de dos minutos de una belleza cautivadora. Al escucharlo, sorprendido por la belleza del sonido, me preguntaba qué instrumento podía sonar así, y, en efecto, era el oboe. De hecho la pieza se titula “Gabriel´s oboe”. ¿No la conocen? Les pongo un par de enlaces para que recuerden.
http://www.youtube.com/watch?v=xBLbH6vRwk8
sábado, 24 de abril de 2010
Lo de Garzón
El acto de juzgar exige juicios de valor, pero en modo alguno esos juicios pueden traducirse en arbitrariedad, que es exactamente lo que sucede cuando se realizan interpretaciones contrarias a la jurisprudencia y al sentido común como, por ejemplo, el intento garzonil de pretender calificar las “desapariciones” como si se tratara de un delito de detención ilegal. Y así podríamos seguir, aunque quizá lo más grave, como destaca acertadamente el juez Varela, es la forma en que Garzón ha pretendido obviar la existencia de las leyes de amnistía aprobadas durante la transición, que como es sabido fueron el resultado de un gran consenso nacional. Como dice el fiscal en el recurso que presentó al auto de Garzón, todo intento de trazar una analogía entre la amnistía española y las leyes de punto final de las dictaduras del cono sur americano es un auténtico disparate.
La defensa de Garzón ha sido la excusa para que salgan a pasear reivindicaciones esperpénticas como las que reclaman el fin de la impunidad de los crímenes franquistas. Y es un esperpento porque no se puede ignorar en primer lugar la citada amnistía (afirmar que fue impuesta por los herederos del régimen es sencillamente falso); en segundo lugar, porque se trata de ajusticiamientos que tuvieron lugar en su inmensa mayoría hace casi ¡setenta años!; en tercer lugar porque no se puede obviar que fueron cometidos tras una Guerra Civil en la que el bando republicano fue también gravemente criminal; y en cuarto lugar porque ninguno de los dirigentes franquistas de aquella época (los años cuarenta) está vivo. Estamos ante una aberración sectaria que le viene de perlas a Zetapé para movilizar a su electorado, al que poco le importa la concordia entre españoles si puede seguir instalado en el poder.
Finalmente, me parece lamentable que buena parte de la opinión pública (por ejemplo, mi amigo Melquíades) esté siendo víctima fácil de la distorsionada y falaz presentación de los hechos que están realizando los medios de izquierda y los defensores de Garzón. Es fácil dejarse seducir por consignas que presentan a Garzón como un adalid de una causa justa e ignoran con irresponsabilidad criminal que la sociedad española hace más de treinta años decidió no utilizar el pasado como arma política de confrontación.
El velo islámico en los colegios
Algunas opiniones insisten en que hay que respetar el reglamento del centro, y otras inciden en que si nadie puede vestir a su antojo también es lícito prohibir el velo. Ambos argumentos son fácilmente refutables. Como es evidente, el derecho a la libertad religiosa –del que también son titulares los menores de edad- consagrado en la Constitución no puede ser vulnerado por un simple reglamento escolar. Por otra parte, es razonable que los colegios puedan establecer normas respecto a la vestimenta de sus alumnos y decidir, por ejemplo, que venir a clase con una camiseta zarrapastrosa no es adecuado, o exigir uniforme. Ahora bien, no hay que olvidar que el zarrapastroso no ejerce el derecho a la libertad religiosa, y que la exigencia de uniforme es compatible con llevar el velo. Si en lugar del velo se tratara de una prenda religiosa que impide llevar el uniforme de un centro el asunto adquiriría un nuevo cariz. Aquí habría que plantearse el papel que desempeña el uniforme en el proceso de enseñanza, y la posibilidad de adaptar el uniforme a las exigencias de vestimenta propias de la religión en cuestión.
Pero sin duda en este tema lo más importante es subrayar que el hecho de que finalmente las niñas acudan al colegio con el velo es una muestra de la fortaleza de nuestra democracia, y en modo alguno una cesión más frente al mundo musulmán. El respeto y la valoración positiva del fenómeno religioso enriquece nuestra sociedad, cosa que como es sabido no sucede con el laicismo beligerante francés que pretende erradicar los símbolos religiosos del espacio público. Precisamente por ello no me sorprende en absoluto que la conferencia episcopal haya defendido públicamente el derecho a acudir a clase con el velo islámico, pues como ustedes saben Zetapé pretende aprobar próximamente una nueva ley de libertad religiosa. Para echarse a temblar…
viernes, 23 de abril de 2010
Zapatero y Rajoy en clave generacional
La historia se desarrolla sobre la sucesión progresiva de generaciones. Las generaciones no actúan como tales, sino que aparecen encarnadas en determinados individuos que, al margen de sus circunstancias personales, son hijos de su generación. Hace algunos años, antes de las elecciones del 14-M de 2004, y también antes del 11-M, escribí un artículo (que finalmente no publiqué) titulado “La generación emergente” en el que señalaba que Zapatero y Rajoy pertenecen a generaciones diferentes (Rajoy a la de los nacidos entre 1946 y 1961, y Zapatero –pese a que nació en 1960- a la de los nacidos entre 1961 y 1976). Les adjunto más abajo el artículo, pero al margen de lo que en él digo, hoy me resultaría muy extraño desde el punto de vista de la lógica sucesión generacional que Rajoy ganara a Zapatero. Este acontecimiento no sólo supondría la primera ocasión desde que se instauró la democracia en que un nuevo presidente es más mayor que su predecesor, sino que el poder vuelve a un representante de una generación previa a la que hoy gobierna. Si finalmente esto se produce merecerá un análisis mucho más profundo que el de una simple respuesta masiva al malestar de los ciudadanos con un nefasto gobernante. Quizá sigamos inmersos en la disyuntiva a la que me refería en 2004 y resulta que los españoles se van dando cuenta de que el camino de Zapatero conduce al abismo y urge rectificar.
Este es el artículo escrito antes del 11-M de 2004:
"La generación emergente
Es una verdadera lástima que ante las próximas elecciones uno tenga la sensación de que hay mucho en juego, demasiado. El papel de España en el mundo puede ser muy distinto si ganan los socialistas o los populares. Otro tanto sucede con la estructura institucional del Estado. Si Zapatero se ha comprometido a aprobar cualquier propuesta de modificación del estatuto catalán que salga del Parlamento de Cataluña, es evidente que probablemente tendría que reformarse la Constitución. En el terreno educativo también parece que los socialistas pretenden deshacer varias iniciativas adoptadas por el PP en esta legislatura, y a mi juicio la educación es un problema de Estado en el que no se puede ir dando bandazos.
Esta falta de consenso ante problemas de Estado es un síntoma de que se ha entrado en una nueva fase de la historia de España. La transición ha quedado atrás y conviene darse cuenta de ello. Algunos colectivos de actores se quejan de que se está produciendo un retroceso del derecho a la libre expresión. Sin embargo, esta época en la que nos adentramos se caracteriza sobre todo porque los partidos políticos comienzan a sentirse libres de ciertos condicionamientos del pasado, y lanzan mensajes que antes se procuraba evitar. Este año han ondeado las banderas republicanas, algo impensable hace poco; los nacionalistas han dado un paso al frente para dejar atrás la Constitución del 78; el PP ha perdido el miedo a hablar de España con orgullo, sin temor a ser tildado de franquista; de los socialistas no sé muy bien qué decir, pues para mí es una incógnita su discurso y su posible actuación.
Probablemente, este cambio se debe a que la generación de los que hemos nacido entre 1960 y 1976 -siguiendo el método de cálculo generacional propuesto por Julián Marías- comienza a abrirse paso en los distintos puestos de responsabilidad de la sociedad. Se trata de una generación que conoció el franquismo en su niñez y que se ha formado en la democracia. Zapatero pertenece a esa generación, al igual que Camps y el ministro Costa.
Esta generación no tiene marcado su horizonte de actuación con la misma necesidad histórica que la generación de Suárez y González, y que la generación de Aznar y Rajoy. Estos políticos pertenecen a las dos generaciones de españoles que han ocupado los puestos de responsabilidad durante los gobiernos de la transición. Dos generaciones que en diferente medida han conocido el franquismo, y que sabían que su misión histórica consistía en sentar las bases institucionales de la reconciliación nacional, consolidar la democracia y hacer prosperar a España en el marco de Europa. Rajoy pertenece a la generación de Aznar y pretende profundizar en esta línea. Dejando al margen sus cualidades personales, refleja a la perfección el carácter de su generación.
El candidato popular ha dicho que todavía hay muchas cosas por hacer en España. Estas palabras quizá podrían interpretarse como un mensaje que manda a la generación emergente en el que dice que el proyecto de su generación no está ni mucho menos concluido, que hay mucho por hacer y anima a sumarse a él. En definitiva, defiende la continuidad de un proyecto que abarca varias generaciones. Estoy convencido de que su generación siente, vive, dicho proyecto, el proyecto de la transición. Conocieron la muerte de Franco desde las aulas universitarias, mientras que muchos de los que pertenecemos a la generación emergente veíamos Barrio Sésamo cuando Tejero irrumpía en el Congreso de los Diputados. Su proyecto, insisto, es la Constitución y la europeización de España.
El problema de la generación emergente es que cualquier proyecto lo tiene que asumir intelectualmente porque no siente la necesidad vital de emprenderlo, como sí sucedía con las anteriores. Fijémonos en la generación del 98. El regeneracionismo no fue simplemente un discurso que caló, sino que nació de la experiencia vital que supuso la pérdida de Cuba y Filipinas. ¿Y la generación de los años 20? La turbulenta agitación social que culmina con la dictadura de Primo de Rivera también constituyó una experiencia vital, al igual que sucede con las generaciones que vivieron el trauma de la guerra civil y la época franquista. La generación emergente es la única que se ha formado sin conocer experiencias significativas en la vida nacional que la orienten en un sentido o en otro. Es como un niño rico que no ha sabido buscarse la vida, y que espera que todo siga como hasta ahora. No tiene clara cuál es su misión histórica, y por eso hace falta que acoja intelectualmente -a falta de vitalidad- un proyecto.
Ahora bien, percibo un acontecimiento que quizá la sacuda vitalmente de su modorra histórica. No me refiero a las elecciones del catorce de marzo, pese a su indudable trascendencia, sino al inminente desafío nacionalista que se va a desencadenar virulentamente una vez hayamos traspasado esa fecha. Este desafío probablemente marque el destino de la nueva generación. Quizá sirva de espoleta para que se despierte la necesidad vital y no sólo intelectual de contar con un proyecto nacional para España -al que ya me referí en otro artículo publicado en este Diario- en el que se embarque la que, según se dice, es la generación mejor formada de la historia de España.
La indefinición que envuelve la actitud de Zapatero es la propia de su generación. ¿Hacia dónde vamos? La generación de Rajoy lo tiene claro, la de Zapatero, veremos."
miércoles, 31 de marzo de 2010
Conciliar democracia y excelencia
Lo primero que quisiera señalar es que la crisis que vive la democracia española exige utilizar el pensamiento y la imaginación para proponer reformas. José Antonio interpretó la realidad española en el contexto de su época e hizo sus propuestas. Lo que hay que hacer no es aplicar fórmulas pensadas para otra época, sino repensar nuevamente la España actual. En este sentido, yo creo que no es posible prescindir de los partidos políticos, pero hay que arbitrar fórmulas para evitar que secuestren la democracia. En este terreno hay mucho que hacer, pero creo que lo más importante es reformar el sistema electoral para evitar la infrarrepresentación de los partidos nacionales minoritarios. Esto es importante no sólo porque es una exigencia de justicia, sino porque dinamizaría la democracia al permitir que los excesos cometidos por los grandes partidos tuviera un coste electoral real e importante. ¿Ello redundaría en una inestabilidad política? Quizá, pero creo que la democracia española necesita dinamizarse porque el precio de esta estabilidad es excesivamente elevado: peajes a los partidos nacionalistas y burocratización de los grandes partidos.
La segunda reforma que me parece imprescindible es más complicada. El funcionamiento de nuestra democracia está poniendo de relieve que cada vez es más habitual ver como gente de escasa preparación y valía copa los cargos de representación política. Esto es muy grave. No puede ser que los mejores no cuenten a la hora de dirigir los destinos de la nación. ¿Acaso esta no es la crítica fundamental que Platón formulaba a la democracia? Sí, en efecto. Y tenía razón en su crítica, pero la solución no está en apostar por un régimen autocrático, sino por incorporar a los mejores a la democracia. En su día, durante la transición, existieron los senadores por designación real. Así, por ejemplo, Camilo José Cela y otros ilustres nombres se incorporaron a la vida pública. Es fundamental que los mejores cuenten con un espacio. ¿Pero quién determina quiénes son los mejores y qué espacio deben ocupar? ¿El Rey? No estoy seguro, pero quizá deberíamos incorporar a nuestra democracia una cámara de notables. La idea es que debemos atemperar la democracia incorporando la excelencia. Este es el gran reto.
jueves, 18 de marzo de 2010
Respuesta a N. Flamel
b) La cita de la doctrina social de la Iglesia en la que se hace referencia a los riesgos de los sistemas financieros internacionales es de 2005. Esa cita es la verdaderamente importante, la de la encíclica de Benedicto XVI es de apoyo sobre otra cuestión.
c) Es posible prever determinadas circunstancias sociales. Con relación a esta crisis, sin ir más lejos yo mismo escribí un post en 2007 que recuerdo haber titulado algo así como “A las puertas de una gran crisis”. Lo importante es dirigir bien la atención porque en los medios sólo aparecen paniagudos incapaces de emitir juicios objetivos. Esta crisis era predecible y hubo gente solvente que la predijo.
PP y PSOE bloquean la reforma del sistema electoral
miércoles, 17 de marzo de 2010
La crisis internacional como crisis sistémica
martes, 9 de marzo de 2010
Elemental, mi querido Watson
jueves, 4 de marzo de 2010
Juan Roig ha dicho la verdad
Trabajar bien. ¿Se dan cuenta de lo que eso significa? En esta expresión se utiliza como adverbio y subraya un determinado modo de hacer las cosas. ¿Cómo se ha enseñado a los jóvenes españoles que deben hacerse las cosas? Lamentablemente no se ha inculcado una cultura del esfuerzo, de la excelencia y del trabajo bien hecho. ¿Creen que así es posible mejorar la productividad?
lunes, 1 de marzo de 2010
Sobre la situación de Cuba y la misión de España
miércoles, 24 de febrero de 2010
11-M: no lo veo claro
Las informaciones de El Mundo están siendo recibidas con burla y mofa por algunos medios (les ruego que presten atención a este bochornoso espectáculo: http://www.youtube.com/watch?v=xVg2-HbTqOs ). Insisto en que a los ciudadanos lo único que nos debe interesar es conocer la verdad. Pues bien, sólo les pido una pequeña reflexión. Seguidamente les voy a transcribir las páginas de los fundamentos jurídicos de la sentencia en las que los magistrados explican cómo llegan a la convicción de que está probado que estalló Goma-2 Eco en los trenes. Esta es la afirmación a la que pido que presten atención: “El Tribunal, siguiendo un razonamiento lógico concluye que está probada la presencia de GOMA 2 ECO en todos los trenes donde explosionaron artilugios, pues un componente exclusivo de este tipo de dinamita plástica en un porcentaje relevante -más del 1%-, el dibutilftalato, está en todos ellos y otro, el nitroglicol -también en porcentaje superior al 1%-, aparece también en todos los focos, aunque éste no sea exclusivo de
Las periciales sobre explosivos se practicaron en el plenario en las sesiones del 27 al 29 de mayo de 2007, siendo examinados juntos todos los peritos que debían declarar sobre unos mismos hechos, conforme ordena el art. 724 de
Los ocho peritos que realizaron el estudio e informe ordenado por el Tribunal estuvieron de acuerdo en la calidad de los análisis y de los métodos utilizados y en la validez científica de los resultados, discrepando sobre el significado de la aparición de restos de dinitrotolueno, nitroglicerina, dibutilftalato y nitroglicol en varios focos.
Expusieron que la relevancia de que en los focos hubiera unos u otros componentes químicos estaba en que cada marca o clase de dinamita tiene una composición concreta, de modo que la presencia o ausencia de determinados elementos supone descartar o no esa marca o clase.
Los componentes diferenciales entre una y otra dinamita, según dijeron, son el DNT -dinitrotolueno- y
Los análisis detectaron en los focos de las explosiones producidas en los trenes los siguientes compuestos químicos a los que, entre corchetes, asociamos una marca de dinamita plástica
q En todas las muestras, dibutilftalato o ftalato de dibutilo en un porcentaje muy superior al 1% [GOMA 2 ECO]
q Nitroglicol -EDGN- en porcentajes superiores al 1% en todos los focos [GOMA 2 ECO]
q Dinitrotolueno -DNT- en varios focos en porcentajes muy inferiores al 1% [GOMA 2 EC y TITADYNE]
q Nitroglicerina -NG- en un foco de explosión en porcentaje muy inferior al 1% [GOMA 2 EC y TITADYNE]
El Tribunal, siguiendo un razonamiento lógico concluye que está probada la presencia de GOMA 2 ECO en todos los trenes donde explosionaron artilugios, pues un componente exclusivo de este tipo de dinamita plástica en un porcentaje relevante -más del 1%-, el dibutilftalato, está en todos ellos y otro, el nitroglicol -también en porcentaje superior al 1%-, aparece también en todos los focos, aunque éste no sea exclusivo de
Por el contrario, la presencia irregular y en porcentajes menores de nitroglicerina y dinitrotolueno impide descartar la presencia de pequeñas cantidades de otras marcas o clases de dinamitas”.