En su discurso institucional del 9 de octubre, Camps ha destacado el empeño personal y la determinación del rey Juan Carlos para contribuir al mejor momento en todos los órdenes de la historia de España y de la Comunitat Valenciana. Parece mentira que diga semejante memez. ¿El mejor momento de la historia de España? Si lo dice y se lo cree desde luego el PP nos toma por tontos, pues su discurso es radicalmente opuesto al de Rajoy, tanto que se quejan de que los socialistas dicen una cosa aquí y otra allá. La crisis que está viviendo España en estos momentos es gravísima, y eso no lo pueden ocultar ni los datos económicos -pese a la crisis que se avecina- ni la proyección internacional de España o, más concretamente, de la Comunidad Valenciana. El desarrollo económico, social y cultural estaría muy bien siempre que se asentara en la cohesión nacional y en un entramado institucional sólido, capaz de responder a los desafíos que se pudieran plantear. Lamentablemente, hemos constatado que la nación no está bien cohesionada, en buena medida debido a que el modelo del 78 está fracasando por no contar con mecanismos para protegerse adecuadamente de la deslealtad del nacionalismo. Prueba evidente de que el marco institucional está fallando es el protagonismo que está asumiendo el Tribunal Constitucional. Todo acaba en él. A Ibarretxe lo parará el gobierno, tras recurrir a este órgano. Lo mismo sucede con el Estatuto de Cataluña, recurrido por el PP y por varias comunidades autónomas. Cuando el máximo y último garante de la Constitución protagoniza la vida política es que el modelo está en crisis porque las diversas instituciones fuerzan al límite su actuación en un afán por superar el marco constitucional. Si añadimos que el Tribunal Constitucional está completamente dividido el horizonte se ennegrece aún más. Y Camps, dejando claro que es un político de diseño, suelta que España está en el mejor momento de su historia, y ¡en todos los órdenes! Menuda idiotez.
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