¿Se puede decidir la configuración nacional de España sin contar con la mitad del Parlamento, sin preguntar a los españoles explícitamente -sino mutando la Constitución-, y con el condicionamiento de unos partidos independentistas que no creen en España? Sólo un tirano puede responder afirmativamente.
jueves, 16 de noviembre de 2023
miércoles, 15 de noviembre de 2023
Las carcajadas de Sánchez
Las carcajadas de Sánchez burlándose de que Feijóo dijera que él no era presidente porque no quería me han parecido siniestras, absolutamente fuera de lugar, reveladoras de una completa falta de sensibilidad ante la gravísima situación que ha generado su pacto con los golpistas catalanes. Le da absolutamente igual. El poder a cualquier precio. La respuesta de Feijóo destacando que Sánchez no comprende que se pueda renunciar a un cargo por respeto a unos principios ha sido muy atinada. Esas carcajadas son todo un titular que definen la sesión. El tirano se ríe de todo. Le pueden poner sobre la mesa todas sus mentiras y le trae sin cuidado. Miente sin parar, pero su división mediática sigue fiel al argumentario: la mitad de España que vota a PP y Vox es fascismo. La caricatura grotesca no la puede compartir una persona medianamente sensata. No hay ningún argumento que pueda utilizarse en favor del tirano; por tanto, serenidad, respeto a la verdad, crítica, y resistencia pacífica y firme ante el golpe.
lunes, 13 de noviembre de 2023
La justificación de la proposición de ley de amnistía, un auténtico bochorno
La amnistía supone
una medida absolutamente excepcional porque representa precisamente eso, una
excepción frente al normal funcionamiento del Derecho: probada la comisión de
un delito, procede aplicar la sanción legalmente prevista. Manuel Aragón, en su día Presidente del
Tribunal Constitucional, afirma a este respecto: “No es que pueda haber amnistía
porque la Constitución no la prohíbe expresamente: es que, para que pueda haber
amnistía, esta tenía que estar autorizada expresamente por la propia
Constitución como excepción a las reglas y principios generales antes
examinados [se refiere al principio de seguridad jurídica y al principio de
igualdad ante la ley]; excepción que, por exigencias del derecho, siempre ha de
ser expresa. Así lo hizo nuestra Constitución de 1931 y así lo hace, por
ejemplo, la vigente Constitución italiana” (“La Constitución no permite la
amnistía”, publicado en El Mundo, 29 de agosto de 2023). Por consiguiente, la
ausencia de referencias expresas a la amnistía en la Constitución no
representaría a juicio de este autor un argumento a favor de su
constitucionalidad, sino más bien lo contrario. De momento, constatemos la
excepcionalidad de la amnistía, punto en el que todos podemos estar de acuerdo.
Hay otro argumento
que Aragón esgrime para posicionarse en contra de la constitucionalidad de la
amnistía, si bien le otorga menor peso que al mencionado anteriormente. Puesto que la
Constitución prohíbe los indultos generales, Aragón aduce que “si lo menor, en cuanto a su afectación para el derecho (el
indulto general, que solo perdonaría la pena), está prohibido, ha de estarlo
también lógicamente lo mayor (la amnistía, que no solo perdona la pena, sino
que borra retroactivamente el delito en su día cometido)”. La proposición de ley
de amnistía sale al paso de este razonamiento citando un pasaje de la STC
147/1986, de 25 de noviembre, en el que se afirma "que es erróneo
razonar sobre el indulto y la amnistía como figuras cuya diferencia es
meramente cuantitativa, pues se hallan entre sí en una relación de
diferenciación cualitativa” (fundamento jurídico 2º). El Tribunal
Constitucional no explica en qué radica esa diferencia cualitativa, pero abre
la puerta a considerar que puede haber una diferencia entre el indulto, que sería
una medida de gracia cuya competencia corresponde al poder ejecutivo, y una amnistía,
que sería competencia del legislativo y que, aun siendo una medida de gracia,
respondería a unos propósitos que podrían exceder de los propios del indulto y
que (admitámoslo en aras a evitar cualquier punto de partida dogmático) se justificaría por atender al “interés general”, que constituye el fin no
escrito de cualquier ley.
Finalmente, la amnistía vulneraría la separación de
poderes. Como sostiene Aragón, una ley de amnistía supondría que el legislador suplanta al poder
judicial en su función de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado habida cuenta de
que borra “con carácter retroactivo un delito que estaba
vigente cuando el poder judicial lo aplicó”. Más adelante añade este mismo autor: “La
legislación dictada por un Estado democrático de derecho como el nuestro, que
tiene como una de sus principios nucleares el de la seguridad jurídica, no
puede ser borrada, con efectos retroactivos, por una decisión del propio
legislador”. El argumento parece poderoso, sobre todo si tenemos en cuenta que
algunos de los que se disponen a aprobar dicha ley son también sus
beneficiarios. Aun así, admítase que los jueces están sometidos a la ley (en
puridad, al derecho) y, por tanto, que también lo deberían estar a una ley de
amnistía que condujera a tener por extinguida cualquier responsabilidad por los
actos amnistiados.
Por consiguiente, vamos
a partir en el análisis concediendo que una ley de amnistía no atenta “per se”
contra la separación de poderes, ni puede entenderse proscrita por la
prohibición constitucional de los indultos generales. Si esto es así, ¿qué
otros parámetros habría que tener en cuenta para valorar la constitucionalidad
de la amnistía? Parece evidente que el debate consistirá, en primer lugar, en valorar
si la amnistía es una institución compatible con los principios y valores en
los que se inspira nuestra Constitución y, si se responde que esa
compatibilidad es posible, en segundo lugar habrá que determinar en qué medida la proposición de ley de amnistía que se ha presentado es constitucionalmente admisible.
La exposición de
motivos de la proposición de ley comienza afirmando que la amnistía es una figura
presente en la Constitución de algunos países de nuestro entorno y que, además,
ha sido admitida y utilizada en otros. Estas referencias al Derecho comparado
no me parecen determinantes, debido a que el reconocimiento y utilización de la
amnistía puede responder a situaciones particulares de cada
nación (que es el sujeto político que subyace al Estado). Por lo que hace
referencia a España el proyecto afirma que “la amnistía ha sido utilizada en numerosas ocasiones en nuestra tradición
jurídica. No es una vía novedosa, cuenta con numerosos precedentes en España.
El más importante, pero no el único, es la Ley de Amnistía de 1977 (Ley 46/1977,
de 15 de octubre)”. Si cuenta con tantos precedentes, no se entiende por
qué no se cita ninguno que no sea la ley de amnistía de la Transición que fue aprobada en unas circunstancias muy distintas a las actuales, como el
propio proyecto admite más adelante.
En defensa de la
constitucionalidad de la amnistía la proposición selecciona caprichosamente
algunos pasajes de la STC 147/1986: “La
constitucionalidad de la amnistía fue declarada por el Tribunal Constitucional,
en su sentencia 147/1986, de 25 de noviembre, a propósito precisamente de la
aplicación de la Ley 46/1977. En este pronunciamiento, se afirma taxativamente
que «no hay restricción constitucional directa sobre esta materia». La
Constitución no prohíbe la institución jurídica de la amnistía, sino solo una
manifestación concreta del derecho de gracia, como son los indultos generales,
que cuentan con una naturaleza jurídica muy diferente a la que es propia de una
ley orgánica de amnistía, al ser el indulto una prerrogativa del Poder
Ejecutivo. La propia sentencia 147/1986 abunda en esta cuestión al afirmar que
«es erróneo razonar sobre el indulto y la amnistía como figuras cuya diferencia
es meramente cuantitativa, pues se hallan entre sí en una relación de
diferenciación cualitativa»”. No
habría, pues, según la proposición de ley, restricción constitucional a la hora de aprobar una amnistía; es decir, sería una institución jurídica permitida por la Constitución. Y todo ello pese
a su carácter excepcional, incluso “extremo”, como ha escrito Juan Antonio
García Amado al referirse a la amnistía. Pues bien, esta conclusión en modo alguno se extrae de la STC 147/1986, porque en ella figuran también algunas consideraciones que la exposición de motivos ha preferido no citar:
“Como ya ha tenido ocasión de afirmar este Tribunal, la amnistía que se pone en práctica y se regula en ambas leyes es una operación jurídica que, fundamentándose en un ideal de justicia (STC 63/1983), pretende eliminar, en el presente, las consecuencias de la aplicación de una determinada normativa -en sentido amplio- que se rechaza hoy por contraria a los principios inspiradores de un nuevo orden político. Es una operación excepcional, propia del momento de consolidación de los nuevos valores a los que sirve, cuya finalidad unitaria no enmascara el hecho de que se pone en práctica recurriendo a una pluralidad de técnicas jurídicas que quedan unidas precisamente por la finalidad común” (fundamento jurídico 2º)
Me he permitido resaltar en negrita el carácter excepcional que se atribuye a la amnistía, y su justificación en situaciones de transición a un nuevo orden político, como sucedió en España tras la muerte de Franco. La proposición de ley no cita este texto y sí en cambio la frase “no hay restricción constitucional directa sobre esta materia” de manera descontextualizada. Se quiere dar a entender que, según la jurisprudencia constitucional, una ley de amnistía puede ser plenamente constitucional. Pero no hay más que leer la sentencia para darse cuenta de que la citada frase en realidad es utilizada por el Tribunal Constitucional para poner de relieve que el alcance de una ley de 1984 con relación a los efectos de la ley de amnistía del 77 debían ser precisados por el legislador, ya que no hay “restricción constitucional sobre esta materia”. Es todo un alarde de utilización tendenciosa de la STC 147/1986 extraer esa frase de su contexto y, además, no citar el texto de la STC 147/1986 anteriormente transcrito.
La conclusión que
se desprende de esta sentencia es justo la contraria de la que sostiene la proposición de ley: la jurisprudencia constitucional no ha admitido la
amnistía con carácter general. Todo lo contrario. Se trata de una medida tan excepcional que la proposición de ley sólo cita en su apoyo la ley de amnistía del
77, que fue aprobada con anterioridad a la entrada en vigor de la Constitución, y que por tanto no constituye un precedente admisible. Sentado esto, abrámonos a la posibilidad de examinar si esta proposición de ley, pese
a resultar incompatible con el principio de seguridad jurídica o con la
igualdad ante la ley que consagra la Constitución, salva su constitucionalidad por responder a razones muy justificadas de “interés general”. ¿Quién está legitimado para apreciar esas razones de “interés
general”, las Cortes exclusivamente o también el Tribunal Constitucional? Si el
Tribunal Constitucional opta por la primera opción, se autolimita, y decide que
la apreciación del “interés general” es una competencia de las Cortes Generales que ejerce libremente, es evidente que no habrá
defensa frente a los excesos del Parlamento y habremos renunciado al fundamento del Estado
constitucional de Derecho. Desgraciadamente, en los últimos tiempos el Tribunal
Constitucional está otorgando un amplísimo margen de acción al poder
legislativo, lo cual me parece muy preocupante. Estoy convencido de que este margen es el clavo ardiendo al que se agarrarán Conde-Pumpido y los magistrados "progresistas" para dar el visto bueno a la ley. Si el Tribunal Constitucional no entra a valorar si esas razones de "ínterés general" son mínimamente plausibles, dado el carácter extremo, excepcional y lesivo de principios
consagrados en la Constitución de una ley de amnistía, actuará con una absoluta irresponsabilidad. Así que habrá que ver si los magistrados deciden lavarse las manos como Pilatos o entran en el fondo.
Una vez admitido provisionalmente, con el fin de
continuar el análisis, que la amnistía sólo estaría justificada por razones muy graves de “interés
general”, es el momento de examinar cuáles son esas razones que nos presenta la proposición de
ley de amnistía que hoy hemos conocido. Estas se exponen en la exposición de
motivos. El núcleo de la argumentación está en
el punto II, aunque también hay algún párrafo interesante en el punto III y en
el IV. Citaré el punto II íntegramente destacando en negrita algunas partes del
texto ciertamente reveladoras:
“La presente ley orgánica amnistía los actos que hayan sido declarados o estuvieran tipificados como delitos o como conductas determinantes de responsabilidad administrativa o contable, vinculados a la consulta celebrada en Cataluña el 9 de noviembre de 2014 y al referéndum de 1 de octubre de 2017 (declarados ambos inconstitucionales en las sentencias del Tribunal Constitucional 31/2015, de 25 de febrero, y 114/2017, de 17 de octubre), que se hubiesen realizado entre el 1 de enero de 2012, año en el que comenzaron a desarrollarse los hechos del proceso independentista, y el 13 de noviembre de 2023. La amnistía abarca no solo la organización y celebración de la consulta y el referéndum, sino también otros posibles ilícitos que guardan una profunda conexión con los mismos, como pueden ser, a modo de ejemplo, los actos preparatorios, las diferentes acciones de protesta para permitir su celebración o mostrar oposición al procesamiento o condena de sus responsables, incluyendo 4 también la asistencia, colaboración, asesoramiento o representación de cualquier tipo, protección y seguridad a los responsables, así como todos los actos objeto de la presente Ley que acreditan una tensión política, social e institucional que esta norma aspira a resolver de acuerdo con las facultades que la Constitución confiere a las Cortes Generales. Los hechos enmarcados en el denominado proceso independentista, impulsado por las fuerzas políticas al frente de las instituciones de la Generalitat de Catalunya (President, Parlament y Govern) y apoyados por parte de la sociedad civil, así como los representantes políticos al frente de un buen número de los ayuntamientos de Catalunya, tuvieron como precedente el intenso debate sobre el futuro político de Catalunya abierto a raíz de la sentencia del Tribunal Constitucional 31/2010, de 28 de junio. Además, desembocaron en una serie de movilizaciones intensas y sostenidas en el tiempo, así como en mayorías parlamentarias independentistas. Estos hechos comportaron una tensión institucional que dio lugar a la intervención de la Justicia y una tensión social y política que provocó la desafección de una parte sustancial de la sociedad catalana hacia las instituciones estatales, que todavía no ha desaparecido y que es reavivada de forma recurrente cuando se manifiestan las múltiples consecuencias legales que siguen teniendo, especialmente en el ámbito penal. En este tiempo, las Cortes Generales han tenido un papel preponderante a la hora de configurar la respuesta de la soberanía popular a ese proceso independentista. Un papel que esta ley orgánica reafirma al reconocer su competencia y legitimidad para hacer una evaluación de la situación política y promover una serie de soluciones que deben ofrecerse en cada contexto, de acuerdo con el interés general. Así, con esta ley orgánica de amnistía las Cortes Generales acuden de nuevo a un mecanismo constitucional que refuerza el Estado de derecho para dar una respuesta adecuada más de diez años después del comienzo del proceso independentista, cuando ya se han superado los momentos más acusados de la crisis y toca establecer las bases para garantizar la convivencia de cara al futuro. De esta manera, al asumir las Cortes Generales esta decisión de política legislativa, no solo no invaden otros espacios, sino que, muy al contrario y en uso de sus competencias, asumen la mejor vía de las posibles para abordar, desde la política, un conflicto político. La aprobación de esta ley orgánica se entiende, por tanto, como un paso necesario para superar las tensiones referidas y eliminar algunas de las circunstancias que provocan la desafección que mantiene alejada de las instituciones estatales a una parte de la población. Unas consecuencias, además, que podrían agravarse en los próximos años a medida que se sustancien procedimientos judiciales que afectan no solo a los líderes de aquel proceso (que son los menos), sino también a los múltiples casos de ciudadanos e incluso a empleados públicos que ejercen funciones esenciales en la 5 administración autonómica y local y cuyo procesamiento y eventual condena e inhabilitación produciría un trastorno grave en el funcionamiento de los servicios en la vida diaria de sus vecinos y, en definitiva, en la convivencia social. Con la aprobación de esta ley orgánica, por tanto, lo que el legislador pretende es excepcionar la aplicación de normas vigentes a unos hechos acontecidos en el contexto del proceso independentista catalán en aras del interés general, consistente en garantizar la convivencia dentro del Estado de derecho, y generar un contexto social, político e institucional que fomente la estabilidad económica y el progreso cultural y social tanto de Cataluña como del conjunto de España, sirviendo al mismo tiempo de base para la superación de un conflicto político. Además, y en relación directa con lo anterior, debe tenerse presente que en nuestro ordenamiento constitucional no tiene cabida un modelo de democracia militante, esto es, un modelo en el que se imponga no ya el respeto, sino la adhesión positiva al ordenamiento. Las metas a perseguir dentro del marco constitucional son plurales. No obstante, todos los caminos deben transitar dentro del ordenamiento jurídico nacional e internacional. Así, esta amnistía no puede interpretarse como un alejamiento de nuestro marco legal. Muy al contrario, es una herramienta que lo fortalece y mira hacia el futuro, devolviendo al debate parlamentario las divisiones que siguen tensando las costuras de la sociedad, mediante una renuncia al ejercicio del ius puniendi por razones de utilidad social que se fundamenta en la consecución de un interés superior: la convivencia democrática. Esta ley orgánica es un paso más en un camino difícil, pero a la vez valiente y reconciliador; una demostración de respeto a la ciudadanía y de que la aplicación de la legalidad es necesaria, pero, en ocasiones, no es suficiente para resolver un conflicto político sostenido en el tiempo. Por tanto, esta amnistía constituye una decisión política adoptada bajo el principio de justicia en el entendimiento de que los instrumentos con los que cuenta un Estado de derecho no son, ni deben ser, inamovibles; toda vez que es el Derecho el que está al servicio de la sociedad y no al contrario, y que por tanto este debe tener la capacidad de actualizarse adaptándose al contexto de cada momento”.
El texto que acabo
de citar es un bochorno. Se identifica a la sentencia sobre el Estatut dictada en 2010 de
haber generado tensión política, social e institucional. Siempre se afirma
esta idea, solo porque los independentistas la repiten hasta la
náusea. ¿Y qué responsabilidad tuvo Zapatero en el desencadenamiento de esa
tensión al afirmar en 2003 -cuando todavía no era Presidente- que respaldaría cualquier
Estatuto que aprobara el Parlamento de Cataluña, sin ningún matiz, y luego
transitar ese camino hasta aprobar en 2006 un Estatuto de dudosa constitucionalidad que fue aprobado con una elevada abstención? La siguiente frase parece una broma por la forma en que se maquilla o más bien desdibuja la realidad: “Estos hechos comportaron una tensión
institucional que dio lugar a la intervención de la Justicia y una tensión
social y política que provocó la desafección de una parte sustancial de la
sociedad catalana hacia las instituciones”. Es decir, la tensión provocó la
intervención de la justicia. No se dice en ningún momento que hubo un plan para alterar el orden constitucional. Se malversó dinero público,
se desobedeció y se cometió el gravísimo delito de sedición con la convocatoria
de un referéndum ilegal y con una declaración de independencia que atacaba el
fundamento de la Constitución. La proposición no dice nada de eso, del golpe a la legalidad constitucional. Los delitos cometidos son maquillados. Simplemente, se afirma, sin que se aporte ninguna razón más allá de la mera afirmación, que la amnistía favorecerá la convivencia, la reconciliación. ¿Por
qué razón? No se aporta ninguna. ¿Qué diferencia hay ahora
respecto a la situación vivida en los últimos diez o quince años? ¿Las
negociaciones políticas con el relator? Durante todo este tiempo los
independentistas podían defender su proyecto político en el Parlamento catalán
y en las Cortes Generales, ya que, como recuerda la proposición de ley, España no
es una democracia militante. ¿Acaso ahora la negociación política se va a
desarrollar al margen de la Constitución? En realidad, en todo la proposición de
ley se observa una total incapacidad para justificar más razón de “interés
general” que confiar ciegamente en que la amnistía aliviará la tensión
reinante en Cataluña.
En el punto III de
la exposición de motivos podemos leer:
"Este es el marco jurídico general en el que
se concibe la presente ley de amnistía, en el claro entendimiento de que, si
bien no hay democracia fuera del Estado de derecho, es necesario crear las
condiciones para que la política, el diálogo y los cauces parlamentarios sean
los protagonistas en la búsqueda de soluciones a una cuestión política con una
presencia recurrente en nuestra historia. Se trata, pues, de utilizar cuantos
instrumentos estén en manos del Estado para procurar la normalización
institucional tras un periodo de grave perturbación, así como seguir
favoreciendo el diálogo, el entendimiento y la convivencia. Este proceso está
inspirado, además, por la interpretación que ofrece el Tribunal Constitucional
sobre las obligaciones políticas de los poderes públicos al decir que “la
Constitución no aborda ni puede abordar expresamente todos los problemas que se
pueden suscitar en el orden constitucional […]. Por ello, los poderes públicos
y muy especialmente los poderes territoriales que conforman nuestro Estado
autonómico son quienes están llamados a resolver mediante el diálogo y la
cooperación los problemas que se desenvuelven en este ámbito” (sentencia
42/2014, de 24 de marzo)”.
Diálogo, entendimiento, convivencia. Palabras bonitas, pero hueras. No hay ningún argumento que permita otra conclusión que lo que todos sabemos: esta proposición de ley obedece sin más a la cesión del PSOE al chantaje de los independentistas para hacer a Sánchez presidente a cambio de la impunidad, de dinero, y de poner las bases para la consecución de sus objetivos políticos. Justo lo contrario al “interés general”. Es una auténtica infamia, una humillación del Estado de Derecho ante quienes lo pusieron en jaque y fueron derrotados hasta que Sánchez ha decidido resucitarlos para seguir más tiempo en el poder. No hay más. Eso es lo que sospechábamos, pero hoy ya tenemos la confirmación. Si alguien puede hallar un solo argumento que permita justificar en algún dato que los independentistas a los que se amnistía han renunciado a seguir delinquiendo invito a que me lo muestre. Porque eso es lo verdaderamente decisivo. No olvidemos que se amnistía a delincuentes. Lo menos que se puede pedir es que se aporte alguna garantía de que no se va a volver a delinquir. No hay nada de eso. Y si no se aportan esas garantías, cualquier apelación a razones de “interés general” no es más que un flatus vocis.
Concluyo con una reflexión sobre la amnistía en el marco constitucional. La amnistía resulta incompatible con los principios constitucionales. Ahora bien, cabría plantearse si en una situación absolutamente excepcional, extrema, sería posible amnistiar determinadas conductas delictivas como posible vía para solucionar un problema de enorme gravedad. Condición imprescindible para ello sería el arrepentimiento de los delincuentes y la existencia de garantías de que no existe la posibilidad de que vuelvan a delinquir. También habría que valorar la entidad de los delitos, puesto que sería muy difícil justificar la amnistía de delitos que han supuesto graves violaciones contra los derechos humanos. Por otra parte, el principal problema de la amnistía radica en el riesgo de extralimitación por parte del poder legislativo, ya que su actuación puede interpretarse como la consagración de una impunidad decidida por la mayoría parlamentaria que sustrae a determinadas personas de la acción de la justicia. Las razones de “interés general”, por tanto, deben ser muy bien argumentadas, sin que sean admisibles meras apelaciones a buenas intenciones sin respaldo fáctico alguno. Por último, dada le extrema excepcionalidad de una amnistía, y el riesgo de abuso por parte del poder legislativo, considero que una ley de amnistía, además de las consideraciones previas, debería ser sometida a referéndum para que se pronunciara el pueblo español. Este requisito me parece imprescindible, porque sólo el titular de la soberanía está en condiciones de legitimar decisión tan extrema. Todo ello dibuja una situación tan extraordinaria que la amnistía en modo alguno es una herramienta que pueda utilizarse exclusivamente por el poder legislativo en el marco del orden constitucional, y mucho menos como se pretende hacer. La proposición de ley que se presenta es manifiestamente inconstitucional además de constituir una humillación para la nación y para todos los funcionarios del Estado que trabajaron para frenar el golpe de Estado del independentismo catalán.
Hay que persistir en la resistencia frente al golpe
Ayer acudí en Alicante a la manifestación contra el golpe de Estado liderado por Sánchez. Ya es absolutamente evidente que una mayoría parlamentaria se ha ciscado en la Constitución y ha roto las bases en las que se funda el Estado de Derecho. Decidí desplazarme al centro de Alicante en tranvía. Mi vagón se fue llenando de ciudadanos que íbamos al mismo sitio conforme avanzaba el trayecto. La media de edad era bastante alta. Nos pusimos a hablar de política. Al principio escuchaba, porque me interesa mucho más saber lo que piensan otras personas. Bien entrada la conversación de los que tenía junto a mí, simplemente les hice una observación que podía parecer pesimista: “El problema es que llegamos tarde. Nunca se le debió dar esta oportunidad a Sánchez”. Por lo menos pudimos compartir nuestra indignación. Gente corriente, nada de ultras como pretenden hacer creer el tirano y sus voceros. Alguno no tenía inconveniente en decir que en el pasado había votado al PSOE y se sentía engañado. Es tan evidente lo que está sucediendo que, como escribía en la última entrada, ya no cuela el argumentario de la sección socialista-comunista-independentista que se ocupa de blanquear el golpe en los medios de comunicación.
La inmensa mayoría de los ciudadanos sabemos que si debemos
esperar cuatro años para volver a tener la palabra en las urnas nos
encontraremos con que los golpistas ya habrán conseguido sus objetivos. Un
amigo, catedrático, compartía conmigo el viernes su preocupación. Se acordaba
del golpe del 23-F, pero me decía que aquello duró unas horas y esto puede
durar años. Algunos se resisten a hablar de dictadura, creen que este
calificativo es exagerado y da argumentos a los que critican las
movilizaciones. No es así. El parlamento no representa la voluntad de los
ciudadanos: el acuerdo es un pacto entre partidos para conseguir sus objetivos sin
respetar los fundamentos del Estado constitucional de Derecho. Y el parlamento
pretende domeñar al poder judicial infundiendo miedo a los jueces. Este miedo
irá extendiéndose a otras instancias y veremos hasta dónde llega. El Tribunal
Constitucional ya ha sido tomado, así que los ciudadanos se sienten indefensos
e impotentes viendo cómo se les está robando lo que muchos creían que era una auténtica
democracia, creencia que habrá que examinar si era cierta. Quizá estábamos
instalados falsamente en ella. Por consiguiente, sólo hay un camino: resistir y
seguir con la movilización pacífica contra el tirano.
sábado, 11 de noviembre de 2023
La huida hacia adelante del tirano
Dice el tirano que el PSOE es el único que puede acordar con todas las fuerzas políticas salvo con una, Vox. Le da igual que algunas de esas “fuerzas políticas” con las que pacta tengan como objetivo acabar con la unidad de España, o que la toleren siempre que puedan esquilmar al resto de autonomías haciendo su santa voluntad, lo cual es mucho peor. Pequeño detalle que deja en evidencia su talla moral. Aunque muchos ciudadanos estén poco acostumbrados a ejercer la reflexión sobre asuntos públicos, me parece que semejante basura no puede colar, ¿no? Pues no, señores, hay personas en España cuyo sectarismo es tal que darán por bueno todo lo que venga de la supuesta izquierda. Ponerse a pensar cuesta trabajo. Y la presencia de Vox es la excusa que le sirve al tirano para justificar toda su estrategia que muchos, demasiados, están dispuestos a “comprar”. Pero no nos equivoquemos, si en lugar de Vox existiera Ciudadanos y el PSOE no sumara con ellos suficientes escaños, el discurso sería el mismo: sólo el PSOE puede alcanzar un gobierno que respete la pluralidad territorial (como si el PP, que gobierna en más comunidades autónomas, amenazara dicha pluralidad). Por eso es un tirano, especialmente peligroso, porque se camufla.
viernes, 10 de noviembre de 2023
Ataque frontal a la democracia y a la nación
Antonio García-Trevijano se pasó media vida defendiendo que en España la Transición no trajo la democracia, sino un régimen parlamentario de partidos estatales que presentan listas que los ciudadanos legitiman con su voto. Según él, eso no es una verdadera representación, porque los ciudadanos no eligen a sus representantes, sino que se limitan a dar su aprobación a unas listas de personas que eligen los partidos y que, por tanto, responden y actúan según los dictados del partido ignorando por completo a los ciudadanos que, en teoría, representan. Sostenía Trevijano que la democracia requiere mecanismos que garanticen la representación política y separación de poderes. Sin representación y sin una auténtica separación de poderes era evidente, en su opinión, que España no es una democracia (la prolongación del ejecutivo en el legislativo es patente), aunque pudiera parecerlo por la existencia de un régimen parlamentario y de libertades públicas.
Podría debatirse si no es exagerado negar que en España el
pueblo no está representado por los parlamentarios electos, pero es indudable
que sin separación de poderes no hay auténtica democracia, que es lo que ayer
sostuvo Díaz Ayuso con toda la razón. Resulta esencial que el poder judicial
sea independiente, y con él también es clave preservar la independencia del Tribunal
Constitucional. El acuerdo entre el PSOE y Junts de ayer es gravísimo por
muchas razones, pero quizá la principal sea la amenaza que representa a la
independencia del poder judicial. Por una parte, la ley de amnistía deja patente
que el parlamento puede consagrar la impunidad de algunos ciudadanos
sustrayéndolos a la acción de la justicia. Pero, si ello no era por sí mismo suficientemente
grave, la apertura a examinar si ha existido una utilización de la justicia con
intencionalidad política supone permitir que el legislativo fiscalice la
actuación de los jueces al margen de los tribunales: un ataque directo a la
independencia de los jueces y por ende a la democracia. Por eso les venía
advirtiendo de que se estaba gestando una dictadura parlamentaria. La
existencia de libertades públicas sólo representa una garantía para los
ciudadanos si hay jueces independientes y si es independiente el Tribunal
Constitucional.
El acuerdo entre el PSOE y Junts es, sin ningún género de
dudas, un ataque directo a la democracia como forma de gobierno y, al mismo
tiempo, una agresión a la nación española como proyecto de convivencia fundado
en la unidad e igualdad entre españoles y del que, quizá, nos podíamos sentir
orgullosos. ¿Qué orgullo podemos sentir si se admite que el independentismo ha
sido injustamente perseguido por sus ideas? ¿Qué nación puede sostenerse sobre
el privilegio de unas regiones frente a otras ahora que también Cataluña va a recaudar
sus tributos en la línea del cupo vasco? ¿Cómo España puede admitir que en las
decisiones sobre su organización política intervenga un “mediador”
internacional? La humillación a la nación y el ataque a la democracia que ha consumado
ayer el PSOE serán recordados. El tirano desea a toda costa asegurarse la investidura
para luego cambiar el registro y utilizar otro lenguaje, es decir, aspira a
devolverle el golpe a Puigdemont, a zafarse de lo firmado aguantando en el
poder como sea, ya saben “manual de resistencia”. Todo esto lo logrará durante
un tiempo, el que le permita la reacción ciudadana apoyada por la acción de las
instituciones con el Rey a la cabeza, si es consciente de la gravedad de lo que
está sucediendo y se anima a liderar la resistencia como cabeza de la nación.
jueves, 9 de noviembre de 2023
Este domingo hay que salir a la calle a protestar contra el tirano
Sigo pensando que Sánchez tenía la posición de fuerza en la negociación, pero para hacerla valer debes tener muy claras las líneas rojas. El afán desmedido de poder le ha hecho perderlas y los independentistas han sacado de él (es decir, de nosotros) lo que han querido. Verdaderamente asombroso lo que han conseguido, y todavía más que el PSOE no haya sido capaz de frenar esta infamia. Hoy leemos que se ha llegado a un acuerdo con Puigdemont. Se habrá retorcido el apaño para burlar la acción de la justicia como sea necesario. Una agresión descarada al Estado de Derecho protagonizada por el tirano. Pues no nos queda otra que dejar el cómodo sofá y salir a la calle a protestar. O eso, o resignarnos a convertirnos en súbditos del tirano y de los cuatro gatos que nos quieren imponer su voluntad desde Cataluña. Con toda serenidad, pacíficamente, pero con la máxima energía, ¡todos a las plazas de las capitales de provincia el próximo domingo 12 a las 12!
miércoles, 8 de noviembre de 2023
Sánchez siembra la semilla de la ira para luego aparecer como un "moderado"
La situación política es grave. Sánchez está jugando con fuego. Se dispone a pactar con los enemigos de España (por eso él también lo es) mientras advierte del peligro de la ultraderecha. La consecuencia de esos acuerdos cuyo contenido ya se empieza a conocer genera indignación entre los ciudadanos. Estos se manifiestan en la calle frente a las sedes del PSOE y entonces los ultras actúan violentamente, revientan la protesta pacífica, y hacen parecer que Sánchez tenía razón cuando advertía de su peligrosidad y se negaba a reunirse con Vox. Con ello justifica su intento de pactar con los independentistas. En su apoyo acuden los numerosos opinadores que dominan los medios de comunicación, lo cual hace aumentar la indignación, la emotividad, adentrándonos en una espiral cada vez más peligrosa. ¿Dónde y cuándo acabará esto? Difícil de saber cuando a Sánchez solo le mueve el egocentrismo narcisista, a los independentistas el odio a España, y esto provoca la visceralidad de los exaltados. De ahí la importancia de actuar con la máxima inteligencia sin perder por ello un ápice de firmeza. Ayuso ha acertado condenando enérgicamente la violencia. Ese es el camino. Es capital erradicar de la política esta emotividad desbordada y cuidar el lenguaje al máximo. De lo contrario me temo lo peor.
Las protestas contra Sánchez y el PSOE deben ser pacíficas
Las protestas contra el PSOE son totalmente legítimas, pero deben expresarse con corazón y con cabeza, nunca con una visceralidad que las convierta en violencia. Eso jamás, por muy indignado que se esté. Quizá el gobierno esté interesado en infiltrar a exaltados para presentar las manifestaciones como una muestra más del peligro que representa la ultraderecha y así reforzar su obstinación en lograr a toda costa un gobierno. Ante esta situación hay que actuar con inteligencia. Como ciudadano indignado con la conducta de Sánchez y el PSOE, voy a ejercer mis derechos fundamentales a la libre expresión y a la manifestación para protestar. He leído que este domingo 12 a las 12 el PP ha convocado manifestaciones en las capitales de provincia, y me parece que es una forma “segura” para protestar. Me apunto y animo a apuntarse.
martes, 7 de noviembre de 2023
¡Basta ya!
jueves, 2 de noviembre de 2023
El PSOE se apunta al "choque de legitimidades"
Si se toman la molestia de leer el acuerdo al que han
llegado el PSOE y ERC podrán comprobar que la Constitución no se menciona en
ninguna ocasión. Todo lo más, se utiliza una vez el término “constitucional” en
una frase que posteriormente transcribiré porque tiene enorme importancia para
mostrar la gravísima traición del PSOE a la Constitución. Ambas formaciones
están de acuerdo en que en Cataluña se vive un conflicto político que tiene su
causa más próxima en la sentencia del Tribunal Constitucional de 2010, que
declaró inconstitucionales algunos artículos del Estatuto de 2006. Y afirman:
“Esto llevó el debate a una situación de conflicto en el que convivían distintas legitimidades que operaron en direcciones opuestas: una legitimidad parlamentaria y popular con una voluntad manifiesta concretada en ese texto y una legitimidad institucional y constitucional, ambas imprescindibles en una democracia avanzada y en un Estado de Derecho”.
Como se observa, el PSOE acepta que existe una legitimidad “parlamentaria
y popular” que se ve constreñida por una legitimidad “institucional y
constitucional”. Se dice que ambas son imprescindibles en una democracia
avanzada, es decir, se admite la existencia de un choque de legitimidades, lo
cual es inaceptable. En nuestro Estado constitucional de Derecho la
Constitución es obra del constituyente, del titular de la soberanía, es decir,
del pueblo español. La legitimidad “parlamentaria” sólo es tal en la medida en
que los parlamentos actúan en el marco de la Constitución. Si no es así, tal
actuación es ilegítima.
El resto de acuerdos son absolutamente vergonzosos para un
partido supuestamente nacional (nadie lo puede creer ya), pero pueden maquillarse con interpretaciones que logren
encajar en la nunca mentada Constitución. Ahora bien, no hay forma de maquillar
este choque de legitimidades. Como ven, vamos a un terreno en el que se
pretende fortalecer al poder legislativo como representante de la voluntad
popular y garante de la democracia. Ese poder es capaz de sustraer al poder
judicial la posibilidad de juzgar conductas delictivas y se dispone a consagrar
la impunidad de los golpistas. Ahora ya no es necesario arremeter contra el
Tribunal Constitucional llamando a sus miembros “golpistas con toga”. La última
reforma ha dejado expedito el camino para que pasemos de la democracia
constitucional a la “dictadura” parlamentaria, y, si no se remedia, habrá que
disponerse a prescindir de las comillas. La situación era de máxima gravedad,
pero no había nada escrito. Una vez empezamos a contar con textos, nadie puede
llamarse a engaño.
sábado, 28 de octubre de 2023
El régimen del 78 está a punto de evidenciar su fracaso
Siempre había confiado en que la democracia constitucional que nos dimos en 1978 protegiera a España, no del mal gobierno, pero sí de aquellos que deliberadamente aspiran a destruir la unidad nacional, el fundamento político de la Constitución. Hoy vemos que un felón como Pedro Sánchez va a permitir la impunidad de un golpista como Puigdemont, prófugo de la justicia. Además, sin ningún pudor, con una desvergüenza propia de quién toma a los ciudadanos por imbéciles (no se lo podemos reprochar a la vista del resultado electoral), justifica la amnistía en nombre de España. Esto no solo es una humillación sino la prueba más evidente de que el régimen nacido en 1978 no ha servido para proteger a la nación. Si, como todo parece apuntar, el Tribunal Constitucional confirma que está al servicio de los propósitos de Sánchez y consagra la constitucionalidad de la impunidad (me da igual como la llamen), será el momento de plantearse qué reformas políticas son necesarias para proteger a la nación. En su día ya me referí a la del sistema electoral, pero quizá no sea suficiente o hayamos llegado tarde. Son veinte años de degradación política e institucional: Zapatero y Sánchez por acción, y Rajoy por omisión. ¡Qué día más triste para todos los que hemos defendido la Transición y la Constitución de 1978!
martes, 10 de octubre de 2023
Si anhelas la paz, defiende el derecho y la justicia
El ataque terrorista de Hamas que ha desencadenado la guerra con Israel es un paso más en la escalada de la humanidad hacia un escenario de barbarie que no sabemos dónde acabará. La raíz de casi todos los males del mundo radica en la soberbia, en el desmedido amor por nosotros mismos y por lo nuestro, unido al desprecio por el punto de vista de los demás. Pienso en naciones o grupos humanos cuya prioridad no es tanto vivir en paz satisfaciendo sus necesidades como recibir un reconocimiento internacional, aunque vivan en la miseria. Es pueril el comportamiento de todas aquellas regiones que disfrutando de una generosa autonomía que protege su cultura y tradiciones no se conforman con ello y son capaces hasta de llegar a una guerra por la independencia. ¿Realmente les importa tanto conseguir ese reconocimiento internacional? Pues sí. Así me lo confesó un profesor independentista catalán al que conocí en cierta ocasión, y lo justificó diciendo que era algo sentimental, pero que esos sentimientos eran muy importantes. No, no lo son. La vanidad que conduce a la soberbia no debe ser satisfecha. El nacionalismo que no funda su reivindicación en auténticas injusticias es como un niño caprichoso cuya mala educación no augura nada bueno en el futuro.
Es verdad que muchos pueblos oprimidos creen que la solución
a sus males pasa por constituirse en un Estado soberano que les ayude a
consolidar su posición en el mundo, a defenderse de los enemigos y a satisfacer
las necesidades de sus ciudadanos. En estas amenazas veía Carl Schmidt la raíz
de la política. Quizá los judíos representen el ejemplo paradigmático. Una vez
finalizada la Segunda Guerra Mundial, creyeron necesario tener su propio Estado
como forma de ocupar un lugar en el mundo y de defenderse del antisemitismo que
les amenaza secularmente. Y es comprensible su planteamiento, y el de otros pueblos
oprimidos o injustamente invadidos, como sucede con Ucrania. Es justa su lucha, porque se trata de defenderse de una agresión. Pero un mundo que se organice sobre la base de exaltar el "nosotros" difícilmente alcanzará una paz duradera. La dicotomía nosotros/ellos da lugar a la vanidad, al sentimiento de agravio que conduce al conflicto y a la guerra.
La raíz de la paz que anhela el mundo debe venir por el
camino del derecho y de la justicia. Las relaciones humanas deben partir del
reconocimiento y la protección de los bienes humanos en los que se fundamenta
una convivencia justa, y del respeto a las normas provenientes del poder
legítimo que sirven para ajustar debidamente los comportamientos. También las
relaciones internacionales deben basarse en estos principios, pues de lo
contrario nos movemos en el ámbito de la fuerza. La única forma de asentar la
paz es protegiendo los derechos humanos y el respeto a la ley. Con todos sus
defectos, es admirable observar el proceso de consolidación de la Unión
Europea, que se define como una comunidad política de derecho. Los Estados
europeos desean incorporarse a esta comunidad de derecho en la que, siendo
importante la identidad de cada nación y sus intereses, se otorga especial
importancia al respeto a los principios jurídicos en los que se basan las
relaciones entre los Estados miembros. La Unión Europea progresará en la medida
en que se afiance el respeto a los derechos fundamentales y se garantice el
respeto a unas normas que sean el resultado de una preocupación solidaria por
los intereses de todos los Estados.
La defensa del derecho y de la justicia debe ser la prioridad de todos los que deseamos la paz. Por eso me preocupa tanto que se admita la posibilidad de lesionar o restringir los derechos fundamentales como núcleo del bien común, y la falta de respeto a la ley como expresión máxima de la igualdad entre los ciudadanos. Y sí, voy a volver sobre lo mismo, cuando los intereses del poder son los que priman frente al derecho, no sólo estamos quebrando las bases del régimen constitucional, sino que dejamos que la dinámica de la fuerza marque la pauta de la convivencia con evidente riesgo de conflictos a los que el derecho sea incapaz de dar respuesta. Ver el derecho como una simple manifestación de la política, como tantas veces sucede, destruye los puentes que conducen a la convivencia. La norma, lejos de ajustar las conductas, se convierte en simple instrumento de opresión del poderoso. Si deseamos acabar con la guerra luchemos con inteligencia por el derecho y la justicia desterrando la soberbia y la vanidad. Para ello, como suele suceder, el mejor camino es empezar por lo más próximo, nuestra comunidad política, España. Así que no hay mejor manera de trabajar por la paz que impedir que Sánchez destroce nuestro Estado constitucional de Derecho consagrando la impunidad de los golpistas y la desigualdad, porque cuando triunfa el derecho triunfa la humanidad entera, como supo ver con singular clarividencia Sergio Cotta al destacar el universalismo del derecho frente al particularismo de la política.
lunes, 9 de octubre de 2023
Condena al terrorismo de Hamás
El ataque y asesinato de ciudadanos israelíes cometido por la organización terrorista Hamás es un acto de barbarie que merece la condena más enérgica. La guerra que han comenzado los integristas traerá mucho dolor a su pueblo, no solo a Israel, y las consecuencias son impredecibles, dada la implicación de Irán. Sin duda la migración masiva de judíos a Palestina -comprensible por el genocidio que padecieron- y la creación del Estado de Israel ha sido injusta para los palestinos, que fueron privados de sus tierras y de tener su propio Estado, pero el terrorismo es injustificable. Difícil solución si ambos quieren lo mismo y ninguno está dispuesto a ceder. En estos casos es fundamental contar con líderes sensatos que sepan dar prioridad a lo importante y no dejarse llevar por el orgullo herido. Pienso en los tibetanos y en el liderazgo del Dalai Lama. Las injusticias padecidas por el pueblo tibetano probablemente no sean menores que las de los palestinos. Sin embargo, los tibetanos han resistido pacíficamente frente al gigante chino, y aceptarían de buen grado una autonomía que les permitiera vivir conforme a sus tradiciones dentro de China. Los tibetanos estarían encantados de disfrutar de la autonomía del País Vasco o de Cataluña. ¿No sería factible un compromiso de paz de israelíes y palestinos como paso previo a una amplia autonomía de Palestina en el Estado de Israel? Ahora mismo es inviable y lo más importante es garantizar que se frena la agresión terrorista. Pero la respuesta de Israel debe ser proporcionada. A partir de ahí, solo un compromiso por la convivencia desde el respeto puede conducir a una solución.
En esto consiste la "dictadura" parlamentaria
La esencia de la democracia constitucional radica en la división de poderes y en su eficaz limitación -en especial la del legislativo- cuando lesionan o restringen los derechos fundamentales. Esa garantía última la ejerce el Tribunal Constitucional. Pues bien, en contra de la imagen burda que identifica la democracia exclusivamente con el ejercicio del derecho al voto, de poco sirve votar cuando la mitad más uno de los representantes de los ciudadanos deciden de acuerdo a sus intereses particulares (y no encuentran frenos) y no con miras al bien común. Y mucho menos cuando el interés que prima es el de una única persona o el de unas pocas. Es verdad, los españoles votamos y pudimos haber elegido unos representantes que respetaran el régimen constitucional, pero a los ciudadanos se les hizo votar en pleno verano, se les ocultó la amnistía o impunidad de los golpistas, y una gran parte de la población no llega a fin de mes sin la ayuda del Estado, lo cual hace que voten con temor a todo lo que amenace esos ingresos de los que dependen. Si a eso añadimos la ayuda demoscópica del calvo Michavila (a saber dónde se esconde), el resultado es que ahí tenemos a Sánchez camino de ser investido y de sumar tiempo en el poder, que es lo único que le importa además de presumir de España ejerciendo como anfitrión. En cualquier caso, esa explicación no justifica el triunfo de Sánchez, que se ha debido a la miseria moral -como ya dije en su día- de muchos ciudadanos a los que España y la democracia constitucional les importa un pimiento. Por eso hemos llegado a este punto. Sánchez y Díaz creen que sumar la mitad más uno de los diputados les da derecho a todo. Eso es la "dictadura" de la mayoría parlamentaria, ni más ni menos, y ya no se puede confiar en que el Tribunal Constitucional lo remedie.
viernes, 6 de octubre de 2023
"El repostero de Berlín"
En Amazon Prime pueden encontrar una película especial, “El repostero de Berlín”. Si buscan emoción y entretenimiento a base de acción, lo típico del cine comercial, ni se molesten. En cambio, si les interesa el alma humana y tienen sensibilidad por los gestos, los silencios y la música, no dejen de verla. Absolutamente conmovedora, fascinante. Si alguna vez me planteara escribir y dirigir una película, se parecería a esta manera de hacer cine. El director se toma su tiempo para filmar las situaciones, los gestos, los silencios… El personaje principal, magistralmente interpretado por Tim Kalkhof, es un joven huérfano, solitario, cuya vida se nos presenta como un enigma. No sabemos demasiado de él, pero el director nos deja verlo vivir, simplemente eso tiene una fuerza extraordinaria y llama profundamente la atención. Cuando el cine sabe reflejar la vida y no es impostura se convierte en arte. Sin duda también es interesante la historia, que refleja que el amor puede elevarse por encima de la orientación sexual, y la ambientación de la vida de un alemán en Jerusalén. A ello hay que añadir la excepcional música de piano compuesta por Dominique Charpentier. Atrévanse, pero sin prisas. Es una película a la que debe prestársele mucha atención e imprescindible verla en versión original porque se habla alemán, hebreo e inglés.
lunes, 2 de octubre de 2023
Lo saben todo de todos
Las noticias de la última semana relacionadas con niños son muy preocupantes. Agresiones brutales, peleas grabadas con el móvil sin que nadie intervenga o violaciones grupales son sólo algunos ejemplos de lo que está sucediendo. Si observan a los niños y adolescentes que salen de un colegio o instituto se darán cuenta de que un porcentaje muy alto caminan mirando el móvil, que se ha convertido en una prolongación de su cuerpo. El análisis es innecesario: todos sabemos que la tecnología está arruinando la educación. Los perjuicios son inmensamente mayores que los posibles beneficios. Los niños están teniendo acceso a internet y allí encuentran sin dificultad unos modelos perniciosos que a muchos de ellos terminan por trastornarles. Lo del porno violento me tiene absolutamente desconcertado. Se ve que hay páginas con violaciones grupales que luego algunos ponen en práctica en la vida real, tal y como demuestra el aumento de los delitos sexuales. ¿Qué están haciendo los responsables políticos para combatir esta situación? He aquí el problema fundamental sobre el que debemos reflexionar.
Con relación a la protección de la mujer y a la lucha contra
los comportamientos machistas la realidad muestra que las sanciones penales son
insuficientes. El verdadero problema está en internet. ¿Por qué no se actúa eficazmente
tanto en lo que allí se encuentra como en la capacidad para acceder a determinadas páginas? Imagino
que porque hay gente que se está forrando con nuestros hijos y que van a hacer
lo posible para frenar cualquier iniciativa que les impida seguir ganando
dinero. ¿Cómo pueden impedirlo? Todos somos conscientes de la información que
hemos proporcionado sobre nosotros mismos en aplicaciones que funcionan a
través de internet: fotos, videos, conversaciones, etc. ¿Creen ustedes que todo
eso que borraron no ha dejado rastro? Estoy convencido que hay quien tiene información
para hundir a cualquier persona. Recuerden el vídeo de Cristina Cifuentes hurtando
cremas, o la foto de Feijóo con Marcial Dorado, o conversaciones de Whatsapp de
todo tipo. No hay nadie a salvo, absolutamente nadie. Esto es terrible por razones
evidentes, pero es descorazonador cuando pensamos en los asuntos públicos. Cualquier
persona que decida embarcarse en la política sabe que puede ser machacado
directamente o a través de sus familiares. Así es imposible ser libre para exponer
tus ideas y defenderlas argumentalmente. Ningún político va a ser capaz de enfrentarse a estos gigantes. La democracia irremisiblemente lleva
camino de convertirse en un simulacro en manos de los que manejan los hilos,
que a saber quiénes son. Al ciudadano que se da cuenta de esto solo le queda
explorar caminos de resistencia inteligente.
jueves, 14 de septiembre de 2023
Los golpistas y sus cómplices quieren silenciar a Aznar
El clima previo a la Guerra Civil del 36 era de un brutal enfrentamiento verbal que contribuyó decisivamente a la violencia física que precedió al levantamiento militar de Franco. Por ello me preocupa enormemente la deriva de la izquierda: no es admisible la mentira descarada y la falta de respeto a la libre expresión de ideas y opiniones que demuestra el Gobierno. Aznar tiene todo el derecho a reclamar la movilización de la sociedad civil contra la amnistía por vías democráticas. Eso es exactamente lo que dijo. Que la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, tergiverse esas palabras y las califique de “golpistas” o “antidemocráticas” es una perversión indecente, especialmente cuando el PSOE y Sumar buscan un pacto con partidos cuyos líderes han sido condenados por sedición, es decir, con auténticos golpistas. Hay que reaccionar contra esta felonía de la amnistía con todas las vías de protesta democrática que uno tenga a su alcance.
martes, 5 de septiembre de 2023
La amnistía marcó el comienzo y puede que marque el fin de nuestra democracia
Es un paradoja que nuestra democracia comenzara su andadura con una ley de amnistía que reconocía la injusticia de algunas conductas consideradas delictivas en el régimen de Franco, y que pueda acabar si el Tribunal Constitucional es capaz de declarar que una ley de amnistía no es contraria a la Constitución. Si el máximo garante de la Constitución admite que el poder legislativo puede decretar una impunidad que excede de sus competencias, consagrará el secuestro de la soberanía que corresponde al pueblo español, y la corrupción del régimen habrá llegado a tal nivel de degradación que el Estado se convertirá en una amenaza para los ciudadanos. La gente no es consciente de lo que está en juego. Que Yolanda Díaz sea capaz de reunirse con Puigdemont para negociar la investidura nos da la pista de que están valorando la posibilidad de una amnistía, aunque eso signifique destrozar nuestro Estado de Derecho, nuestra democracia. La izquierda está actuando de una forma absolutamente irresponsable, como ya se sabía que iba a hacer. No hay ningún jurista serio en España que pueda avalar la constitucionalidad de la amnistía o de la autodeterminación. Sólo Puigdemont y los suyos pueden afirmar que ambas tienen cabida en ella. Si los golpistas y los traidores tienen éxito una de las consecuencias inevitables será el absoluto descrédito del Estado de Derecho. Los ciudadanos van a pensar que el Derecho es lo que ordena el que manda y punto. Lo mismo que le decía Trasímaco a Sócrates en “La República”.
Los votantes de Sánchez
El que desee saber por qué Sánchez puede ser investido Presidente del Gobierno lo tiene muy fácil. Nos parece incomprensible que alguien que ha mentido descaradamente y que humilla a la nación y está dispuesto a lo que sea necesario para seguir en el poder reciba siete millones de votos. En lugar de sorprendernos, indaguemos, investiguemos. Les aconsejo que consulten el mapa que informa de los resultados electorales en cada barrio. Si conocen las características socioeconómicas de los barrios de su pueblo o ciudad verán quiénes han votado al PSOE mayoritariamente. Por ejemplo, en Alicante el PSOE arrasa en el barrio Juan XXIII, Virgen del Remedio, Divina Pastora o Los Ángeles. En Elche, Carrús, Palmerales o San Antón son suyos. Quienes allí viven, entre otras cosas, son personas que disfrutan con la selección española en el bar y que no quieren saber nada de hablar otra lengua que no sea el español. Sin embargo, no parece importarles que Sánchez esté dispuesto a cargarse la nación para seguir en el poder. No, lo que verdaderamente les importa es recibir la prestación que piensan que tienen más segura con la izquierda que con el PP. Si se creen que lo de Cataluña va a salir gratis están muy equivocados. Pero nada de eso les importa.
domingo, 30 de julio de 2023
Sánchez tiene la posición de fuerza, no Puigdemont ni ERC
Conviene realizar un análisis táctico de la situación que ha abierto la pérdida de un escaño en Madrid por parte del PSOE en favor del PP. Como es sabido, ese escaño obliga a que Pedro Sánchez cuente con el voto favorable de Junts (y de Sumar, ERC, Bildu, PNV y BNG, no lo olvidemos) para lograr la investidura. La interpretación que se está haciendo de esta circunstancia es que el “precio” que pondrá Puigdemont será más alto todavía. Esta situación hace que muchos ciudadanos vean peligrar la unidad de la nación y se indignen ante la posición clave que ocupan los partidos independentistas y, en particular, Junts. No es mi intención tranquilizarles, porque la situación es inquietante, pero un análisis frío conduce a una conclusión bastante distinta: Sánchez tiene una posición negociadora más sólida que la de los independentistas.
La alternativa que se puede descartar con total seguridad es
la investidura de Feijóo. No tiene ninguna posibilidad de sumar los 176
escaños. Esa es la gran baza de Sánchez. O gobierna él, o se repiten las
elecciones. Lejos de lo que se piensa, Sánchez no tiene por qué ceder nada importante
a los independentistas: si Junts le vota, el horizonte penal de Puigdemont sin
duda mejorará, pero la posición de fuerza es, sobre todo, la de Sánchez, no la
de Puigdemont. Si se repiten elecciones pueden pasar dos cosas y ninguna
conviene a Junts: que el PP logre el gobierno o que lo consiga Sánchez y no les
necesite. Por consiguiente, el mensaje de Sánchez a Puigdemont y también a ERC
es “vosotros veréis”. Y he aquí el gran dilema del independentismo: si Puigdemont
y ERC apoyan a Sánchez sin un compromiso claro en favor de la autodeterminación,
la decepción del independentismo será muy importante y seguirá perdiendo
apoyos. Esto lo sabe ERC, que probablemente decida bloquear la investidura para
mostrar una posición de fuerza que le haga volver a recuperar el liderazgo en
el independentismo. De lo contrario, si ambas formaciones apoyan a Sánchez sin
compromisos claros a favor de la autodeterminación, puede suceder que Sánchez
acabe con el independentismo sin haber hecho más concesiones que las de
carácter penal, porque en las próximas elecciones autonómicas gobernaría el PSC.
Una vez bloqueado Feijóo, Sánchez puede exhibir una posición
de fuerza con el independentismo que, en caso de repetición electoral, le puede
favorecer claramente. A quien no le conviene bajo ningún concepto una nueva
convocatoria es a Yolanda Díaz. Ya se puede ver que Sumar es una jaula de
grillos en la que Podemos va por libre. El voto útil de la izquierda, como ya
se ha visto en estas elecciones, es el PSOE. Por eso Pablo Iglesias tiene razón
al criticar el resultado de Yolanda Díaz. Lo más normal es que el bloqueo nos
lleve a nuevas elecciones, porque es complicado que tanto ERC como Junts voten a
Sánchez sabiendo que su electorado les está castigando. Ahora bien, la
investidura de Sánchez, pese a ser factible, daría paso a una España
ingobernable: sacar adelante cualquier ley y mucho más los presupuestos sería casi imposible. Además, el PP domina el Senado y las principales
comunidades autónomas. Lo más probable es que Sánchez prepare el terreno
para una nueva cita electoral. En todo caso, este análisis táctico no hace si
no poner de relieve la necesidad de abordar la raíz política y moral del
problema, tal como destacaba en las últimas entradas.
P.D. Para mí es incomprensible que el PNV, a la vista de
esta situación, no reconsidere su negativa a Feijóo. Y no lo hará.
jueves, 27 de julio de 2023
La degradación moral de la sociedad española
Siguiendo con la necesidad de examinar la raíz de lo acontecido el pasado domingo, el resultado electoral refleja, además de problemas políticos e institucionales, la miseria moral de buena parte de la sociedad española. Sin duda, si hubiera ganado el PP y pudiera gobernar con el apoyo de Vox, los partidarios de los partidos de izquierda realizarían la misma afirmación. Es más, Yolanda Díaz ha reiterado que había que votarles para evitar que gobernara la “barbarie”. Todos debemos respetar el resultado de las urnas, pero lo mismo que Yolanda Díaz opina que quienes votan a los partidos de derechas apoyan políticas “bárbaras”, un servidor está convencido de que el resultado del domingo refleja, como les decía, una importante degradación moral.
Siguiendo el guión previsto, Sánchez embarró la campaña
intentando presentar a Feijóo como un mentiroso, y la verdad es que el gallego
le facilitó el trabajo afirmando reiteradamente que el PP siempre revalorizó
las pensiones conforme al IPC, lo cual no es verdad. Torpeza descomunal, y me
quedo corto. En cualquier caso, nada es comparable a la mentira descarada que
ha sostenido toda la trayectoria de Sánchez en el gobierno. El periodista
Carlos Alsina se lo dijo con toda claridad: “¿Por qué nos ha mentido tanto,
presidente?”. Sánchez, como el que no ha roto un plato, osó preguntarle en qué había
mentido, y Alsina empezó a citarle ejemplos palmarios que deberían haber hecho
que se le cayera la cara de vergüenza. Lo pretendió maquillar con que se
trataba de “cambios de posición política”, pero son tan reiterados que es
imposible admitir dicha posibilidad. También se presentó a Vox como un partido que no condena la violencia machista, lo cual no es verdad, por mucho que se repita. Vox condena la violencia contra la mujer, pero no transige con la ideología de género. De todas formas, sus gestos infantiles y torpes no le ayudan en absoluto.
Los votantes socialistas han convalidado con su voto las
mentiras de Sánchez y de esta forma le han dejado las manos libres para pactar
con los independentistas retorciendo el texto constitucional hasta donde
permita Conde Pumpido. Ninguna reforma política es capaz de remediar la
tolerancia de los ciudadanos con la mentira y el engaño descarado de un gobernante
como Sánchez. Es lógico indignarse ante las trampas y añagazas de quienes juegan
con lo que es de todos, pero así son las cosas. Los españoles pudimos echar a
Sánchez y no lo hemos hecho. Lo único que se puede hacer es utilizar la
libertad de expresión para criticar lo que está sucediendo y, cuando lleguen
las siguientes elecciones, volver a votar. Todos aquellos que dieron prioridad
a sus vacaciones en lugar de ir a votar deberán rendir cuentas ante su
conciencia. Y creo que son bastantes.
miércoles, 26 de julio de 2023
El resultado de las elecciones evidencia la necesidad de reformar el sistema electoral
Si las encuestas no se hubieran equivocado, en este
momento estaríamos ilusionados con la posibilidad de que Feijóo conformara un
gobierno que revirtiera todos los desmanes cometidos por Sánchez y sus aliados.
Muy probablemente hubiéramos mirado hacia otro lado y seguiríamos ignorando el
grave problema que aqueja a nuestra democracia: el actual sistema electoral no es capaz de evitar que la estabilidad política esté en manos de partidos
independentistas que sólo desean erosionar el Estado para alcanzar sus
objetivos. Ante esta situación, todo depende de la responsabilidad, el
patriotismo y el sentido de Estado de los líderes políticos. Demasiado
arriesgado: la capacidad y la moralidad de los políticos es muy importante para
que la democracia funcione adecuadamente, pero el engranaje institucional debe
ayudar a blindarnos frente a políticos como Pedro Sánchez, capaces de todo para
seguir en el poder. Como no hay mal que por bien no venga, debemos dejar a un
lado la decepción por el resultado electoral y examinar la situación con
realismo y radicalidad, es decir, yendo a la raíz del problema. Apunto esto
porque parece que en el PP están debatiendo si la estrategia de la campaña fue
correcta o no. Algunos piensan que desmarcándose de Vox se contribuyó a su “demonización”
y por ese camino se movilizó al votante de izquierda. Otros, por su parte,
creen que no había que haber ofrecido ningún pacto al PSOE y que todo hubiera
ido mucho mejor para el PP si se hubiera seguido el camino de Mazón en la
Comunidad Valenciana. Todo este debate puede tener cierto interés desde la perspectiva
de la lucha partidista, pero me interesa relativamente poco a la vista de que
la investidura de Sánchez depende de Bildu, ERC y Junts, y la de Feijóo del PNV,
algo absolutamente inaceptable que requiere ser examinado con detenimiento y
volver sobre temas que el lector de este blog sabe que me preocupan desde hace
mucho tiempo.
No puedo evitar volver a recordar lo que sucedió el 20
de noviembre de 2011, una de las fechas más importantes de la historia reciente
de España. Tras una segunda legislatura de Zapatero plagada de mentiras sobre
la situación económica de España, que condujeron en 2010 a congelar las
pensiones (lo que negó Sánchez a Feijóo en el debate) y a bajar el sueldo de
los empleados públicos, entre otros muchos recortes, los ciudadanos castigaron
severamente al PSOE en las urnas. La crisis económica situaba a España al borde
de la catástrofe y los ciudadanos confiaron mayoritariamente en el PP de
Mariano Rajoy. Pero me gustaría recordar hasta qué punto llegó este apoyo,
porque creo que no se es consciente de la importancia de lo que sucedió ese
día. Con una participación del 68,94%, es decir, casi cinco puntos más baja que
en 2008, el PP obtuvo nada menos que 10.866.566 millones de votos, el 44,63%.
Podría pensarse que este partido recibió muchos votos socialistas y
probablemente fuera así, pero hubo otro partido socialdemócrata, UPyD, que
recibió 1.143.225 millones de votos, el 4,70%, y obtuvo 5
diputados, que le permitían tener grupo parlamentario propio. El PP y UPyD sumaron más de doce
millones de votos y representaban casi el 50% de los votos emitidos. Era el
momento idóneo para abordar las grandes transformaciones que necesitaba el
sistema político español, incluyendo reformas constitucionales. El programa
electoral con el que UPyD concurrió a dichas elecciones (https://e00-elmundo.uecdn.es/elecciones/elecciones-generales/2011/programas/pdf/upyd.pdf)
tenía como primer punto la reforma de la ley electoral y como segundo la
reforma de la Constitución y del Estado, justo lo que ahora vemos que se tenía
que haber puesto en marcha.
Rajoy no hizo nada para evitar que la gobernabilidad de España dependiera de los partidos que
buscan la destrucción del Estado. Para él lo único importante era la economía, hacer frente a la crisis de deuda soberana que comprometía
nuestra viabilidad. Pero ese no era el único problema, al margen de que las
reformas imprescindibles de la Administración y del modelo de Estado podían haber ayudado a sanear las finanzas españolas. La inacción política de Rajoy llegó a
tal extremo que, pese a tener semejante apoyo popular, fue incapaz de impedir la
consulta soberanista que puso en marcha Artur Mas en noviembre de 2014. Un año
más tarde, en las elecciones generales de 2015, el PP pasaba a tener 123
escaños, UPyD daba paso a Ciudadanos, que con Rivera al frente alcanzaba los 40
diputados, y entraba en la escena política Podemos. Empezaba una nueva etapa en
la que el gran problema del chantaje de los partidos independentistas quedaba
pendiente de resolver. La presencia de dos nuevos partidos minoritarios de
ámbito nacional podía hacer pensar que el problema del sistema electoral no era
tal, pero el tiempo ha demostrado que la reforma era absolutamente necesaria.
La propuesta de UPyD consistía en aumentar el número
de diputados y que 200 de ellos se eligieran en una circunscripción única para
toda España. Además, proponían listas abiertas y una reforma de la Constitución
para suprimir posteriormente la circunscripción provincial para sustituirla por
la de las Comunidades Autónomas. Con todo ello se buscaba evitar la desproporción
entre el número de votos que unos partidos y otros necesitaban para alcanzar
representación parlamentaria. Me parece que era una propuesta excesivamente
compleja porque entrañaba una innecesaria reforma constitucional.
El Congreso de los Diputados debe ser una cámara a la
que accedan partidos que acrediten una implantación nacional. No hace falta
cambiar la democracia parlamentaria y sustituirla por un sistema
presidencialista como el de Francia. Es más, tampoco es necesario acabar con la
circunscripción provincial y sustituirla por una circunscripción única que
requeriría la reforma de la Constitución, tal como en parte proponía UPyD. La
ley electoral debería establecer una serie de requisitos para poder acceder al
Congreso de los Diputados cuya justificación sea razonable. En las elecciones
autonómicas algunas comunidades autónomas exigen alcanzar un 5% del total de
votos emitidos para poder tener representación parlamentaria. Esto responde a evitar
la excesiva fragmentación del parlamento y favorecer así la estabilidad
política. Se podría incorporar la misma barrera a la ley electoral nacional apelando
a la misma justificación. Pero, junto a esta, yo incluiría otra barrera que
considero plenamente justificada: cualquier formación que desee acceder al
Congreso de los Diputados debería obtener representación parlamentaria en
provincias -no se altera la circunscripción prevista en la Constitución- de seis
o siete comunidades autónomas diferentes. Con ello se garantiza que la
formación en cuestión acredite la suficiente implantación nacional. Un partido o
coalición que carezca de implantación nacional puede buscar directamente el
interés particular en lugar del general, y eso debe combatirse, aunque sea a
costa de dificultar la puesta en marcha de nuevos proyectos políticos que difícilmente
pueden lograr semejante representación en el comienzo de su andadura. En todo
caso, lo más importante es no aparcar este debate por más tiempo. Quizá esta
sea la única ventaja de este resultado electoral. Estas barreras que deberían
introducirse en la ley electoral no son una garantía absoluta, pero hay que
hacer frente al problema con toda claridad. Sin duda los partidos
independentistas protestarían y responderían en la calle, pero su lugar no es
el Congreso de los Diputados, sino una cámara de representación territorial,
papel que debería desempeñar el Senado y que sí exigiría una reforma constitucional.
lunes, 24 de julio de 2023
Probablemente haya que volver a las urnas
Nos equivocamos todos aquellos que dimos por enterrado a Sánchez. Lamentablemente, hasta tiene posibilidades de volver a ser investido, aunque es muy difícil. La razón principal por la que la suma de PP y Vox no alcanzan la mayoría absoluta es la movilización de la izquierda para frenar a Vox. El votante socialista ha preferido votar al PSOE y no al PP, pese a que eso suponga que la gobernabilidad dependa de partidos nacionalistas e independentistas. Incomprensible, pero al votante de izquierda eso no parece que le preocupe tanto como que Vox llegue al gobierno.
Con una nula ausencia de clase y una soberbia desmedida,
Sánchez ha comparecido como ganador y no ha felicitado al partido más votado.
Es posible que el Rey lo presente a la investidura si constata que cuenta con los
votos del PSOE y de Sumar, aunque Feijóo haya obtenido más votos y escaños. La
investidura de Sánchez depende de Junts, es decir, de Puigdemont. Contando con
el apoyo de Bildu, ERC, PNV y BNG, si Junts no se abstiene, Sánchez no puede
ser presidente, y no creo que se abstenga. Por tanto, si Sánchez no puede
alcanzar los votos necesarios, la pregunta es si Feijóo puede sumar los
suficientes apoyos para lograr la investidura. Y solo existe una posibilidad si
no se desea una repetición electoral: que el PNV vote a favor de la investidura
de Feijóo junto con Vox, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro.
Verdaderamente complicadísimo, porque Vox exigiría entrar en el gobierno y eso
no lo podría admitir el PNV. En definitiva, todo depende de la abstención de
Puigdemont. Parece que iremos a un bloqueo, porque Sánchez no va a
permitir que gobierne Feijóo. Volvemos al no es no y qué parte del “no” no
entiende. Ante este escenario, el PP deberá replantearse la estrategia
electoral que debe seguir con relación a Vox. Supongo que muchos se darán
cuenta ahora de lo malo que ha sido que Ciudadanos fuera sustituido por Vox.
Toda una tragedia para España.
domingo, 23 de julio de 2023
¡Qué escándalo poner las elecciones el 23 de julio!
Desde buena mañana, en la playa de San Juan hay una circulación densísima de vehículos. Muy probablemente son veraneantes que regresan -o eso intentan- a su domicilio para votar. La fecha elegida por Sánchez para celebrar elecciones generales era una vergüenza absoluta. Estos atascos lo confirman. Sólo por esto merecería ser castigado en las urnas. Y lo será. El colegio en el que mi mujer y yo acabamos de votar estaba abarrotado. Hoy debe caer Sánchez, pero el resultado debe ser aplastante para que acabe su carrera política.
jueves, 20 de julio de 2023
En la recta final de la campaña electoral
No me gustó la actuación de Abascal en el debate de ayer. El resbalón diciendo que Bildu votó a favor de la reforma laboral fue inaceptable, así como casi toda su actuación en el primer bloque de economía. Luego se entonó y replicó bien a Yolanda Díaz, que fue quien más se lanzó a criticar la posición de Vox. En la defensa de las mujeres estuvo mucho más convincente Abascal, porque al gobierno le pesan como una losa las excarcelaciones y las rebajas de pena de delincuentes sexuales. Sin embargo, con la ley trans le faltó rematar. Planteó a Díaz y a Sánchez la pregunta que las feministas le hacen a Irene Montero: “¿Qué es para ustedes una mujer?”. No respondieron y Yolanda Díaz le devolvió a su vez la pregunta. Incomprensiblemente, Abascal calló. Todavía no entiendo por qué guardó silencio y dijo eso de “tablas”. ¡Cómo que tablas! ¿Acaso no tienes respuesta, Santiago? Es muy sencillo: una mujer es aquel individuo de la especie humana que tiene los órganos sexuales femeninos. Por eso, una mujer trans es aquella que pone en marcha un proceso quirúrgico y farmacológico para, siendo un varón, transformarse en una mujer. Por mucho que un varón se disfrace de mujer o se sienta mujer, sigue siendo un hombre. ¿Era tan difícil decir eso y criticar el disparate de la autodeterminación de género? Pues maricomplejines Abascal no se atrevió. Esos dos errores son muy graves.
El debate de ayer sin duda era una trampa para Feijóo: la televisión pública es progubernamental, y se pretendía presentar al PP y a Vox como aliados frente al tándem del gobierno. A pesar de ello, creo que
debía haber acudido. Desde el punto de vista de la intención de voto, el debate
de ayer fue bueno para el PP. Después de la actuación de Abascal, puede seguir
recibiendo votos de Vox, aunque creo que este partido tiene un electorado muy fiel. En cuanto
a la izquierda, en contra de lo que se opina, Díaz se mimetizó excesivamente
con Sánchez. Era evidente que Sánchez quería mostrar esa sintonía para seguir
sumando votantes de Sumar, de ahí que se refiriera a ella como Yolanda o la
Vicepresidenta. Si se trata de votar a la izquierda, ¿por qué votar a Sumar y
no a él? Probablemente, el resultado de Sumar será muy discreto y, si mejora,
será captando votos del PSOE.
Lo más probable es que este debate no cambie demasiado las
cosas, a diferencia de la importancia que tuvo el cara a cara entre Sánchez y Feijóo,
absolutamente determinante para reflejar la personalidad de ambos. La izquierda,
desesperada, ha llegado al punto de sacar a pasear la foto de Feijóo con
Marcial Dorado de hace casi treinta años, una vergüenza. Si tuvo alguna
relación, su trayectoria posterior deja bien claro que Feijóo no es ningún
delincuente, así que basta ya de juego sucio. Esperemos que el domingo todos
los españoles acudan a las urnas y Sánchez pase a la historia por el bien de
España.
martes, 11 de julio de 2023
Feijóo gana el debate a un Sánchez nervioso y faltón
Feijóo ganó claramente el debate. Sánchez, desencajado, perdió los nervios: interrumpía constantemente a Feijóo, se reía nerviosamente a destiempo y su lenguaje corporal y verbal traslucían una manifiesta incomodidad. Daba la impresión de que Feijóo era el presidente y Sánchez un bisoño candidato que lanzaba golpes al aire. Su insistencia en hablar de Abascal y Feijóo como socios era una absoluta ridiculez viniendo de alguien que es capaz de pactar con cualquiera para alcanzar el poder y seguir en él. Feijóo ha roto esa estrategia con una propuesta cristalina que noqueaba a Sánchez: “yo me comprometo ante todos los españoles a abstenerme y dejarle gobernar si usted gana las elecciones; ¿puede usted decir lo mismo?”. Si la preocupación por Vox fuera real, Sánchez debería haber recogido el guante, pero sólo le importa seguir en el poder. No hay más. Sánchez, un demagogo faltón y embustero, va a ser mandado a su casa y confío en que se abra una etapa positiva para España.
miércoles, 5 de julio de 2023
Atención a la situación de Francia
Los acontecimientos que se están viviendo en Francia merecen ser estudiados con suma atención porque sus consecuencias pueden afectar a toda la Unión Europea. Con la cautela que exige opinar sobre una sociedad ajena, mi impresión es que en Francia se puede comprobar que el logro de una convivencia pacífica es un objetivo muy complicado si esta no se asienta en unos valores compartidos. No creo que se trate de un problema de marginación y justicia social cuando Francia es uno de los Estados con más ayudas sociales. Mi impresión es que el laicismo francés choca frontalmente con el modo de vivir de un elevado número de franceses de origen musulmán. Se trata de un choque cultural que se veía venir y que no ha hecho más que comenzar no sólo en Francia, sino en otros países europeos con un elevado número de inmigrantes musulmanes. Ante esta situación, es natural que se produzca una reacción de temor a la inmigración que eleve la intención de voto del Frente Nacional, que solo es frenado por el sistema electoral francés.
Se dice que el populismo ofrece soluciones fáciles a problemas
complejos, es decir, simplifica la realidad para ofrecer aquello que la gente
desea imperiosamente. Como hay un problema para integrar a los inmigrantes
musulmanes, la solución simplista pasa por frenar de inmediato su llegada y, a partir de ahí, afrontar el problema. Pero, al
margen de otras consideraciones, no solo Francia, sino otros países europeos necesitan
la llegada de inmigrantes, singularmente Alemania, pero también nosotros. En
España la situación es diferente porque los países hermanos de Hispanoamérica
nos están nutriendo de nuevos españoles cuya integración es más sencilla que la
de los musulmanes. Sólo en Cataluña la situación se empieza a asemejar a la de
Francia. ¿Qué hacer ante una situación cuya solución no es posible a corto
plazo? Urge un debate
político en el que se puedan defender libremente todos los puntos de vista, algo que desgraciadamente hoy es muy complicado.
Los mensajes de partidos populistas de derecha son inmediatamente
estigmatizados como “discurso de odio” para sacar rédito electoral por parte de
sus adversarios. Es un error. Hay que ser capaces de poner sobre la mesa todos
los argumentos y discutir seriamente sobre la situación que se vive en los
diferentes países de la Unión Europea.
Los hechos son incontestables: toda sociedad sana necesita una pirámide poblacional equilibrada. Si los ciudadanos optan mayoritariamente por proyectos de vida en los que se excluye tener hijos para vivir más cómodamente tenemos un problema muy serio, como ya estamos viendo. Algunos países pueden solventar la situación con la inmigración, como puede ser nuestro caso con Hispanoamérica, pero Francia se nutre de negros y musulmanes, por lo que el ascenso al poder de partidos que vean la solución en un repliegue sobre sí mismos puede comprometer el futuro de la Unión Europea. No hay que cerrar las puertas a la inmigración y a la solidaridad, pero sin que ello repercuta en el correcto funcionamiento de nuestras sociedades. Nuestro modo de vida debe cambiar: debemos recuperar valores que nunca debieron perderse. Toda sociedad que relegue la apertura generosa a la vida, al cuidado de los más débiles, a la generosidad y a la solidaridad no tiene futuro. Nada se puede construir sobre el egoísmo de una sociedad hedonista que quiere disfrutar el presente y que apechuguen los que vienen detrás hasta que todo se derrumbe. Por esta razón, hay que primar aquellas conductas que más contribuyan al bien común, sin que ello suponga discriminar a quienes se alejen de ese patrón.
Los sucesos de Francia ponen de manifiesto que no se puede
vivir de espaldas a la realidad como sucede, por ejemplo, en la
Universidad. En muchas áreas de
conocimiento los principales investigadores envejecen sin que haya ninguna
estrategia orientada a formar a nuevos talentos que tomen el testigo. En su día
se engrosaron las plantillas y ahora llegan jubilaciones masivas que amenazan los
avances científicos. En cada Universidad la situación es distinta, y lo mismo
sucede en cada área de conocimiento. Catedráticos y titulares envejecen sin que
haya ningún joven dispuesto a dedicarse a la larga y difícil carrera docente e
investigadora, por lo que al final impera la idea de “el último, que cierre la
puerta”. A gran escala, puede decirse que lo mismo sucede en muchas sociedades.
La lucha por el poder que se vive en los sistemas democráticos ha propiciado
que primen las políticas cortoplacistas en las que se mueven a gusto los
demagogos. Si no se es capaz de diseñar estrategias a largo plazo sostenidas en
valores sanos, la decadencia será irreversible y las próximas generaciones
pueden llegar a ver situaciones que algunos pudieron creer que estaban definitivamente
superadas. Desgraciadamente, no es así.
miércoles, 28 de junio de 2023
Sánchez se merendó a Motos
Sánchez ganó a Motos en "El Hormiguero". El presentador intentó ponérselo difícil, pero Sánchez supo moverse bien e incluso se sintió cómodo o, al menos, lo pareció. Como era de esperar, se extendió en sus respuestas para ir colocando todos sus mensajes ante la desesperación de Motos. ¿Qué esperabas, Pablo? Lo tienes muy difícil salvo que deliberadamente optes por la impertinencia, como antaño sucedía con Ana Pastor, hoy convertida en un borreguito Norit. Sánchez está a lo suyo: ataque a tumba abierta para movilizar a la izquierda en torno a él. Ha conseguido llevar la iniciativa y que en España parezca que el gran problema es la amenaza que sufre el todopoderoso colectivo homosexual, todo un monstruo que ha ido avanzando desde la vergüenza a la autoestima, de esta al orgullo, y del orgullo a la soberbia altanera que hasta exige en los balcones públicos la bandera arcoíris. Tildan de odio cualquier atisbo de crítica a sus posiciones. Es un exceso que encuentra un altavoz ensordecedor en los medios de comunicación progres, que son la inmensa mayoría, pese a que Sánchez diga lo contrario.
Sánchez es un demagogo narciso y embustero que ambiciona
seguir en el poder. Parece que los retos le motivan y quiere merendarse a
Feijóo. Ha empezado demarrando fuerte, pero puede desfondarse. Feijóo debería
pegarse a su ruega sin perder la compostura, es decir, empezar a tener
presencia en los medios para contrarrestar su mensaje (hoy habrá que verlo en "El
Hormiguero"), y lanzarse a por él en la campaña. A partir de ahí sólo cabe esperar
que los ciudadanos tengan memoria y sepan discriminar qué es lo importante. Los
“logros” de Sánchez son haber dividido más a los españoles, degradado
instituciones clave del Estado, y endeudarnos hasta las cejas con unas
consecuencias imprevisibles. Sigo confiando en que lo pagará. De lo contrario,
tenemos un problema muy serio.
lunes, 26 de junio de 2023
"LodePedro" fue bochornoso, Évole
La entrevista de Évole a Sánchez demuestra que para ciertos “profesionales” todo vale si se trata de evitar que el “monstruo” que representa la derecha no alcance el poder. El incisivo Évole, antiguamente conocido como “follonero”, sacó la loción y le dio un buen masaje a Sánchez. Su insistencia en preguntar cómo se llevaba con ciertos personajes, sin pretender ir más allá con una repregunta sorprendente dejaba en evidencia que se trataba de una operación para blanquear al presidente. Un bochorno, la verdad.
Sánchez, que dice estar convencido de que va a ganar las elecciones, admitió con toda claridad que luego pactará con “Yolanda”. El PP pacta con la
ultraderecha, pero él pacta con “Yolanda”. Sí, la izquierda de la izquierda, no
la extrema izquierda, por supuesto. Desde que los etarras pusieran de moda retorcer el lenguaje, se ha cogido la directa y todo demagogo que se precie juega con las palabras, especialmente si se es de izquierda. Que la formación de Yolanda Díaz no tenga
ningún problema en incluir a quienes defienden un referéndum de autodeterminación
para Cataluña no tiene la menor importancia. Évole no dijo nada de eso, no se
le ocurrió preguntarle por semejante asunto, ya ven ustedes. Vox condena la
violencia “intrafamiliar” en lugar de la violencia “machista” y se da a
entender que este partido aprueba la violencia contra la mujer. Eso es
decisivo, un "enorme retroceso", según los medios de izquierda. En cambio, el cuestionamiento de la
unidad de la nación española es un asunto banal, pese a que hay políticos
condenados por sedición y estuvimos al borde del enfrentamiento civil. Un
disparate.
El PSOE puede pactar con “Yolanda” y María Guardiola escandalizada
por tener que llegar a acuerdos con Vox. Menos mal que Ayuso ha
sabido poner las cosas en su sitio echándole un capote al líder. La postura de
Feijóo es nítida: si el PSOE no desea esos acuerdos lo tiene tan fácil como
dejar que gobierne el PP allí donde ha sido el partido más votado. Él se ha
comprometido a facilitar la investidura de Sánchez si el PSOE es el más votado.
Sánchez no ha recogido el guante sin que Évole le pregunte por este asunto,
tanto que le preocupa Vox. ¿De qué iba “LodePedro”, Évole? Qué falta de dignidad
profesional, sobre todo si comparamos lo de anoche con la entrevista a Yolanda
Díaz.
lunes, 19 de junio de 2023
Sumar y Podemos pactaron
Me equivoqué. Sumar incorpora a Podemos, por lo que finalmente no habrá dos listas distintas. ¡Cuánto me alegra haberme equivocado! Todas las críticas a las que se ha hecho acreedor Podemos en su etapa en el Gobierno se pueden trasladar a la formación de Yolanda Díaz, porque Podemos está en Sumar. Le aporta muy poco y le resta muchísimo, como reflejan las encuestas. La líder de la extrema izquierda ha cometido un gran error que facilitará el cambio de Gobierno que tanto necesita España. A Feijóo se le va a acumular el trabajo en otoño. Entre las numerosas leyes que necesita derogar le ruego que no se olvide de la LOSU. Los podemitas han puesto la Universidad patas arriba aprobando la ley de Subirats justo en el último tramo de la legislatura, cuando no hay tiempo para desarrollarla. Hace tiempo que en España ningún gobierno se preocupa seriamente por la Universidad. Ojalá Feijóo nos sorprenda gratamente.
jueves, 8 de junio de 2023
Una escena de "Días de vino y rosas"
Esta semana mi mujer y yo vimos de nuevo la película “Días de vino y rosas”, de Blake Edwards, protagonizada por Jack Lemmon y Lee Remick. Es una película muy dura, impactante incluso, que invita a la reflexión sobre los estragos que causa el alcoholismo y, especialmente, sobre los caminos que pueden conducir a ese abismo en el que se pierde la voluntad. La vi hace mucho tiempo y la recomiendo sin ninguna duda. No recordaba la mayoría de las escenas. Hubo una que me llamó especialmente la atención y que no está relacionada con el tema principal de la película. Los protagonistas, una pareja de jóvenes enamorados recién casados, van a casa del padre de la novia para que este conozca a su yerno. El suegro pregunta al yerno (Joe, interpretado por Jack Lemmon) por su profesión y él le explica que es relaciones públicas, comercial, de una empresa. Como eso no le aclara mucho, Joe le explica que se encarga de mostrar a los clientes los beneficios de productos y servicios de su empresa. El suegro, muy serio, le pregunta que qué sucede si el producto que vende no es bueno. A Joe le sorprende esta pregunta, que no esperaba, y con una risa nerviosa le dice con poca convicción que normalmente los productos son buenos, pero el suegro le vuelve a interpelar –casi le interrumpe- preguntándole que qué pasa si no es así. La hija se ve obligada a terciar para sacar a su marido del apuro, pero no es posible porque su padre ha comprendido perfectamente a qué se dedica y sentencia que “no entiende ese tipo de trabajo”, una enmienda a la totalidad.
Ganarse la vida como vendedor puede ser muy duro, no solo
por el trabajo en sí mismo, sino sobre todo porque puede que a uno le exijan
mentir deliberadamente, o que, sin llegar a ese extremo, el propio vendedor opte
por recurrir al engaño para alcanzar los objetivos, sin ser plenamente
consciente de la gravedad de esta acción. Es muy importante reflexionar
serenamente sobre cuáles son los medios lícitos que un vendedor debe emplear,
porque de lo contrario se puede ver envuelto en numerosos problemas. La
tentación del engaño debe ser rápidamente atajada para no convertirse en un
mercachifle. Es verdad que los engaños y triquiñuelas para vender y ganar más
dinero están a la orden del día, lo sé, y precisamente por ello hay que
advertir de que son una inmoralidad y, además, un grave error, porque un
vendedor con un sólido compromiso ético con toda probabilidad venderá más, será
un comerciante bien valorado en su profesión y, sobre todo, podrá llevar una
vida más feliz al conducirse honradamente.
El buen vendedor debe tener un conocimiento exhaustivo de su
producto o servicio y del de la competencia, así como tener una sólida
formación moral. El comercio en la economía de mercado implica competir y para
competir debes destacar tus fortalezas para mostrar que compensan tus
debilidades y/o las fortalezas y debilidades de los competidores. ¿Qué hacer
cuando lo que vendes es una auténtica “castaña”? Lo principal es no engañar y
tratar de contribuir a la mejora de tu producto o servicio para poder
atribuirle alguna fortaleza que aconseje su adquisición desde algún punto de
vista. Si se conocen bien las fortalezas será posible dirigirse al tipo de cliente
que mejor las pueda comprender. Si no es así, lo más adecuado es buscar otro
empleo, nunca recurrir al engaño que es la raíz de la mentira.
Hay muchas personas que no ponen en duda su manera de
ganarse la vida, como Joe cuando va a conocer a su suegro sin sospechar que
pueda no gustarle su profesión, pero a veces una pregunta directa que nos
cuestiona sobre la verdad de lo que hacemos puede provocarnos un brusco
despertar. Ese es el mérito de esta impactante escena.
jueves, 1 de junio de 2023
La estrategia de Sánchez está clara
Ver y escuchar la soflama de Pedro Sánchez a los parlamentarios socialistas me provocó sensaciones desagradables. Como dije en su momento, es un déspota, completamente incapaz de pensar en los intereses de su partido y mucho menos en el bien común. Pretender hacernos creer que ha convocado elecciones porque así se lo exige su conciencia es tomarnos por tontos. Su soberbia no puede ser maquillada con calificativos favorables. Está endiosado y hay que mandarlo a su casa con un resultado incontestable en las urnas. Si esto se produce sin mayores problemas -veremos hasta dónde llega-, la democracia española, el régimen del 78, habrá demostrado una enorme solidez, aunque recomponer todos los daños causados por este irresponsable llevará cierto tiempo. En buena medida dependerá del rumbo que tome el PSOE tras la derrota.
Hay que movilizarse para lograr
un cambio de gobierno. La estrategia que va a seguir Sánchez está clara: aglutinar
todo el voto posible de la izquierda, habida cuenta de que el voto moderado está
perdido. Eso significa renunciar a la victoria o fiarla a circunstancias muy
improbables como la movilización de la izquierda y la desmovilización de la
derecha. Ese intento desesperado por movilizar a su electorado esgrimiendo el
mensaje del miedo a la derecha comenzó ayer y continuará en las próximas
semanas. No tiene otra opción que zarandear al país, sacudirlo hasta hastiarlo,
una verdadera irresponsabilidad que, además, lo más probable es que le resulte
contraproducente, sobre todo si Yolanda Díaz es inteligente y modera su
discurso. Entre los votos socialistas a Sumar, los que vayan al PP y la abstención es probable que el PSOE tenga el peor resultado de su historia. Me alegra que no se presente Ciudadanos, pero ha
sido una torpeza por su parte no haberse sabido posicionar a la derecha del
PSOE para, una vez evidente su radicalización, lograr algunos votos socialistas
para seguir en el Congreso. En esa tarea deberían haber estado trabajando en
los últimos meses con una refundación ideológica. Ahora ya era demasiado tarde.
martes, 30 de mayo de 2023
¿Sumar y Podemos juntos?
Todas las informaciones apuntan a que Sumar y Podemos van a entenderse en pocos días y concurrirán juntos a las elecciones. Quizá haya razones de organización interna que les fuercen a ello, pero pienso que Yolanda Díaz debe desvincularse de Podemos si desea construir una alternativa seria a la izquierda del PSOE. Podemos es un lastre que la puede arrastrar y apuesto a que finalmente se desmarcará de Belarra y Montero señalando que su proyecto es distinto. Veremos.
lunes, 29 de mayo de 2023
El adelanto electoral del “audaz” Pedro Sánchez
Apenas pocas horas después del catastrófico resultado cosechado por el PSOE y sus socios en las elecciones autonómicas y municipales, Pedro Sánchez ha disuelto el Parlamento y convocado elecciones generales para el 23 de julio, asumiendo así la responsabilidad de la debacle. Algunos analistas ven en esta decisión una demostración de la “audacia” de Sánchez, porque el PP se hallará negociando la formación de gobiernos con Vox y así quedará en evidencia su pacto con la “ultraderecha”. Ante el temor que podrían suscitar las políticas “reaccionarias”, el PSOE aglutinaría el voto progresista pillando con el pie cambiado a Podemos, que se hundiría en favor de Yolanda Díaz, porque la líder “Cuqui” (como les llama Belarra) sabe que Podemos resta y lo mejor es alejarse de ellos.
Quizá es el único análisis que pueden realizar estos
periodistas que ven como se acaba esta etapa nefasta en la que muchos de ellos
han medrado en televisiones y radios diciendo insensateces porque había que
poner a un “progre” en su vida radiofónica o televisiva. La estrategia de Sánchez, diseñada concienzudamente no se sabe si por Bolaños (aquí huele a muerto...), consiste en suponer que el temor
a Vox hará que los españoles se lancen en masa a votar al PSOE para evitar semejante riesgo para la democracia. Igual hasta se han creído lo que han dicho de Vox. Brillante análisis, pero ¿con quién pretende gobernar Sánchez? Los españoles lo saben
perfectamente: Yolanda Díaz, ERC, Bildu, y lo que quede de Podemos. Esa es parte de la razón de los resultados de ayer, que hubieran sido peores sin el escudo de alcaldes y presidentes autonómicos. La democracia no está
amenazada por Vox, sino por la izquierda. Por eso Sánchez está perdido.
Desde el momento en que Sánchez supo que el gobierno
dependía de la extrema izquierda y de los independentistas debía haber intentado
llegar a acuerdos con el PP y, en cualquier caso, viendo la deriva de las
políticas de Podemos en sus ministerios, debía haberlos cesado de inmediato y
convocado elecciones. Ahora es tarde, ya no puede engañar a nadie. Los
españoles le hemos forzado ha tomar esta decisión. No es audacia, es el
resultado de una moción de censura democrática.